Barcelona se fija como reto el bienestar digital de sus ciudadanos: del uso crítico de la tecnología a la salud mental
El Ayuntamiento de la Ciudad Condal lleva casi un año desarrollando una estrategia encaminada a luchar contra los problemas que las pantallas pueden generar en niños y adolescentes.
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De todos los retos que debe abordar una gran capital como Barcelona, el reto digital tendría que estar en la agenda sí o sí. Pero ya no sólo hablamos de la transformación de la administración, sino de la transformación de la sociedad.
De ahí que a mediados del pasado año, el Ayuntamiento de la Ciudad Condal aprobara una medida gubernamental de cuatro años (2024-2027) por el bienestar digital.
Una medida gubernamental es un documento convertido en estrategia plurianual sobre un determinado ámbito, en este caso, el del bienestar digital. En su preámbulo no se deja lugar a dudas sobre las motivaciones de esta herramienta.
"Cada vez son más las personas expertas que alertan de los posibles efectos nocivos de algunas tecnologías si no se hace un uso responsable, sea en términos de actividad física (sedentarismo, obesidad...), horas de sueño, salud mental y bienestar emocional y relacional (aislamiento, sentimiento de soledad no deseado) o en términos educativos, ya que el despliegue e incidencia de la tecnología en procesos de aprendizaje y en la socialización de los jóvenes y la infancia también aporta resultados desiguales", indica el documento.
En este sentido -continúa- "se necesitan conocimientos para aprender a dominar la tecnología y no ser dominados; es necesario desarrollar la cultura del humanismo tecnológico. Sin alarmismos gratuitos, pero manteniéndonos alerta, es necesario tener presente que la revolución tecnológica actual, y la que debe venir con la inteligencia artificial, deben ser para humanizarnos y no para mecanizarnos".
Conviene resaltar que el Ayuntamiento de Barcelona ya inició los trabajos a finales del mandato 2019-2023 para abordar las consecuencias en la salud mental del uso del entorno digital en niños y jóvenes con los agentes implicados en el marco de la Mesa de Salud Mental.
Y es que esta medida gubernamental por el bienestar digital está muy relacionada, en cierto modo, con la prevención de los problemas de salud mental, sobre todo en los jóvenes. Hasta tal punto que hace un año, el pleno del Ayuntamiento de Barcelona declaró las redes sociales como un problema de salud pública precisamente por su implicación en la salud mental.
En suma, el documento ordena el desarrollo transversal de todas las acciones presentes y futuras que el Ayuntamiento de Barcelona se propone ejecutar bajo el objetivo de mejorar y asegurar el bienestar de niños y jóvenes en su relación con la tecnología.
"La tecnología debe convertirse en un elemento de valor para la sociedad y para conseguirlo es necesario minimizar los posibles efectos nocivos y darlos a conocer, sin criminalizar la tecnología, sin caer en planteamientos distópicos y sin miedos infundados. Por tanto, es necesario aportar rigor y pensamiento crítico en la toma de decisiones sobre los usos de la tecnología", resumen los redactores de esta medida.
El documento consta de 51 actuaciones organizadas en tres líneas diferentes de intervención. La primera de estas líneas es la de promover el uso crítico y saludable de las tecnologías digitales en niños y adolescentes y potenciar recursos, acciones y programas educativos para familias y educadores.
Dentro de esta línea hay medidas previstas para su ejecución durante este año 2025, como la difusión de las guías existentes sobre formación y asesoramiento para familias y profesionales; la elaboración de un catálogo de sesiones y talleres dirigidos a adolescentes y familias sobre el buen uso y riesgos de las pantallas; la organización de sesiones territoriales para familias con niños de 0 a 3 años para abordar también los riesgos de las pantallas; o la celebración de un hackaton con el objetivo de elaborar un decálogo de oportunidades de la IA.
La segunda línea tiene que ver con el fomento de actividades de ocio alternativas que promuevan la interacción entre iguales, la actividad física y el conocimiento del entorno.
La digitalización y sus riesgos se abordan en la tercera línea, la de posicionar el uso problemático de pantallas como un problema de salud pública.
Algunas de las medidas que se llevarán a cabo en los próximos años son el desarrollo de una estrategia para desincentivar el uso de las pantallas en edades prematuras; incorporar de manera coordinada la monitorización del fenómeno del uso problemático de pantallas en niños y adolescentes en los sistemas de información de salud mental; crear un banco de experiencias para la identificación de buenas prácticas en las redes existentes; o la publicación de una guía familiar preventiva sobre el uso de juegos de apuestas y videojuegos.
Mientras se empiezan a implantar estas y otras medidas, el Ayuntamiento de Barcelona ha acogido la tercera sesión de trabajo del grupo promotor Barcelona por el Bienestar Digital.
Este es un espacio de encuentro entre diferentes áreas municipales, instituciones y entidades para el seguimiento y desarrollo de la citada medida gubernamental.
La principal novedad de este encuentro es la incorporación de Barcelona Activa y la Dirección de Feminismos para encarar nuevos retos desde perspectivas laborales y de género.
Durante la sesión se han presentado los avances de la estrategia de bienestar digital como por ejemplo iniciativas formativas sobre el uso adecuado y la prevención de riesgos asociados al uso de pantallas que se ha realizado desde las Tablas de Salud Mental de los distritos de Sants-Montjuïc y Sarrià-Sant Gervasi.
También se ha explicado la propuesta creativa de la campaña de sensibilización ciudadana, que bajo el lema 'Barcelona, más allá de las pantallas', tiene como objetivo mejorar el bienestar de los niños y los jóvenes, reduciendo los impactos negativos asociados a un uso excesivo de las pantallas.
En total, esta estrategia para promover el uso equilibrado de las tecnologías digitales y potenciar recursos para un desarrollo saludable en la infancia y en la adolescencia prevé un presupuesto total aproximado durante el período 2024-2027 de 6 millones de euros, a razón de 1,5 millones cada año.