Las residencias de personas mayores en California no se han salvado de los efectos colaterales de la pandemia. En estos momentos, los centros siguen extremando las precauciones para salvaguardar la salud de los residentes y continúan con los problemas de contratación.
Una de las áreas más afectadas por el COVID en residencias es el de la restauración. Además de las medidas de distanciamiento social, los restaurantes tienen problemas para encontrar trabajadores y mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Dos residencias de California han encontrado la solución a estos problemas acudiendo a los robots.
El Centro de Innovación y el Bienestar Front Porch de California, organización especializada en residencias de ancianos, lanzó dos pruebas piloto en las residencias Francisco Towers en San Francisco y Casa de Mañana en La Jolla (San Diego).
Durante tres meses, Front Porch acudió a los robots de la firma Bear Robotics. La startup robótica fabrica varias versiones de los androides encargados de llevar a cabo las tareas más pesadas y repetitivas de los camareros: llevar y traer la comida en bandejas. El resto de las labores siguen siendo ejercitadas por los mismos camareros.
Los robots vienen equipados con sensores LiDar y con varias cámaras para navegar por los espacios de manera autónoma y evitar colisiones con otros robots. Cada vez que uno de ellos termina su función de servir una mesa, vuelven automáticamente a su estación de carga. Su batería tiene una autonomía de hasta 12 horas con cada carga de cuatro horas.
En las pruebas piloto, los ‘servis’, como se conoce a los robots de Bear Robotics, se encargaron de trasladar las bandejas de comida entre las cocinas y los comedores de las residencias, evitando, automáticamente, a cualquier persona u obstáculo que hubiera por medio.
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Cuando los residentes finalizaban sus almuerzos, solo tenían que depositar sus platos vacíos en los robots para que estos los trasladaran directamente a la zona del lavavajillas. Cada robot puede trasladar hasta cinco o siete platos, dependiendo de las necesidades.
“Uno de los descubrimientos más importantes que hemos detectado es que los empleados puedan pasar más tiempo de calidad con los residentes gracias a la utilización de los robots. Esto permite incrementar la satisfacción de todos y hacer que logremos uno de los principales objetivos de nuestro programa”, afirmó Davis Park, vicepresidente de la organización Front Porch. “Otros beneficios destacados por los participantes del programa son las mejoras a la hora de agilizar el servicio, reforzar la seguridad y el bienestar del personal, e impulsar la contratación de nuevos empleados, retenerlos y mejorar su entorno laboral”.
Tras los tres primeros meses del programa piloto, se realizó una encuesta a los residentes de los centros de mayores. Dos de cada tres participantes (65.4%) admitió que los robots mejoraban su experiencia en los restaurantes de las residencias y más de la mitad (51.2%) confirmó que los robots les ayudaron a pasar más tiempo de calidad con los empleados durante las comidas.
Los trabajadores de las residencias también formaron parte de la encuesta. Un 51.3% de los encuestados reconoció estar satisfechos con el apoyo de los robots al finalizar las pruebas. Esto supone un aumento del 40% con respecto al inicio de las pruebas. Un 58% dijo disponer de más tiempo con los residentes.
Según Front Porch, los robots no contribuirán a la eliminación de puestos de trabajo: “están diseñados para echar una mano a los empleados”, recalca Kari Olson, presidenta de Front Porch. “En un inicio se concibieron para ayudar a los problemas de mano de obra que encontramos durante la pandemia del COVID-19 y para mejorar la experiencia de nuestros clientes”.
La presidenta también añade que, tras el éxito durante estas pruebas, el objetivo de la organización es seguir expandiendo el uso de los Servi robots a otras comunidades de Front Porch.
Ésta no es la primera vez que la organización acude a lo último en tecnología para animar las vidas de las personas mayores. En el pasado llevaron a cabo programas como Voice First, donde Alexa, la herramienta de voz de Amazon, asistía a los residentes. También desplegaron robots mascotas para el divertimento de las comunidades.