Cada vez que surge una nueva fintech en el mercado se repite un mantra. Se termina por destacar la gran cantidad de ciudadanos todavía sin bancarizar como una oportunidad de negocio y un problema por resolver.
Sin embargo, muy pocas veces se habla del gran número de empresas sin acometer la transformación digital y, mucho menos, viviendo al margen de la banca.
Esta es la misión que han asumido Lluís Cañadell y Men Hei Lou (Barcelona, 1994) con Treinta. Lo definen como un software que ayuda a las microempresas, aquellas que cuentan con menos de diez empleados a ser mucho más eficientes.
De Barcelona a Bogotá
Ambos se conocían desde su época de estudiantes y entraron en consultoría. Tenían claro que querían emprender, pero no sabían bien qué startup montar. Hasta que llegó la pandemia y se dieron cuenta de que la falta de digitalización de las microempresas hacía que la economía local fuese todavía más vulnerable. Así lo pensaron desde Bogotá (Colombia), donde trabajaban.
Antes estuvieron en Barcelona. Man Hei Lou es hijo de padres asiáticos, padre de Hong Kong y madre de Taiwán. Uno de sus primeros empleos fue en Antai Ventures, donde estuvo durante seis meses. Tiempo suficiente como para darse cuenta del potencial del sector. En octubre de 2019 se mudó a la capital colombiana.
Decidieron arrancar con Treinta con una meta muy clara: poder llevar la contabilidad de pequeñas empresas. En agosto de 2020 ya había reunido 150.000 dólares de capital semilla.
Una ronda de amigos y familiares, como se denomina en el sector este primer capital invertido antes de tener no solo un producto, sino también una idea. El 31 de agosto se sumaba al equipo el primer empleado. En septiembre echaron la solicitud para sumarse a Y Combinator. "No esperábamos entrar, fue increíble", destaca Lou.
El gran crecimiento de Y Combinator
Tres meses después de entrar en Y Combinator y contratar a ese primer empleado, hoy ya son 57 las personas que forman parte de la startup. Cañadell reconoce que la lucha por el talento es ardua: "Los perfiles de tecnología y producto tienen gran demanda".
Treinta ya funciona en 17 países de América Latina, aunque empezaron con el fondo en México y Colombia, y no paran de crecer. Son conscientes de que más de un tercio del PIB de la región vive al margen del sistema bancario, como apuntábamos al arrancar, pero también de que usan tecnología con naturalidad.
WhatsApp, por ejemplo, se ha convertido en uno de los vectores para adquisición de clientes. "Lo usan, por ejemplo, para recordar un pago. En general, perciben que con Treinta ahorran alrededor de 30 minutos al día", explican.
Solo unos meses después del programa de Y Combinator han culminado un hito destacado: una inversión de 14,3 millones de dólares de fondos reputados como Luxor Capital, GoodWater capital y First Check Ventures.
Pensado para el móvil
Treinta nació como aplicación para el teléfono casi por exigencias del guion. "En la mayoría de los casos el cliente no tiene ordenador, pero sí usa el teléfono para todo", subraya Cañadell. Como suele ser habitual en América Latina, la versión con más éxito es la de Android.
Ambos fundadores se desplazan a Miami cada cierto tiempo. No solo por conocer de primera manera la ebullición del ecosistema tecnológico emergente, sino también para verse con inversores, afianzar contactos y observar tendencias.
Lou sabe que el camino que les queda por recorrer es cada vez más largo. Cuanto más avanzan, más posibilidades de expandir el producto. "Te das cuenta de lo mucho que falta por hacer. Ves oportunidades en todos lados. Van a salir muchos más emprendedores de Latam", dice a modo de despedida ante de tomar un Uber para su próxima reunión en Miami.