España necesita un director de orquesta para la innovación
Tradicionalmente, España y Europa en su conjunto han caído en el error de asociar la innovación a la I+D, es decir, hemos creído que la innovación era la salida por naturaleza de la inversión a la I+D y, no es correcto. Cómo dijo hace poco el exprimer ministro de Finlandia, Esko Aho: “La I+D es invertir dinero para obtener conocimiento, mientras que la innovación es invertir conocimiento para obtener dinero”.
Esta es, una de las razones por la que España está peor posicionada que nuestros vecinos europeos. La buena noticia es que podemos mejorar porque lo cierto es que tenemos los mimbres para hacerlo. Hemos reaccionado bien a la idea de incorporar más agentes a la innovación y, esto se traduce en una oportunidad; si ponemos el foco en la innovación como elemento de mejora de competitividad, habremos acertado.
Y una de las soluciones pasa por unificar las ventanillas por las que deben pasar las empresas, puesto que en España hemos pasado de ser uno de los países europeos más generosos a nivel de régimen fiscal a la I+D, con un 30% de generosidad media, a tener uno de los sistemas más enrevesados debido, principalmente, a las trabas burocráticas. De hecho, en el V Barómetro Internacional de la Innovación, presentado recientemente por Ayming, el 40% de las empresas españolas señalaba los procesos ineficaces y la burocracia cómo principal hándicap interno a la hora de innovar.
En España tenemos nueve ministerios relacionados con la innovación, 17 comunidades autónomas con competencias en este tema, un Ministerio que quiere hacer su propio plan de innovación y a todo esto, no olvidemos Europa con su programa Horizonte Europa. Es decir, las empresas se encuentran ante una multitud de opciones que conviven, pero sin estar armonizadas, lo que supone un auténtico quebradero de cabeza e incluso genera un profundo desconocimiento debido al enrevesado camino que forman las diferentes ofertas con las que cuentan las compañías para financiar la I+D.
Recientemente hemos propuesto desde el Foro de Empresas Innovadoras la creación de un Consejo Nacional de Innovación con el firme objetivo de que exista un organismo central, compuesto por expertos, responsable de unificar criterios y estrategias que marquen un camino claro para el país y nuestras empresas. Se trata de introducir la función de un 'director de orquesta', cuyo cometido es permitir que el conjunto de agentes que componemos el ecosistema de la I+D en España, tengamos claro dónde vamos y con qué instrumentos. En este caso, una de sus funciones, sería evitar la duplicidad entre agencia estatal y agencia regional, evitar incoherencias en la financiación de proyectos o en la bonificación a las compañías, de algo tan importante como es el personal investigador.
Se trata de dar a la innovación el lugar que le corresponde, en un país que ha demostrado un gran potencial, con una creciente comunidad de emprendedores, startups y empresas que están liderando el camino en diversos sectores. De hecho, según datos recogidos en el último informe presentado por Global Entrepreneurship Monitor España (GEM España) y apoyado por ENISA, el 9,4% de la población está emprendiendo o tiene intención de hacerlo en los próximos años, lo que supone el porcentaje más alto de los últimos años. Un creciente ecosistema innovador al que hay que dar respuesta en tiempo y forma o, por seguir con el símil, cómo haría el director de orquesta, a dar inicio y mantener el tiempo y la intensidad de una buena pieza musical.
Ese, creo, es el problema de España, que nos falta perseverancia e intensidad. Ahora tenemos fondos y es la hora de gobernar dichos fondos, una oportunidad que no puede escurrirse entre nuestras manos. Tenemos próximo un Gobierno que debe tener la capacidad de poner al frente a alguien que crea en nuestra capacidad transformadora, es decir, el próximo presidente debe armonizar a la orquesta y elegir con certeza a su director porque el tiempo es oro y la Innovación, la base del crecimiento de nuestra economía y competitividad.
*** Francisco Marín es presidente del Consejo Asesor de Ayming y Premio Nacional a la Trayectoria Innovadora 2020