Siete de cada diez startups aceleradas por Minerva ya innovan en pueblos de menos de 50.000 habitantes
La aceleradora andaluza contribuye a la cohesión del territorio al sostener desde su puesta en marcha más de 140 empleos con el impulso de proyectos tecnológicos fuera de las grandes capitales de provincia.
18 agosto, 2022 00:50La innovación, la disrupción y la tecnología se convierten en aliadas de las comunidades autónomas para luchar contra la despoblación y favorecer la cohesión del territorio.
Para muestra, un botón. La aceleradora Minerva, promovida por la Junta de Andalucía y Vodafone, ha logrado desde su puesta en marcha más de 140 empleos con el impulso de proyectos tecnológicos fuera de las grandes capitales de Andalucía.
Según los datos aportados por la institución, cuatro de cada diez startups aceleradas por el Programa Minerva han creado sus soluciones tecnológicas desde municipios pequeños, fuera de las capitales de provincia.
Provincias más disruptoras
Las provincias de Sevilla (45%) y Cádiz (24%) concentran la mayoría de los municipios desde los que emprenden estos proyectos, aunque hay representación geográfica de todas las zonas de Andalucía, desde la zona costera de Almería hasta la región interior de Huelva.
Entre los sectores de desarrollo más destacados están los proyectos que emprenden en el ámbito de la salud y el bienestar, el 'agro' y que crean soluciones digitales para empresas. Además, siete de cada diez de estas startups han desarrollado sus iniciativas en localidades de menos de 50.000 habitantes.
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De esta forma, las startups impulsadas desde Minerva demuestran que emprender desde pequeños municipios es posible y que, además, estos proyectos disruptores aportan riqueza económica a la región desde la que generan negocio.
Llevar adelante la innovación y disrupción más allá de los grandes polos tecnológicos del país es complicado y, más todavía, para municipios alejados de las grandes urbes.
Sin embargo, el grado de madurez del ecosistema emprendedor español está siendo un pilar para impulsar proyectos que generan empleo y oportunidades donde más hace falta y que contribuyen a la consolidación de la nueva economía digital.
Es el caso de Waniyanpi, startup que desde Andújar (Jaén) ha puesto en marcha el primer obrador online para mascotas donde el cliente puede personalizar snacks funcionales y 100% naturales con las características que necesita su mascota. También un municipio de Jaén, Alcalá La Real, es la sede de una startup de automatización industrial y visión artificial, Oslice Technology.
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La digitalización también es posible desde municipios más alejados de las capitales de provincia, como es el caso de Sporttia, con oficina asentada en Lebrija (Sevilla), que introduce soluciones inteligentes en los centros deportivos para su completa digitalización.
También destaca La Sibila, empresa cultural que desde su sede en Rota (Cádiz) trabaja para aplicar las nuevas tecnologías para dinamizar espacios culturales y digitalizar del patrimonio histórico.
En este segmento está Taalentfy, que desde Alhaurín de la Torre (Málaga), desarrolla soluciones digitales para la gestión y selección del talento, que permiten a empresas, universidades y escuelas de negocio alinear sus modelos de gestión al nuevo paradigma del mercado laboral.
Por otra parte, también mantiene un papel destacado en el emprendimiento en la región Nubentos, que ha lanzado desde Chiclana (Cádiz) su plataforma SaaS que simplifica las integraciones entre diferentes softwares del sector ehealth.
La biotecnología ha ganado terreno en los últimos años y es una de las industrias dentro del programa que cuentan con mayor número de startups ubicadas en zonas más rurales.
Desde La Puebla del Río (Sevilla) sigue creciendo G2G Algae, empresa I+D+i que trabajan con el objetivo de aplicar la tecnología del cultivo de microalgas como herramienta para recuperar y conservar los recursos naturales y la biodiversidad del planeta.
Además, la campiña sevillana también es el hogar de Cultiply (La Rinconada), otra startup de carácter industrial que desarrolla sistemas apoyados en biorreactores que aceleran y mejoran procesos de fermentación, lo que permite a las empresas del sector ahorrar en costes de producción.
Estos proyectos demuestran que la tecnología puede ser puente para la generación de riqueza y cohesión territorial si se cataliza con las herramientas adecuadas y la colaboración público-privada que exige este nuevo tiempo económico.