La 'vuelta a España' de la innovación: 17 etapas y 17 líderes diferentes
Las comunidades autónomas cierran una legislatura clave, que ha servido para conformar y asentar un mapa definido de tendencias, polos y ecosistemas, pero aún con varios obstáculos por superar.
23 mayo, 2023 00:49Por más que lean en el título expresiones como 'vuelta a España' o palabras como contrarreloj, no vamos a hablar de ciclismo -lo habían deducido, imagino-. Aquí no se trata de completar el mismo recorrido que tu rival en menos tiempo. Esto no va de atacar a tu oponente para alcanzar o consolidar tu liderato.
Aquí vamos a hablar de apuestas por la innovación, un terreno donde lógicamente hay ciertos líderes, pero donde también se apuesta por la colaboración (o así debería ser, al menos) sin tener en cuenta quién es el grande y quién el pequeño.
Lo ideal sería que, tras el recorrido que nos disponemos a realizar por las diferentes comunidades autónomas españolas, llegáramos a la última parada con la sensación de que todas han mejorado sus prestaciones en esta materia, que todas han ganado músculo… En definitiva, que todas, de alguna u otra manera, en mayor o en menor medida, comparándose o no con otros contextos, son líderes.
Las cifras que D+I publicó en su edición de ayer lunes en relación con la inversión pública en I+D+i por comunidades autónomas evidencian de forma incontestable esta revolución, con incrementos de dos dígitos en todas las regiones -salvo en Andalucía-.
Pero que nadie piense que los ejecutivos territoriales han invertido por invertir. La inyección de millones de euros hubiera sido estéril sin estrategias y estas han eclosionado de norte a sur y de este a oeste.
¿Cuál es el resultado de todo esto? Lo decíamos: el resultado es un mapa con 17 maneras de posicionarse, con 17 apuestas estratégicas -algunas similares entre ellas, pero siempre caracterizadas por idiosincrasias sociales diferenciadas-. Repasemos someramente, pues, las credenciales que han logrado cada uno de estos 17 actores.
Las 17 etapas
GALICIA. Su virtud ha sido la de consolidar un potente ecosistema tecnológico -la asociación de centros tecnológicos ATIGA pasa por uno de sus mejores momentos- al tiempo que impulsaba de manera incontestable otro polo, el de la aviación no tripulada. A ello y a asomar la cabeza en el ámbito de la inteligencia artificial -La Coruña será la sede de la Agencia Estatal de Supervisión de la Inteligencia Artificial- o la supercomputación se dirigen ahora las miradas más desafiantes de sus gestores público.
ASTURIAS. Es uno de los territorios que ha dedicado la legislatura a reorganizar la gobernanza de las políticas de innovación, creando una agencia propia para acabar con "políticas dispersas". El foco está puesto en estos momentos en el despliegue de innovación y tecnología para hacer más atractivo vivir en zonas rurales y en fomentar la disrupción en las pymes. Mantienen los asturianos su apuesta por la industria 4.0 y sueñan con que el polo de tecnología militar que han comenzado a desarrollar sea referente.
CANTABRIA. El Mar Cantábrico está sumido en un proceso silente de búsqueda de soluciones innovadoras y tecnológicas para hacer viable y sostenible el sector de la producción de energía eólica marina. Precisamente Cantabria es una de las que contribuye con mayor ahínco y con varias investigaciones que han sido presentadas durante los últimos cuatro años. Industria 4.0 y tecnología aplicada a la salud -interesante proyecto el de Cohorte, nacido hace dos años- reflejan el buen momento de esta región.
PAÍS VASCO. Esta es la región periférica líder en materia de innovación y desarrollo investigador y tecnológico. La computación cuántica, la industria 4.0, la biotecnología y la atracción de talento son los puntos fuertes del siempre pujante ecosistema vasco.
