El autoconsumo doméstico se ha convertido en la punta de lanza de la transición energética en España. En los últimos dos años se han instalado casi 330.000 instalaciones de autoconsumo doméstico, según APPA Renovables, y la realidad es que los españoles están cada vez más familiarizados e interesados en poblar sus tejados.
En pleno desarrollo del sector, centrarse en mejorar la experiencia de usuario y en conocer los gustos y necesidades de los hogares en España se presentan como aspectos clave para seguir facilitando el camino hacia la transición energética y continuar con el cambio hacia un modelo más eficiente y sostenible.
Un análisis impulsado por Samara muestra que, durante 2023, la instalación de autoconsumo media fue de 8,8 paneles solares y produjo un ahorro de 851 euros al año, más de 71 al mes, respecto a la factura energética tradicional. Las cifras revelan un sector rentable y sólido por sí mismo, y se convierten en el mejor reclamo para animar a instalar. Este ahorro, que ronda el 70% de la factura de la luz, propicia también un periodo de amortización a la baja: los españoles que instalaron el año pasado amortizarán su inversión en tan sólo 6,5 años. Si comparamos esta
cifra con la vida útil de los paneles, que es de aproximadamente 25 años, hablamos de más de 18 años de ahorro neto.
En cuanto a quién instala, el 93,8% de los interesados residen en viviendas unifamiliares, si bien hay que resaltar un importante crecimiento de la demanda de autoconsumo colectivo en los últimos meses, una tendencia que continuará a buen seguro, ya que España es el segundo país de la UE con más población viviendo en pisos (65%). La tecnología y posibilidades del sector son cada vez mayores, y las administraciones están introduciendo avances para agilizar los trámites burocráticos del sector.
Un punto importante para incitar el boom del sector en 2022 y buen ritmo de instalación en 2023 ha sido la vigencia de diferentes ayudas. La bonificación del IBI ofrecida por numerosos ayuntamientos y la llegada de Fondos NextGen se sumaron el año pasado para suponer la recuperación de 3.052 euros de media de la inversión inicial, un 45% de la inversión inicial media de los españoles. Asimismo, a esta cifra se podía sumar una deducción de IRPF del 20%, 40% o 60%, según la mejora en la eficiencia energética de la vivienda quen proporcione cada instalación solar.
El pasado 31 de diciembre marcó el límite de fecha de solicitud para optar a los fondos europeos, pero el autoconsumo, que es rentable para el cliente sin subvenciones, continúa creciendo. Para acelerar aún más el proceso, este año se mantienen vigentes ayudas como la bonificación del IBI y la deducción del IRPF, a las que se suman iniciativas pioneras que buscan seguir apoyando a los españoles en su transición energética. El objetivo, acompañar a los hogares que hoy debaten sobre cuándo instalar en su tejado para que den el paso hacia el autoconsumo con garantías.
En el horizonte del nuevo año, los diversos agentes del sector y poderes públicos esperan seguir caminando hacia la electrificación de los hogares. El autoconsumo se ha convertido en el primer eslabón de la transición energética, y su potencial para combinar y complementar con otras tecnologías de transición renovables, como la aerotermia, le otorgan un rol fundamental. Cada instalación solar nueva evita la emisión de 1,6 toneladas de CO2 a la atmósfera, y su ahorro económico se puede destinar a medio plazo a invertir en otras fuentes de energía o elementos para lograr un hogar más ecológico y electrificado.
La responsabilidad de los implicados es clara: poner todo a disposición de la sociedad para que esta transición sea justa, accesible y equitativa para los españoles.
***Manel Pujol es cofundador de Samara