Hasta hace muy pocos años, los restaurantes y hoteles tenían un cuaderno en el que apuntaban todas las reservas. Durante esos años, eran pocos los negocios que eran capaces de entender el valor que aportaba saber utilizar los datos que se estaban acumulando.
Algo similar pasaba con los pagos, los clientes comenzaron a cambiar el efectivo por el dinero electrónico, produciéndose una situación similar en la que se recopilaban datos de manera ineficiente.
En un mundo cada vez más digitalizado, la mayoría de los consumidores prefieren realizar pagos electrónicos debido a su rapidez, comodidad y seguridad. Como consecuencia, una gran cantidad de empresas han empezado a adoptar soluciones de pago digitales para satisfacer las necesidades de sus clientes.
En este contexto, la evolución de los pagos, así como el negocio de los datos y la personalización de la experiencia del cliente se han convertido ya en vectores de crecimiento de nuestra economía, cada vez más enfocada en la transformación digital y el uso de la información transaccional.
Esta revolución tiene todavía más sentido en un país como España, uno de los principales destinos turísticos del mundo y donde la industria hostelera y de restauración, en particular, se beneficia enormemente de la utilización de datos para mejorar la personalización de la experiencia del cliente.
Los datos, que fluyen por todos los ámbitos de nuestra economía, tienen el potencial de ofrecer un verdadero valor añadido a empresas y clientes al capitalizar sus activos, la red y su propuesta de servicios y productos.
De este modo, las empresas que operan en entornos digitales tienen acceso a espacios verdaderamente atractivos, permitiendo la detección de patrones y preferencias de consumo, trabajando con tasas de productividad muy elevadas.
Una buena estrategia es la de la lealtad digital, que convierte las compras esporádicas en adquisiciones recurrentes a la vez que se crean nuevas experiencias y recompensas.
Así, en lugar de centrarse exclusivamente en la tradicional capitalización financiera de los productos y servicios, surgen alternativas que ya han demostrado ser más que una efímera tendencia y que tienen el potencial de crear un valor extremo, abordando las necesidades del consumidor y fomentando nuevas conexiones con los clientes.
En la actualidad, existen diferentes sistemas de fidelización, que van desde sistemas de puntos o niveles a programas en forma de juego. Algunos muy conocidos son aquellos que ofrecen los operadores hoteleros o el sector turístico, que permiten acumular estancias o rentabilizar el consumo y obtener puntos para canjear en otros negocios.
Imagínese por un momento que está en un restaurante y, al pagar la cuenta, recibe una oferta personalizada para su próxima visita basada en sus preferencias culinarias. O que, al reservar una habitación de hotel, recibe una promoción especial en función de sus intereses personales. Estas son solo algunas de las posibilidades que ofrece la utilización de datos en el sector de la hostelería y restauración.
Estas estrategias permiten a las empresas situarse en el top of mind de los consumidores, destacando frente a los competidores y creando emociones positivas en torno a la marca. Por último, las monedas alternativas permiten recoger mucho más de lo que se siembra. No solo recuperando la inversión inicial, sino también incrementando rentabilidades.
Esta revolución que estamos viviendo ofrece una gran oportunidad para nuestro país. Tan solo el año pasado, España recibió más de 84 millones de turistas, superando las cifras récord de 2019, con un gasto de más de 108.000 millones de euros, según datos recientes del Ministerio de Industria y Turismo.
Imagínense si los hoteles en los que estos turistas se hospedaban, las tiendas en las que compraban recuerdos o regalos para su familia o los propios restaurantes a los que acuden pudieran conocer mejor a sus clientes, ofrecerles una experiencia más personalizada y premiarle por su fidelidad con la marca.
En un contexto de constante cambio y en el que la evolución de los pagos continuará, los datos son la nueva moneda de la era digital. Gracias a la tecnología, estos pagos han dejado de ser transacciones solitarias para convertirse de un potente negocio de información que permite a estos negocios la posibilidad de ofrecer todavía un servicio más completo y adaptado a los gustos y necesidades de sus clientes.
***César Díez es responsable de la 'fintech' FreedomPay en España.