El Gobierno de España cuenta desde hoy con su propio Chief Data Officer (CDO) tras el nombramiento de Alberto Palomo Lozano, quien se encargará de articular toda la estrategia en torno a los datos del Gobierno, poner en marcha la Oficina del Dato y gestionar la participación de España en el proyecto europeo Gaia-x.
El nuevo Chief Data Officer de España es un experto en Data Analytics y la definición de estrategias de datos, con una larga experiencia gestionando equipos de científicos de datos para generar eficiencias en procesos de negocio, según ha informado el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
Doctor en Física Teórica por la Universidad Autónoma de Madrid, está realizando el Certificado de Management, Technology and Innovation por el MIT y cuenta con formación en Minería de Datos y Aprendizaje Estadístico a través de la UNED, entre otras formaciones.
En el ámbito laboral, destaca su experiencia en un laboratorio de I+D de Deep Learning para Huawei Canadá, donde trabajó en el diseño de hardware para optimizar la fase de entrenamiento de redes neuronales a partir de inteligencia artificial (IA).
"Su perfil será clave para establecer una gobernanza clara del ecosistema de datos en España, donde el sector público y el sector privado puedan colaborar en confianza para desplegar la economía del dato española", remarca el Ministerio dirigido por Nadia Calviño.
Oficina del dato
La creación de una Oficina del Dato dentro de la Administración General del Estado formaba parte de uno de los diez ejes estratégicos que vertebraban la agenda Digital España 2025, el relativo a favorecer el tránsito hacia una economía del dato y a aprovechar las oportunidades que ofrece la inteligencia artificial (IA).
Según la agenda digital, el CDO del Estado será el responsable de garantizar la buena gobernanza en el uso de los datos públicos e impulsar su utilización por el sector público y privado. Para ello, dirigirá esta oficina encargada de diseñar y proponer estrategias que permitan poner a disposición de las empresas y la ciudadanía los datos públicos de las Administraciones.
Asi, el Ministerio detalla que esta oficina, dependiente de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (SEDIA), establecerá los principios y estándares horizontales para asegurar que los datos fluyen transversalmente entre sectores, asegurando en todo momento la privacidad y el respecto de los derechos de la ciudadanía.
"Su objetivo es convertirse en un agente clave para impulsar un marco que garantice la soberanía de los datos en España y a nivel europeo, promoviendo la construcción de centros de datos, así como el procesamiento y almacenamiento de esos datos en España", remarca el Ministerio.
Por otro lado, la Oficina del Dato impulsará también la implementación de la arquitectura de compartición de datos desarrollada en el seno de GAIA-X, así como las relaciones con la industria en materia de compartición de datos y servicios cloud.
"Junto con el hub regional de GAIA-X en España, la Oficina del Dato apoyará el despliegue de los espacios de datos sectoriales, poniendo especial énfasis en el sector turismo, salud, agroalimentario o movilidad sostenible", explica.
Transformar los datos en un bien público
"Resumiéndolo mucho, podríamos definir la responsabilidad de este tipo de CDO como la de transformar los datos públicos en un bien público, generando con ellos acciones, políticas y toma de decisiones que beneficien a la ciudadanía", señala en declaraciones a D+I, el director de sistemas de información (CIO) de Sothis, Ricard Sanjuan.
En esta línea, Pablo Boixeda, Solutions Engineering Manager de Cloudera en Iberia e Italia, espera que el nombramiento de un CDO nacional contribuya a optimizar las decisiones basadas en datos en las Administraciones públicas, así como que sirva como "nexo de unión con las empresas privadas".
Por su parte, el director de Qlik en España y Portugal, Rafael Quintana, remarca que su misión es alinear la estrategia de gestión de los datos con los objetivos de la Administración "de una manera eficiente". Además, afirma que debe convertirse en un "gran activador de la alfabetización de datos", que consiste en nuestra capacidad para leer y analizar datos, así como la de trabajar y comunicarse con ellos.
Los tres coinciden en que la creación de este perfil en la Administración Pública es algo "positivo". Así, Quintana remarca que en un momento en el que los datos son esenciales para abordar desafíos públicos, "sin duda, contar con una figura que centralice la estrategia en torno a ellos se notará en la carrera por la digitalización del país". "El CDO es una pieza fundamental tanto en la administración pública como en la empresa privada", afirma.
Una pieza fundamental
Sanjuan también celebra que exista una figura que armonice la estrategia nacional en materia de datos. "Estamos seguros de que este la creación de este rol será un gran impulso para adoptar metodologías que nos permitan extraer el mayor valor posible de los datos y, en definitiva, ser más competitivos como país", agrega.
