Supercomputación y sensores, el salto de calidad de Castilla y León para una transformación digital con vocación de red
La Junta enfatiza su voluntad colaborativa con el tejido científico y tecnológico gracias a SCAYLE y avanza en dos proyectos innovadores de mejora de servicios públicos para vertebrar el territorio.
9 diciembre, 2023 02:02En las últimas semanas, Castilla y León ha dado muestras de estar entregando su potencial en transformación digital a los brazos de la sensórica y la supercomputación. Según lo manifestado por los responsables de las políticas innovadoras de la Junta, se trata de dos áreas que facilitan, además, un trabajo en red que podría ser capital para la región.
Y es que, como viene contando D+I, uno de los retos más importantes que tiene ante sí la región es la de la vertebración de su extenso territorio gracias a la digitalización. Que la digitalización llegue a todos y una a todos es la tarea.
Para llevarla a cabo, la Junta pone sobre la mesa una serie de iniciativas que el trabajo va por el buen camino.
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Una de ellas, al más alto nivel, es la que tiene que ver con la evangelización de las ventajas de la supercomputación para la comunidad científica y tecnológica de la región. Cualquier objetivo de conectar ecosistemas con ecosistemas o ecosistemas con personas, tiene en esta tecnología un referente a tener en cuenta.
El Centro de Supercomputación de Castilla y León (SCAYLE), cabe recordar, es una entidad pública que pretende fomentar las relaciones de la comunidad científica y tecnológica gracias al supercomputador Caléndula.
La consejera de Movilidad y Transformación Digital, María González Corral, participó hace unos días en una jornada para presentar SCAYLE a los agentes castellano y leoneses que aún no la conocieran.
Acompañada por la consejera de Educación, Rocío Lucas, explicaron algunos de los proyectos en las que las dos consejerías están trabajando de forma conjunta para aprovechar las oportunidades que las tecnologías avanzadas tienen en el impulso de la creación y la transferencia del conocimiento.
Entre los servicios que presta, se encuentra el cálculo intensivo fundamental para las predicciones meteorológicas, el diseño de vehículos, los estudios genéticos, la predicción de incendios, el desarrollo de fármacos y vacunas o actuaciones de inteligencia artificial, entre otras.
"Es una capacidad que, gracias a una inversión de 5,1 millones de euros por parte de la Junta de Castilla y León se va a multiplicar por diez", ha apuntado la consejera de Movilidad y Transformación Digital.
Otro de los programas que también dependen de SCAYLE, en el que Educación tiene mucho que ver y que ha tenido un protagonismo especial en la jornada, es la Red de Ciencia y Tecnología de Castilla y León, conocida como RedCAYLE.
Esta es la red de comunicaciones avanzadas de la comunidad académica y científica, proporcionando una infraestructura de red troncal de comunicaciones de alta capacidad.
Se trata de una red de fibra óptica de más de 1.400 kilómetros, distribuida por todo el territorio de la comunidad y con puntos de presencia en todas las capitales de provincia, Béjar y Ponferrada. Lo dicho, vertebración del territorio a través de la tecnología.
Para potenciar este sistema, desde la consejería de Movilidad y Transformación Digital se tiene prevista la renovación del soporte óptico, "con una inversión próxima a los tres millones de euros que permitirá multiplicar por diez la capacidad de la red", ha adelantado González Corral, así como el arranque del plan complementario de comunicaciones cuánticas.
Y si importante es la supercomputación para tejer esta red científico-tecnológica no lo es menos la sensórica. En algunos casos, como el del proyecto IBERUS SmartCDT (Comunidad Digital Transfronteriza), la red va más allá de las fronteras regionales.
Este proyecto está liderado por la Junta y está encaminado a ampliar la implantación de sensores en los servicios públicos (estaciones meteorológicas, recogida de basuras, aparcamientos, alumbrado, depuración de aguas, calidad del aire…) y la capacitación digital de la ciudadanía en entidades locales de España y Portugal.
Proyectos transfronterizos
Para ello, el gobierno autonómico "se sirve de la experiencia y el conocimiento adquiridos en la gestión de dos de nuestros programas estrella, como son Territorio Rural Inteligente (TRI) y CyL Digital", ha apuntado la consejera de Movilidad y Transformación Digital, María González Corral.
IBERUS, cuyo plazo de finalización previsto es diciembre de 2026, tiene como objetivo "aumentar la calidad de los servicios públicos ofrecidos por las administraciones participantes, aplicando el Internet de las Cosas (IoT), mejorar la formación en competencias digitales de los ciudadanos e impulsar la modernización de las propias entidades, a través del uso de la tecnología", ha agregado.
En la primera fase del proyecto, se llevará a cabo un análisis de la situación existente actualmente sobre el grado de implantación en materia de Smart Rural o Territorio Inteligente, así como el nivel de competencias digitales de la ciudadanía y empresas en la zona transfronteriza.
Una vez diagnosticada la situación, se extraerán una serie de conclusiones que permitirán "definir y diseñar propuestas para aprovechar las ventajas de la digitalización, tanto para los ciudadanos y empresas, como para las administraciones públicas, especialmente del medio rural", ha manifestado la responsable de Movilidad y Transformación Digital.
La sensórica también está detrás de un ambicioso proyecto que sigue creciendo y del que en más de una ocasión ya ha dado cuenta D+I. Se trata del proceso de digitalización de servicios e infraestructuras públicas con la instalación de 122 nuevos sensores en la red autonómica de carreteras, la más extensa de todo el país, con más de 11.500 kilómetros.
Este proyecto, "que aprovecha las múltiples oportunidades que brinda la plataforma tecnológica Territorio Rural Inteligente (TRI) y las sinergias existentes dentro de la consejería de Movilidad y Transformación Digital, entre Carreteras y Telecomunicaciones", da continuidad a esa experiencia piloto que arrancó con cinco sensores en otros tantos depósitos de fundentes en los municipios de Zamora.
Convertir en más seguras las conexiones por carretera gracias a la sensórica también es una forma de facilitar el acceso a municipios recónditos y, en consecuencia, mejorar las oportunidades que tienen estos pueblos. La sensórica, de nuevo, al servicio de la vertebración.
La instalación de estos 122 sensores por todas las provincias de la comunidad, con una inversión cercana a los 500.000 euros, tiene como objetivo prioritario incrementar el nivel de seguridad vial mediante la reducción de riesgos, "especialmente, en este caso, en aquellos aparejados a los episodios de inclemencias meteorológicas adversas durante el período invernal", ha apuntado; una finalidad que está presente "en todas y cada una de las actuaciones que realizamos en nuestro patrimonio viario".