NAVARRA. Es otra de las comunidades autónomas que han dado un salto cualitativo. A principios de legislatura fueron el primer territorio en fijar objetivos de gasto en I+D+i por ley -le han seguido otros-. Y con esto llegaron impulsos a la creación de centros de innovación en empresas, el empuje en sectores como el de la medicina personalizada -ha sido inaugurado durante la legislatura un Centro de Secuenciación- o el auge del 'agrotech'. El gran reto, la transformación de la potente industria del automóvil para adaptarse a la nueva movilidad.
LA RIOJA. Hablar de la evolución de este territorio en los últimos cuatro años es hacerlo de dos sectores clave: el agroalimentario -con el proyecto Enorregión a la cabeza- y el posicionamiento como referente a la hora de afrontar la aplicación de tecnologías como la IA en el desarrollo digital de nuestro idioma.
De los drones gallegos, al 'agrotech' murciano, pasando por los ecosistemas emprendedores de Valencia o Málaga o la 'innovación azul' en Canarias o Baleares.
ARAGÓN. Tras el fiasco de no haber sido elegida como sede de la AESIA ni de la Agencia Aeroespacial Española, la comunidad autónoma aragonesa tiene dos retos que está sabiendo desarrollar con solvencia. Son, por un lado, el reto de la conectividad -creando oportunidades en zonas despobladas-, pero, sobre todo, el reto de hacer del trato con la administración, algo cómodo y fiable. Si hablamos de innovación medioambiental, impresión 3D o ciberseguridad policial, sería conveniente que miráramos también hacia tierras mañas.
CATALUÑA. Otro de los referentes nacionales en 2019 que sigue siéndolo cuatro años después con el viento a favor de contar con la segunda ciudad del país. Alta tecnología, Smart city, supercomputación, computación cuántica, eHealth, ecosistema emprendedor… El combo perfecto para seguir atrayendo empresas y talento… a pesar de un sector político siempre en el ojo del huracán que incluso ha hecho peligrar citas como el Mobile World Congress.
MADRID. Lo mismo se podría decir del gran punto neurálgico de la innovación. Aunque nos refiramos constantemente a que hay más vida disruptiva más allá de la capital, lo cierto es que el potencial es evidente. Aspira a ser "el mayor hub del sur de Europa", como dicen las autoridades regionales, y el mimo a startups, la cada vez más cuidada apuesta por la administración inteligente o el músculo innovador e investigador de sus universidades hacen que Madrid siga siendo una apuesta ganadora.
CASTILLA Y LEÓN. La comunidad autónoma ha demostrado estos últimos cuatro años que tiene potencial de sobra para seguir creciendo. El nuevo gobierno regional surgido en 2022 consideró que había llegado el momento de crear una consejería propia dedicada a la transformación digital para arropar con mayor sensibilidad a sectores punteros a nivel nacional como la ciberseguridad (el INCIBE tiene sede en León), la movilidad inteligente o la innovación enfocada a la tercera edad y a proteger y digitalizar el ámbito rural.
CASTILLA-LA MANCHA. Esta comunidad autónoma sustenta sus estrategias disruptivas en tres patas muy definidas: la innovación en materia energética (capital, Puertollano); la atracción de empresas tecnológicas de primer nivel (capital, Talavera); y la conectividad -la región lleva cuatro años seguidos siendo el territorio con mayor crecimiento en la implantación de fibra óptica-.
MURCIA. La huerta murciana es una de las más prolíficas de Europa, pero lo que no mucha gente sabe es que la tecnología agraria también: durante esta legislatura este territorio se ha colocado como líder nacional en exportación en este sentido. Pero no sólo de agrotech vive Murcia. La creación de un Valle del Hidrógeno, el coqueteo con el desarrollo de un hub de tecnología militar y las políticas innovadoras para cuidar el Mar Menor, completan el eje transformador que, desde este mismo año, va a situarse bajo el paraguas de una nueva agencia de innovación.
