Un 'balón' de alta presión a través de una vena: la técnica creada en Navarra para sustituir válvulas cardíacas
Este proceso, mínimamente invasivo, rompe el soporte de la válvula antigua y ya deteriorada para posteriormente colocar una nueva .
11 noviembre, 2021 02:41Noticias relacionadas
Cuando se habla de estrategias a futuro por parte de una administración pública se corre el riesgo de que las promesas se queden solo en palabras y en cifras de inversión anotadas en un papel.
Hace unas semanas, D+I publicaba la hoja de ruta del gobierno de Navarra para el sector sanitario en materia de innovación y modernización tecnológica. Prepara 33 millones de euros para los dos próximos años.
Que el gobierno foral cumpla o no con esos propósitos se verá a lo largo de los próximos meses, pero locierto es que más allá de los recursos materiales que deben llegar, la base investigadora con la que cuenta el sistema sanitario navarro ya es una garantía.
Buena prueba de ello son las técnicas pioneras que, regularmente, consiguen desarrollarse en áreas sanitarias como el Hospital Universitario de Navarra.
La última de ellas, considerada pionera en nuestro país, tiene que ver con las intervenciones quirúrgicas para sustituir válvulas cardiacas defectuosas de pequeño tamaño a través de un sistema poco invasivo.
La Sección de Hemodinámica, perteneciente al área del corazón del Hospital Universitario de Navarra, ha realizado este mes de octubre la sustitución de una válvula cardiaca, implantada en una paciente hace siete años, mediante una técnica novedosa mínimamente invasiva.
Ésta consiste en fracturar el soporte ("anillo") de la prótesis previa con la ayuda de un balón de alta presión, introducido a través de una vena en la ingle mediante de un catéter y con anestesia general de corta duración.
El primer caso reportado con esta técnica
"Se trata del primer caso reportado con esta técnica en España, y uno de los pocos comunicados en la literatura científica de todo el mundo, sobre la implantación de una prótesis transcatéter dentro de una válvula biológica mitral quirúrgica ya deteriorada y de tamaño pequeño", explican fuentes del centro hospitalario.
Según añaden, lo que hace distintivo y añade una especial complejidad al caso realizado es que la prótesis mitral implantada previamente era de pequeño tamaño.
Tras fracturar su soporte o "anillo protésico", se consiguió implantar con éxito y garantías una válvula transcatéter más grande "para obtener de este modo un resultado inmediato, duradero y que evite nuevas intervenciones futuras".
La paciente objeto de la operación, de 85 años, fue dada de alta cinco días después de la intervención con la nueva válvula funcionando con normalidad y tras recuperar su capacidad funcional.
A juicio de las personas responsables del equipo de Hemodinámica, esta clase de procedimientos "abre una nueva opción de tratamiento para casos similares que hasta ahora no podían abordarse con suficientes garantías de éxito".
En los últimos tiempos, mantienen estos especialistas, se ha producido un crecimiento y expansión del intervencionismo a través de la piel en las enfermedades valvulares experimentado en los últimos años, sobre todo, en el tratamiento de patologías como la conocida como estenosis aórtica degenerativa (técnica conocida como TAVI), que consiste en corregir el estrechamiento de la válvula aórtica con una prótesis biológica (fabricadas con tejidos orgánicos) mediante una técnica transcatéter, sin necesidad de cirugía.
Nuevos horizontes
Esta técnica se ha extendido, sobre todo más recientemente, para tratar prótesis valvulares biológicas mediante cirugía a corazón abierto implantadas años antes en posición aórtica, mitral, pulmonar… a través de un acceso menos invasivo, introduciendo un catéter por una arteria o una vena de gran calibre, fundamentalmente la femoral a la altura de la ingle.
Los pacientes que se benefician especialmente de esta clase de técnicas son personas octogenarias o más jóvenes pero con elevado riesgo quirúrgico o quienes necesitan una reintervención tras una primera cirugía cardiaca exitosa.
En el año 2020, se colocaron en el Hospital Universitario de Navarra 50 válvulas transcatéter, de las que 48 fueron en posición aórtica y dos en posición mitral. En ese mismo período, en España se implantaron 4.241 de estas válvulas, de las que solo 15 casos fueron en posición mitral.
Y, mientras la labor investigadora no para, el mencionado plan de inversiones presentado por el Gobierno de Navarra promete mejoras tecnológicas que no harán sino contribuir al desarrollo de nuevos proyectos.
La renovación tecnológica de la sanidad navarra
Esta apuesta estratégica por la salud pública tiene un doble componente de "renovación" de tecnología, pero también de "innovación", adquiriendo "equipamientos punteros de los que hasta el momento no disponía el sistema público sanitario de Navarra".
Entre las inversiones en tecnología, se contempla la adquisición de un PET-TC, aparato de medicina nuclear del que hasta ahora no se disponía en el sistema sanitario público y que, por tanto, permitirá asumir la realización de esta técnica en el propio centro.
El Servicio de Medicina Nuclear se beneficiará también de la renovación de tres de sus actuales gammacámaras (dos portátiles y otra fija).
Además, se contará con dos navegadores quirúrgicos, uno de los cuales se instalará en el antiguo Hospital Virgen del Camino y el otro, en la antigua Clínica Ubarmin. Ambos permiten cirugía de mayor precisión, con especial interés para las intervenciones de raquis (columna vertebral).
En consecuencia, de estos navegadores se beneficiarían fundamentalmente los servicios de Neurocirugía y Traumatología, pero también se llevarían a cabo en ellos técnicas de maxilofacial y ORL.
Está previsto sustituir también tres de los cuatro aceleradores de los que dispone el servicio de Oncología Radioterápica por otros tantos aparatos de última tecnología, que aportarían mejoras en radiocirugía, permitiendo una radioterapia más selectiva, con menor irradiación en el tejido sano circundante, evitando así daño innecesario al paciente.