Una leve calibración de la vista, unos pequeños ajustes más en el dispositivo móvil... y se obra el 'milagro': esta joven estudiante puede escribir con la mirada o encender una lampara con un golpe de vista.
Ainhoa (nos inventamos su nombre porque no quiere darlo) sonríe al comprobar su nuevo poder, que realmente no es suyo sino de la tecnología de la empresa Irisbond.
Ambos, Ainhoa e Irisbond, fueron sólo dos de los muchos actores que hace unos días protagonizaron una película de ciencia ficción en el Kursaal de San Sebastián.
La ciudad celebraba la Semana de la Innovación WeekInn, organizada por la concejalía de Impulso Económico a través de la sociedad pública Fomento de San Sebastián. Y una de las actividades reunió a 450 estudiantes de Bachillerato y FP y al ecosistema innovador y tecnológico de la ciudad para que interactuaran y reflexionaran sobre el futuro de la ciencia y el futuro que deben pilotar estas nuevas generaciones.
En algunos casos, había caras de asombro ante los avances que mejoran el día a día de la sociedad y de las empresas; también había rostros de preocupación ante la cercanía de una decisión que marcará su futuro; y, cómo no, también había gestos de desidia, como el de ese alumno que comía una bolsa de Doritos con cara de aburrimiento mientras sus compañeros de clase atendían excitados las explicaciones sobre cómo se puede reconstruir un corazón con una máquina 3D.
Al fin y al cabo, no todo el mundo tiene por qué sentirse atraído por la disrupción.
Pero como la WeekInn de este año tenía que ver con la San Sebastián del futuro, mejor centrarnos en los que sí que siguen con atención las charlas de empresas como la ya citada Irisbond, Linq, Global Medical o Polymat y centros tecnológicos como CEIT, CIC BiomaGUNE o Tecnalia.
[Una ciudad entregada a crear a la que le cuesta creer]
Que prestaran atención, como veremos, no significa que vayan a ser científicos, sino que, al menos, están dispuestos a considerar la importancia de este sector para la ciudad. Gorka, Ainara, Maddi y Andrea, todos en segundo de Bachiller y todos de 17 años, hacen una pausa en la visita para atender a D+I y reflexionar sobre su generación, sobre cómo ven ellos la ciudad innovadora del presente y cómo imaginan su futuro.
Lo primero que revelan, para sorpresa del que escribe, es que las tres chicas reconocen que su futuro no está en el campo de las ciencias.
Maddi quiere estudiar Magisterio, Andrea prevé decantarse por Derecho y Ainara apuesta por "algo en lo que pueda socializar y en inglés".
Es inevitable pensar en la tan recurrente brecha de género en el campo científico, sobre todo en puestos de alta responsabilidad. Pues bien, en la primera pregunta de esta conversación y aunque la muestra sea ínfima, la brecha de género queda de nuevo confirmada.
"Cosas que se organizan como estas (la Semana de la Innovación) hacen que los jóvenes percibamos en todo momento que nuestra ciudad es referente en innovación y ciencia".
Habla Gorka, que sí tiene claro que quiere decantarse por la rama científica, pero al que, después de asistir esa mañana a una charla sobre inteligencia artificial, le han asaltado varias dudas.
"Tengo claro que quiero hacer algún tipo de ingeniería, pero me acabo de dar cuenta de que, en algunos campos como la inteligencia de artificial, hay un montón de aplicaciones y ramas, y eso supongo que hace difícil la elección en un futuro", reflexiona.
En esa charla sobre IA, por cierto, ha sido todo un espectáculo. D+I ha acompañado a un centenar de estudiantes en este taller teórico -ha habido otros sobre nanotecnología, impresión 3D, realidad mixta, Internet of Things y robótica avanzada- y lo cierto es que la gran cantidad de proyectos presentados ha despertado mucho interés en el público juvenil presente en la sala.