COMUNIDAD VALENCIANA. Si algo ha hecho la Comunidad Valenciana durante los últimos cuatro años ha sido consolidar un potentísimo ecosistema de startups (con activas aceleradoras como Lanzadera o Innsomnia, o la Asociación Startup Valencia), reforzar la apuesta por los centros tecnológicos (Redit), impulsar clústers como el de movilidad y presentar su candidatura a ser clave en la soberanía española en el sector de los semiconductores. O lo que es lo mismo, temas lo suficientemente capitales, como para tener siempre la vista fijada en la comunidad autónoma valenciana.
BALEARES. No. Hablar de Baleares no es hacerlo sólo de turismo. O, al menos, no de turismo tradicional. En esta legislatura Ibiza se ha convertido, por ejemplo, en uno de los referentes españoles en políticas de turismo inteligente. Pero sobre todo esto, la región insular ha sabido construir durante los últimos años un discurso propio que le sitúa como faro en la transformación del mar -la innovación en economía azul-. El SOCIB y sus proyectos de sensorización marina o incluso la exploración de cómo extraer energía de las olas son algunos ejemplos de cartas ganadoras de cara al futuro.
EXTREMADURA. La gran noticia de la legislatura que está acabando es la apuesta de Extremadura por la transformación energética. La inauguración del Centro de Investigación en Almacenamiento Energético se prevé para dentro de un par de años, pero lo cierto es que los últimos cuatro han servido para allanar el camino. La apuesta por la biotecnología y por la incubación de proyectos para generar oportunidades contra la despoblación han sido las otras dos grandes palancas de aceleración desde 2019.
ANDALUCÍA. Podríamos definir a Andalucía como el ecosistema de ecosistemas. Aeroespacial en Sevilla (será sede de la Agencia Aeroespacial Española), IA en Granada, startups en Málaga, agrotech en Almería, tecnología militar en Córdoba… Esta legislatura ha servido para consolidar estos hubs de conocimiento que, además, han conseguido interaccionar entre sí formando una potente maquinaria disruptiva. Proyectos en smart city y ciberseguridad completan un compendio de logros en una de las cinco regiones más pujantes.
CANARIAS. Acaba el recorrido en Canarias, la comunidad más aislada pero no por ello menos innovadora. La economía azul -como en Baleares- centra en estos momentos la atención, pero no menos prometedores han sido los esfuerzos que durante los cuatro últimos años se han hecho en materia de fomento de vocaciones tecnológicas tempranas o la apuesta por la alta tecnología en pymes. Por cierto, chips y sector aeroespacial podrían ser los dos grandes 'tapados' del próximo mandato.
Esta 'vuelta a España' en 17 etapas nos deja grandes noticias, pero, aunque no lo hayamos mencionado, el particular viaje que cada región está construyendo hacia su futuro no está exento de obstáculos.
Retos a superar
Y es curioso observar, en este punto y como norma general, cómo al hablar de problemas (o de retos) no hay especificidades. Aquí todos ven ante sí las mismas barreras.
La mejora de los sistemas de colaboración público-privada en favor de la transferencia de conocimiento o la dificultad por desarrollar, atraer, retener o recuperar talento son dos de los retos más apasionantes de las 17 comunidades autónomas.
Mención aparte merece un tema que no conviene pasar por alto y que, por lo visto en varios momentos durante los últimos cuatro años, debería servir a los próximos gestores públicos de la innovación para reflexionar y sacar algún que otro aprendizaje.
Este tema es la tentación de competir unas comunidades autónomas con otras constantemente, por ser mejor en algo, por llegar antes. Se ha visto con asuntos como la pugna por las sedes estatales (los disgustos de candidatas como Granada o Teruel ha llevado a sus políticos a críticas feroces a otros territorios).
Si algo se ha demostrado estos cuatro años es que cada región puede hacer su propio camino en beneficio de su propio tejido empresarial. Y lo deseable sería que en asuntos de estado -como podría ser la lucha contra la despoblación, el cambio climático, la reducción de brechas digitales, etc.- cada región arrimara el hombro junto con el resto para aportar y no para apartar.