La cerveza, junto con el pan, es uno de los primeros alimentos en los que el ser humano – sin saberlo entonces – empleó la biotecnología natural para su elaboración. Ahora la biotecnología de laboratorio permite reutilizar todos los subproductos de deshecho de esta bebida para convertirlo en pienso para las piscifactorías. Si: a los peces también les gusta la cerveza.
Un proyecto impulsado y coordinado por Azti, el centro tecnológico vasco especializado en la cadena de valor de la alimentación y el mar, está trabajando en ello. Claros defensores de la idea de que la reutilización de los residuos es fundamental para la sostenibilidad, apuestan por emplear el bagazo y la levadura que se deshecha al producir la cerveza para darles una nueva vida y un mejor alimento para las doradas de las piscifactorías. Una iniciativa que forma parte del proyecto europeo Life Brewery.
¿Cómo surge esta idea? La mayor parte del pescado criado en piscifactorías se alimenta con piensos elaborados a base de harina de pescado, es decir, extraídos de la pesca. Y eso significa que solo la elaboración de piensos para peces absorbe el 65% y el 83% de la producción mundial de estos dos ingredientes. Y la solución está en la economía circular. Más si tenemos en cuenta que cada año se generan más de 6 millones de toneladas de bagazo y 1 millón de toneladas de levadura en la producción de la cerveza.
“El alto número de compuestos de alto valor (proteínas, fibra, etc.) que contienen los subproductos generados en la producción de cerveza les confieren gran potencial para su aplicación en la industria farmacéutica y cosmética. Pero estos usos solo dan salida a una pequeña parte de los residuos, por lo que es necesario buscar nuevas alternativas como la producción sostenible de piensos de acuicultura”, asegura David San Martin, responsable de este proyecto en AZTI.
Para conseguir transformar “la cerveza en alimento” ha sido necesario el desarrollo de un proceso de deshidratación bajo en carbono, que se basa en el uso de una combinación innovadora de tecnologías mecánicas y térmicas para obtener ingredientes sostenibles a partir de bagazo y levadura. Y el resultado parece haber sido ‘de gourmet’. “Los análisis sensoriales que hemos realizado nos han permitido demostrar que no existen diferencias entre los peces alimentados con los nuevos ingredientes y los ejemplares alimentados mediante piensos comerciales”, indica San Martín.
Lenguados y doradas son los primeros peces que prueban este nuevo alimento. La trucha ha sido la seleccionada entre los peces de agua dulce.
Beneficios para la acuicultura y el sector cervecero
Es un proyecto que beneficia a todos. A las empresas de producción de piensos les permite conseguir su producto con un coste mucho menor y de una manera más sostenible. Pero también beneficia al sector cervecero: con el aprovechamiento del bagazo y la levadura puede sacar rendimiento económico a unos subproductos que, de otra manera, se convertirían en residuos y, además, podrían suponerle un gasto.