"Es interesante, porque además de aprender teoría vemos en qué está trabajando y cómo diferente gente de nuestra ciudad y así podemos adquirir conocimientos de otra manera distinta", explica Ainara.
"Me decantaré por la rama científica, pero hoy he descubierto la gran cantidad de ramas que existen".
Se refiere esta joven donostiarra ya no sólo a las charlas sino a las demostraciones de las empresas colaboradoras con la WeekInn 2022. "Nos ayuda a conocer nuevas ideas", añade Maddi.
El interés por la innovación de estos jóvenes que bordean la mayoría de edad, no obstante, se despierta -por lo que cuentan- mucho antes. "Nos llama la atención que durante nuestra etapa escolar algunos de nuestros profesores hacen viajes a países como Finlandia para coger nuevas ideas y proyectos que aplicar en nuestro colegio", explica Andrea.
Los cuatro alumnos citan una acera hecha con material reciclado o el cuidado de una huerta como ejemplos de cómo se inculca la capacidad de disrupción desde bien pequeños. Desde la sociedad pública Fomento de San Sebastián destacan este hecho como "referencial".
Ainara, además de valorar positivamente esa educación innovadora, constata que "percibimos que la ciudad es una ciudad de ciencia porque se suelen organizar muchas cosas como ésta (en referencia a la WeekInn)".
Dos jubilados y el hijo que tuvo que marcharse
Parece un combo perfecto, inculcar el espíritu innovador desde edades tempranas y que el Ayuntamiento ponga de su parte para que esos jóvenes se sientan alineados con el resto de la ciudad.
Al final, cada adolescente tomará el camino que crea que es más conveniente, "pero siempre lo hará con una visión de ciudad diferente e innovadora", explican desde el consistorio donostiarra.
Y para quien quiera continuar en el campo de las ciencias, al final del camino formativo aguarda una sorpresa, como ya ha descubierto Gorka: "Al final se ve que este tipo de trabajos tienen mucha oferta de empleo y eso me parece interesante".
Si para algo sirven jornadas y semanas de la innovación como ésta es precisamente para preservar el talento, evitar que se marche fuera. Y de eso saben mucho José Mari y María Luisa, un matrimonio jubilado que ha irrumpido en el Kursaal en esta mañana repleta de hormonas adolescentes.
"Nuestro hijo Gorka, que es ingeniero, se marchó a Madrid a trabajar después de haber estudiado aquí (en San Sebastián). Había más oportunidades fuera", remarcan. En su opinión, respaldada por otro de los componentes de este 'grupo extraño' entre tanto estudiante, "la diferencia la marcan los salarios, no hay más".
Explican que "siempre habrá aventureros que quieran marcharse, pero si se ofrecen condiciones mejores, el trabajador joven siempre prefiere quedarse en casa".
Ya que hablamos con José Mari y María Luisa, podemos aprovechar para preguntarles si ellos también han percibido esta progresión de su ciudad en los últimos 30 años hasta convertirse en una ciudad conocida en todo el mundo -dicen los principales expertos- por su capital investigador.
"El otro día fuimos a una charla y nos quedamos alucinados porque no sabíamos que había todo esto montado en la ciudad -centros tecnológicos, de investigación, empresas punteras…-, creíamos que aún éramos conocidos sólo por los pinchos", bromea.
Premios de la innovación
La WeekInn de Donostia tuvo su colofón en la entrega de los premios DSS INN. Estos Premios a la Empresa Innovadora se crearon hace siete años como reconocimiento a empresas que, desde una apuesta clara por desarrollar negocios innovadores han consolidado su actividad y se han convertido en referente, no solo en su sector, sino también para la ciudad.
Las empresas premiadas en esta VII edición han sido CAF POWER, en la categoría de empresa innovadora consolidada; BIOTECH FOODS, en la categoría de empresa joven innovadora; y Emakumeak Zientzian, entidad que recibió un reconocimiento especial por hacer visible la actividad de las mujeres en ciencia.