No es la primera vez que en varios puntos de Asturias se ha puesto sobre la mesa cómo mantener el pulso a esa transformación económica que se está produciendo en algunos municipios debido a la caída de un sector como el de la minería, sobre todo en zonas rurales.
Muchos pueblos sólo conocían un modo de vida que ya prácticamente no existe y están ahora obligados a replantearse su futuro.
Evidentemente, hay núcleos con mayor potencial que otros, como Cangas del Narcea que está dando un giro hacia el turismo inteligente, con una ambiciosa política de smart city, cuyo objetivo es sacar partido económico a la digitalización tras décadas de dependencia minera.
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Y para aquellas poblaciones con menos músculo, la ayuda del gobierno del Principado podría resultar clave. ¿Cómo? La respuesta sería relativamente sencilla: a través de polos tecnológicos.
En estos momentos, el gobierno regional asturiano está trabajando en el desarrollo de dos hubs específicos, uno para el sector de la defensa militar y otro relacionado con la supercomputación.
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D+I ya dio cuenta del primero hace escasas fechas y, aunque se desconoce cuál sería su emplazamiento, no sería de extrañar que la vocación de potenciación rural que caracteriza al ejecutivo de Adrián Barbón lo llevara a zonas necesitadas de desarrollo.
En cuanto al segundo de los ecosistemas sobre el que se está trabajando, en cambio, ya se ha dejado claro cuál sería el objetivo en este sentido: llevar el polo a unas antiguas instalaciones mineras.
Aprovechar instalaciones mineras
El gobierno del Principado plantea la puesta en marcha de un polo tecnológico vinculado al ámbito de la computación en la cuenca del Caudal. Para ello, la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad estudia dos vías: el aprovechamiento de instalaciones mineras en desuso que puedan albergar infraestructuras informáticas y la incorporación de Asturias a la Red Española de Supercomputación, con un nodo en el campus de Mieres.
El consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, y el director de Operaciones del Centro Nacional de Supercomputación (Barcelona Supercomputing Center), Sergi Girona, visitaron recientemente varios enclaves en Aller y Mieres para evaluar la viabilidad de algunos de los proyectos.
La primera parte de la visita se realizó a las galerías del pozo Santiago, en Aller. Posteriormente, recorrieron el exterior de la antigua explotación minera acompañados por el presidente de Hunosa, Gregorio Rabanal; el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, y el alcalde de Aller, Juan Carlos Iglesias.
El objetivo en este caso es estudiar la posibilidad de colocar infraestructuras informáticas en este enclave. El interés de la propuesta responde a tres fines: recuperar antiguas instalaciones mineras para fines tecnológicos; minimizar el impacto energético y la huella de carbono que supone mantener grandes infraestructuras de computación, para lo que se aprovecharía el agua de la mina y la superficie; y, finalmente, garantizar la seguridad física que actualmente requieren los equipos informáticos que manejan grandes datos.
Este proyecto vinculado al pozo Santiago sería, según ha apuntado el consejero Borja Sánchez, el primer paso hacia la creación de la nube asturiana. Se trata de contar con una instalación singular que ofrezca soluciones tecnológicas, garantice la ciberseguridad y posibilite trabajar con inteligencia artificial, big data o el internet de las cosas (IoT) a las administraciones del Principado de Asturias.
La siguiente parada fue el Centro de Innovación de la Universidad de Oviedo, en el campus de Mieres. En este caso, para conocer los equipos con los que cuenta la institución académica y mantener un encuentro con investigadores de diferentes ámbitos que utilizan infraestructuras de computación para analizar las grandes cantidades de datos derivadas de su trabajo.
En este sentido, el Principado se postulará para integrarse en la Red Española de Supercomputación, una Infraestructura Científica y Técnica Singular (ICTS) del Ministerio de Ciencia e Innovación, distribuida por toda la geografía española y compuesta por 14 nodos interconectados entre sí por redes de alta velocidad.
Esta propuesta responde a un doble interés. De una parte, situar a Asturias dentro del mapa de las ICTS, del que actualmente está ausente y que implicaría trabajo en red y financiación. Y, de otra, impulsar el germen del clúster de computación científica que ya está funcionando en el campus de Mieres.
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El consejero ha afirmado que esta actuación es clave para "crear nuevas oportunidades de captación de talento, ya que serán estas tecnologías las que nos permitan atraer y fijar en Asturias los nuevos empleos que nos depara la economía del dato".
La Red Española de Supercomputación tiene como misión ofrecer recursos y servicios de gestión de datos necesarios para el desarrollo de proyectos científicos y tecnológicos innovadores y de alta calidad, mediante convocatorias competitivas basadas en la excelencia científica de los proyectos a desarrollar. El nodo asturiano en esta red estaría en el edificio científico-tecnológico del campus universitario mierense.
90 millones para modernización digital
En otro orden de cosas, Asturias ha informado de su potente inversión en digitalización en materia de administración pública y relación con los ciudadanos.
El gobierno del Principado invertirá 90 millones en un los próximos cuatro años para acometer "la mayor transformación administrativa realizada en los cuarenta años de autonomía de Asturias". O lo que es lo mismo, el paso de una gestión convencional a una plataforma de servicios públicos digitales al servicio de la ciudadanía, que ofrecerá una nueva forma de tramitación eficiente, ágil y proactiva, que impulse la transparencia y la capacitación digital de la sociedad y las empresas.
En esta línea de actuación, el Principado ya ha destinado 43 millones en los últimos meses a la creación de una factoría de software, a través de un acuerdo marco con firmas especializadas del sector dedicadas a la consultoría, diseño y desarrollo de soluciones tecnológicas.
También invertirá 42,8 millones en actualizar la estructura de telecomunicaciones; otros 3,6 en el suministro y mantenimiento de licencias informáticas que permitan realizar análisis de los procesos y del big data, y medio millón más para la obtención de un sistema centralizado de custodia de certificados digitales.