Son minúsculos, más pequeños que una moneda de cincuenta céntimos, pero capaces de albergar miles de millones de transistores. Hablamos de los semiconductores, una de las piezas clave de la era digital que dan soporte a toda clase de productos y servicios de nuestro día a día, desde los ordenadores hasta la televisión, pasando por la industria, los automóviles e incluso los juguetes.
Los chips están en todos los lados, aunque no nos habíamos dado cuenta de la vital importancia de estos elementos -los más complejos e intensivos en investigación del mundo- hasta que la escasez de los mismos ha dado paso a la actual crisis de los chips. Una falta de componentes que ha frenado numerosas plantas de producción, alzado los precios de casi todos los bienes de consumo y disparado los temores a un colapso de la cadena de suministro global.
"La escasez de chips comenzó principalmente con dispositivos de gestión de energía, de visualización y microcontroladores, fabricados en plantas que tienen un suministro limitado. La escasez ahora se ha extendido a otros equipos, y existen limitaciones de sustratos, enlaces de cables, pasivos, materiales y pruebas, todos los cuales son parte de la cadena de suministro más allá de las fábricas de chips. Se trata de industrias altamente mercantilizadas con mínima flexibilidad y capacidad para invertir agresivamente en poco tiempo", afirmaba recientemente Kanishka Chauhan, analista de Gartner.
La crisis de los semiconductores, como bien es sabido, encuentra sus raíces en los problemas para ajustar oferta y demanda en los inicios de la pandemia. Los principales productores mundiales -ramificados en Taiwán y Corea del Sur, principalmente- esperaban un descenso en las ventas de chips fruto de la incertidumbre del momento. Pero el trasvase al teletrabajo y la adopción masiva de soluciones digitales para superar el encierro provocaron todo lo contrario: un aumento sin precedentes en las compras de estos componentes.
Se generó así el cuello de botella que, unido a los problemas de logística que trajo consigo la misma covid-19 e incidentes como la interrupción del canal de Suez, sigue presente hasta nuestros días. Y no será porque la industria no ha tratado de poner remedio a esta situación con números de lo más desorbitantes.
Producción a toda potencia
Según datos de la Semiconductor Industry Association (SIA), desde el primer trimestre de 2019 hasta hoy, la capacidad de producción de las plantas de chips ha estado "por encima de la tasa completa". E incluso en los últimos meses ha funcionado a una tasa del 95%, "insostenible" en palabras de la patronal.
Ello ha provocado que la capacidad de fabricación mundial de semiconductores se haya disparado en más de dos millones de obleas por mes, un 8%, y se espera que crezca a cerca de cuatro millones de obleas al mes a finales de 2022 (un 16% más que antes de la pandemia).
Para seguir aumentando el pulmón de la industria de los chips, en 2021 se han anunciado planes para construir 26 nuevas fábricas a nivel mundial, a sumar otras tantas ya en desarrollo. De ellas, muchas se encuentran por primera vez lejos de Asia, revirtiendo la deslocalización industrial de los años 90 y 2000 en favor de la vuelta a la producción local europea y estadounidense.
Ello implicará obvias y muy sustanciosas inversiones en capital. Ya en este mismo curso hemos anotado otro récord en esta parcela, con una inversión de 148.000 millones de dólares en la industria de los semiconductores. Ello representa un 30% más respecto a los niveles de gasto de 2020. Y si miramos hacia el futuro, esta cifra ascenderá hasta los 156.000 millones en 2025.
Ventas de récord
Puede parecer que, debido a la escasez de semiconductores, sus ventas podrían estarse viendo afectadas. De hecho, así funciona la norma: a menor oferta, mayor precio para reducir la demanda existente. Pero en esta ocasión hay un factor que altera la ecuación: la demanda es tan sumamente alta que ni los aumentos de producción han conseguido copar sus exigencias, ni con aumentos de precio mediante.
De hecho, y siempre según los datos de la SIA, el segundo trimestre de este 2021 ha batido todos los récords de ventas de semiconductores de la historia. Todos los meses precedentes también sentaron nuevos hitos en el número de chips comercializados.
Solo en junio se vendieron casi 100.000 millones de unidades. Y, para el global del año, se estima que se comprarán más de un billón de semiconductores a escala internacional (1 trillion, en nomenclatura anglosajona).