Asimismo, el directivo de Sothis cree que hay "más similitudes que diferencias" entre un CDO nacional y los de las empresas privadas, sobre todo en cuanto a los retos que afrontan. Uno de ellos, quizá de los más importantes, es derribar barreras y reticencias para cimentar una verdadera cultura del dato.
En cuanto a las diferencias, añade que en la actualidad la prioridad del CDO en el sector privado es monetizar el dato, una vez que se ha avanzado en el reto de normalizar y gobernar el acceso a los mismos para que fueran accionables, En cambio, el CDO del sector público busca aprovecharlo también, pero en este caso para tomar mejores decisiones para el bien común.
A este respecto, Boixeda apunta que el fin último de un CDO ha de ser el mismo independientemente de la organización para la que trabaje y no debería haber mucha diferencia entre un CDO nacional y uno de una empresa privada. "Ambos deben supervisar la estrategia del uso del dato, crear un lenguaje común en las organizaciones y fomentar el uso del dato en el proceso de la toma de decisiones", resalta.
Ventajas de contar con un CDO nacional
Por otro lado, Boixeda cree que los beneficios para el sector público, las empresas y los ciudadanos van a ser notables. Por ejemplo, la existencia de un CDO nacional va a suponer un gran empujón para la transformación digital de todas las empresas, tanto públicas como privadas, con el consiguiente beneficio para toda la población en la optimización de los servicios.
Además, añade que las Administraciones públicas se verán muy beneficiadas de este nuevo rol, ya que, entre sus objetivos, estará impulsar la compartición y el uso de los datos públicos y privados de manera segura. Por su parte, los ciudadanos se aprovecharán del desarrollo de entornos que permitan compartir los datos de manera coordinada y segura entre las empresas y las instituciones oficiales que elaboran estadísticas.
Asimismo, Quintana también cree que contar con un CDO nacional va a ser beneficioso para el sector público, para las empresas y para los ciudadanos, porque va a contribuir a impulsar la transformación digital de las organizaciones, con los consiguientes beneficios que ello reporta a todos los implicados.
Sanjuan admite que los beneficios son difíciles de cuantificar, pero afirma que no le cabe duda de que permitirán al Estado y autonomías "hacer lo que ya hacen bien, mejor". Por ejemplo, lograr mejores resultados con menos recursos, evitar fraudes y usos inapropiados de fondos públicos, y avanzar hacia un modelo más transparente y conectado con la ciudadanía, ayudando a construir vínculos de confianza.
Relaciones con los CDO de las empresas
Respecto a la relación que debe mantener el CDO del Estado con sus homólogos en las empresas, los tres consideran que debe ser lo más cercana, estrecha y colaborativa posible. "La relación entre lo público y lo privado debe ser lo más estrecha posible y se pueden activar sinergias con la existencia de un CDO nacional", asegura Quintana.
En este sentido, el directivo de Qlik agrega que "vamos todos en el mismo barco" y realta que en la compañía consideran que "el CDO nacional puede ser una pieza fundamental en la recuperación económica del país" tras la crisis generada por la Covid-19.
Boixeda coincide en que la existencia de un CDO nacional puede contribuir decisivamente a la tan ansiada recuperación económica. Así, añade que en un contexto en el que los datos son cada vez más determinantes en el devenir de las empresas, su uso adecuado "va a ser fundamental en la empresa del futuro, pero también en la del presente".
Por su parte, Sanjuan apunta que, dado que existen "más similitudes que diferencias" entre ambas figuras, de dicha colaboración se pueden extraer aprendizajes y paralelismos útiles para mejorar la eficiencia de las administraciones y la competitividad de las empresas.
Tras los pasos de Francia y EE. UU.
Francia ha sido uno de los primeros países, si no el primero, en nombrar un CDO a nivel nacional (Henri Verdier, en 2014), con resultados " francamente positivos", según Quintana. Además, Canadá también cuenta con un perfil similar al establecido ahora en España.
Sin embargo, quizás los mayores esfuerzos iniciales vinieron de la mano de Estados Unidos con la creación del portal Data.gov en 2009 y varios nombramientos a nivel estatal y en grandes ciudades, como los de Colorado y la ciudad de Nueva York, ambos en 2010.
"Estados Unidos ha sido uno de los pioneros a la hora de contar con una estrategia data driven; quizá no en el hecho de nombrar un CDO. Pero sin duda, para que dicho rol sea eficaz, debe existir también una cultura afín que lo respalde y lo impulse", remarca el directivo de Qlik.
En este sentido, Sanjuan añade que en la actualidad ya es más común encontrar a esta figura en numerosos países, si bien todavía queda mucho camino por recorrer en tantos otros. Un pensamiento que comparte Boixeda, quien añade que, pese a ello, los CDOs públicos están contribuyendo a impulsar la transformación digital de la administración y el sector tecnológico en general.