Las reacciones alérgicas graves requieren una actuación rápida. Las personas que las sufren deben inyectarse adrenalina antes de que la situación se le escape de las manos, es decir, que los temblores o los mareos e, incluso, la pérdida de conocimiento les lleve hacia una muerte segura.
No suelen ser ataques frecuentes y a veces son incluso inesperados, “por este motivo, a muchos pacientes les entra el pánico cuando sufren una reacción alérgica grave porque temen no inyectarse correctamente la adrenalina o simplemente porque no recuerdan como deben hacerlo. Es cuando deciden que lo mejor es ir a un hospital y a menudo no llegan a tiempo”, explica Anna Sala, cofundadora junto a Adrià Curran, de Adan Medical Innovation.
Esta startup de Barcelona, enfocada en la mejora de la calidad de vida de los pacientes que padecen anafilaxia, nació en Silicon Valley en 2013, después que Sala ganara una beca para participar en el Imagine Creativity Center, un centro de innovación disruptiva capitaneado por el emprendedor Xavier Verdaguer, que genera soluciones disruptivas y fomenta el emprendimiento.
En California, ya captaron el interés de diversos inversores y, de vuelta a Barcelona, la compañía se puso en marcha. Desde entonces ha levantado 1,6 millones de euros de financiación y están a punto de cerrar una nueva ronda en la plataforma de equity crowdfunding especializada en biomedicina Capital Cell, que a los pocos días de acabar ya ha superado el 113% del objetivo de 375.000 euros y esperan llegar a un overfunding del 125%.
Tres patentes
La startup ya cuenta con tres productos patentados, todos ellos conectados la aplicación propia anapphylaxis, con los que quiere ayudar a salvar vidas: AllergoCase, una funda inteligente con dos autoinyectores de adrenalina, destinado a compartir vitrina con los desfibriladores que se ubican en los espacios públicos.
"De esta manera, añadiremos la alergo-protección a los espacios cardioprotegidos", afirma Curran. La funda aporta la monitorización de la adrenalina para que siempre esté en condiciones de ser utilizada y la gestión de la emergencia a través de un vinilado en su exterior y un código QR relacionado la aplicación móvil. La ronda de financiación que está a punto de finalizar tiene como objetivo comercializar este producto.
Un segundo paso es introducir en el mercado la AllergoBox, una caja inteligente autónoma para autoinyectores de adrenalina destinada a los espacios públicos como escuelas, restaurantes, centros deportivos o comerciales y aeropuertos o aviones, entre otros.
"En muchos casos, el paciente no lleva consigo el autoinyector o también puede darse que sea el primer episodio de reacción alérgica grave que padezca, y disponer de ellos en este tipo de lugares puede resultar esencial", subraya Curran.
Este producto incluye toda la tecnología patentada de Adan Medical Innovation, de manera que se controla el estado del autoinyector, dispone de un protocolo que permite comprobar los síntomas de la anafilaxia, ofrece en audio y video instrucciones que ayudan a administrar la adrenalina y también avisa a los sistemas de emergencia.
Para uso individual, han desarrollado AllergoMate, una funda inteligente para los autoinyectores de adrenalina que posee todas las funcionalidades del AllergoBox. Conectada a la aplicación y a la red de emergencias, también ofrece geolocalización y alertas para los familiares que el paciente decida.
Además, la firma está trabajando en un reloj inteligente que facilitará la gestión de las alertas, función que ahora se lleva a cabo a través del móvil.
Las innovaciones de la firma entrenan a los pacientes en el uso de los autoinyectores y crean adherencia al tratamiento, de manera que cada vez son más conscientes de la necesidad de llevarlos consigo y de saber como han de utilizarlos en caso de anafilaxia.
"Existen reacciones alérgicas graves muy difíciles de controlar, como pueden ser los alimentos que contienen trazas de huevo o leche. En las escuelas o en los restaurantes pueden darse situaciones de una primera reacción alérgica y nuestras soluciones ofrecen una rápida y efectiva intervención para estos casos", apunta Sala.
Por otro lado, Sala incide en el hecho de que un buen número de pacientes no llevan siempre encima el autoinyector. "La casuistica es variada: desde el adolescente que prefiere que sus amigos no sepan de su dolencia, hasta los adultos que por descuido salen de casa sin él. En este caso, nuestro dispositivo AllergoMate avisa del olvido".
Estos casos son "más habituales de lo que imaginamos", por lo que en el entorno escolar o en establecimientos de restauración es necesario que el dispositivo esté siempre a punto. Por ello, desde la plataforma también se explica cómo se ha de intervenir mientras se encarga, al mismo tiempo, de dar la "alerta a los sistemas de emergencia".