La ehealth está llamada a ser una de las tecnologías disruptivas que marcarán el proceso de digitalización de nuestros días. La empresa Sensofar Medical contribuye con sus innovaciones a este proceso imparable con su nueva plataforma Q-LEAF, toda una revolución en el campo de en la fabricación de válvulas coronarias bioprotésicas.
Este nuevo sistema, desarrollado junto al Centro de Investigación CD6 de la Universitat Politècnica de Catalunya, está basado en sensores ópticos que digitalizan los tejidos de pericardio animal y seleccionan automáticamente las zonas que pueden ser utilizadas como membranas o leaflets en la fabricación de válvulas coronarias bioprotésicas.
Sensofar Medical es una pyme que forma parte del ecosistema sepcho, cluster de innovación en deep tech, que ha coordinado el proyecto.
Esta tecnología permite afrontar con mayores garantías de éxito enfermedades coronarias como la estenosis aórtica severa, que se produce cuando la válvula aórtica se estrecha y obstruye el flujo sanguíneo a la arteria aorta.
Esta patología puede causar graves problemas de salud como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares e, incluso, puede provocar la muerte.
El avance de la medicina permite afrontar esta enfermedad con tratamientos menos invasivos, lo que evita acometer operaciones a corazón abierto. Una incisión en el lado derecho de la ingle permite introducir un catéter hasta la aorta.
A través de ese catéter se hace avanzar un cable-guía que transporta la nueva válvula coronaria que, al llegar al corazón, sustituirá a la del paciente. Estas válvulas están formadas por tejido de origen animal, a menudo bobino pero también porcino o equino, y un dispositivo de anclaje metálico denominado stent.
Es en este punto tan específico del proceso donde la tecnología desarrollada por Sensofar Medical conlleva un gran avance. El proyecto Q-LEAF inspecciona la parte organiza de la válvula para controlar la calidad de la parte metálica.
El proyecto utiliza técnicas ópticas no destructivas que no requieren ningún tipo de contacto ni interacción entre los sensores y los tejidos de pericardio y permiten que todo el proceso sea automático.
Esta circunstancia mejora cualitativamente el protocolo actual desarrollado de forma manual según el criterio de los operarios experimentados.
Los tejidos a inspeccionar se ponen bajo un sensor óptico que permite digitalizar la muestra en imagen 2D y 3D a partir de las cuales se puede evaluar la calidad del tejido y seleccionar, con la ayuda de un software, aquellas zonas que puedan convertirse en leaflets.
La tecnología Q-LEAF realiza un mapa de grosor de los tejidos y también detecta si existe algún defecto crítico en los mismos, con el objetivo de posicionar los leaflets con una funcionalidad lo más parecida posible a las de las membranas de las válvulas nativas.
La historia que hay detrás de este avance científico-tecnológico está marcada por el espíritu de superación de su alma mater, Ferran Laguarta, quien desde la Universitat Politècnica de Catalunya impulsó en 2000 la spin off Sensofar Metrology.
Una trayectoria de éxito
"Su objetivo fue desarrollar perfilómetros ópticos, tecnologías ópticas muy avanzadas a escala nanométricas. Hoy en día somos la empresa de referencia perfilométrica óptica de superficies. Tenemos numerosas filiales y más de mil clientes por todo el mundo", explica el CEO de Sensofar.
En 2011 el equipo liderado por Laguarta dio un salto cualitativo en el sector con la apertura de nuevos nichos de mercado de la mano de la creación de una segunda empresa: Sensofar Medical.
"Tras diez años de experiencia nos atrevimos a atacar un mercado muy específico: el de la inspección de calidad de dispositivos médicos", relata el CEO.
"La experiencia previa nos motivó para aportar tecnología muy especializada en la inspección de dispositivos médicos. Teníamos la experiencia en el control de calidad de dispositivos ópticos pero tuvimos que desarrollar tecnologías nuevas para inspeccionar los dispositivos médicos", argumenta Laguarta.
La plataforma Q-LEAF supone la consagración de la tecnología de Sensofar Medical. "Nuestros primeros equipos para inspeccionar los dispositivos médicos se basaron en la inspección de los stents. El segundo paso fue crear la tecnología para inspeccionar stents de válvulas coronarias".
"Ahora hemos dado el tercer paso, el más difícil: inspeccionamos tejidos de pericardio animal que acabarán convertidos en leafs, pequeñas membranas que se cosen al stent", relata el CEO.
La complejidad técnica es máxima y los beneficios que aporta a la calidad de vida de las personas, cruciales. "Hay que fabricar muy bien los stents y seleccionar con exhaustiva precisión los tejidos que los conforman porque deben tener una durabilidad de mil millones de latidos durante unos veinte años", incide Laguarta.
Las tres membranas del stent se extraen de pericardio de corazón animal. "No se pueden obtener de forma artificial todavía. Se utiliza el pericardio de cerdos, vacas y caballos", añade.
El proceso impulsado por Sensofar Medical convierte a los mataderos en pieza esencial de la cadena de valor. "Se extrae el corazón en los mataderos. Con nuestro sistema de inspección medimos el pericardio de forma muy exacta sin necesidad de tocarlo una vez ya está extraído del animal".
Con técnicas ópticas muy avanzadas, la pyme tecnológica es capaz de medir "el mapa de espesores, calibrar algún exceso de grasa y la orientación de las fibras de colágeno". "Este paso es muy importante porque optimizamos al máximo las condiciones de los leafs", apostilla el CEO de Sensofar.
La sede del Grupo Sensofar está situada cerca de Barcelona, conocida como un centro tecnológico y de innovación en Europa. El grupo está representado en más de 30 países a través de una red global basada en socios estratégicamente situados, y cuenta con oficinas propias en Alemania, Asia y Estados Unidos.