Los datos son la base de la economía digital y cada vez se hacen más importantes para una óptima toma de decisiones. Se trata de datos más tradicionales, pero también de datos alternativos, estructurados o no, que son el resultado de la hiperconectividad de nuestra sociedad.
El sector financiero ha sido siempre precursor en la utilización de datos internos y externos para tener un mayor conocimiento de sus clientes y tomar decisiones de crédito de calidad. De forma habitual, datos sobre el comportamiento de pago de facturas y deudas del consumidor son elementos clave en la evaluación de solvencia de un individuo.
La nueva normativa europea de PSD2, así como la incorporación de nuevas tecnologías y modelos de analítica avanzada (machine learning), permiten al consumidor volver a ser el propietario de sus datos. De forma que el consumidor puede consentir de forma individualizada, y para aquellas entidades o terceros que él habilite, el acceso a sus datos de transaccionalidad o hábitos de consumo, de forma que a cambio pueda obtener servicios financieros más personalizados y competitivos.
Asimismo, la llegada del Open Banking permite a las entidades financieras obtener una visión más completa de la situación de sus clientes y, por ello, tomar decisiones más acertadas según criterios de mayor calidad, evitándose así, por ejemplo, el riesgo de sobreendeudamiento.
En Europa, la reciente normativa de la Autoridad Bancaria Europea ABE (más conocida por sus siglas en inglés EBA, European Banking Authority) ha hecho que las empresas sean responsables de evaluar la capacidad de pago y la solvencia a lo largo de toda la vida de un préstamo, y no sólo en el momento de su concesión. En consecuencia, la supervisión continua es fundamental para garantizar el cumplimiento proactivo de la normativa. El Open Banking es el servicio que permite esta continua supervisión consentida por el consumidor.
El resultado de esta práctica tiene muchas ventajas tanto para los consumidores, que obtienen una oferta más adecuada a sus necesidades; como para las propias entidades financieras, con más y mejor información de clientes. Por tanto, la analítica avanzada es la clave para habilitar este tipo de servicios que aporta de una mayor eficiencia a nuestro sector financiero.
Según el estudio 'Datos, digitalización y vuelta al crecimiento prepandémico', realizado por Forrester para Experian, los consumidores entienden las ventajas de recuperar la propiedad de sus datos y, a pesar del inicial recelo existente ante la novedad de la herramienta, el estudio apunta que el 43% de los consumidores están dispuestos a facilitar el acceso a su historial financiero. El 53% permitiría a un banco o entidad financiera acceder a sus transacciones bancarias con regularidad para supervisarlas y proporcionarle el apoyo financiero necesario.
Por su parte, las empresas, y no sólo de naturaleza financiera, estiman que este nuevo servicio es también de gran utilidad. El estudio desvela que el 62% de las compañías considera que se necesitan más datos para sustentar las necesidades de análisis existentes. Y el 31% identifica la falta de datos suficientes para obtener información como su mayor reto, por lo que todavía existe trabajo que hacer para liberar el potencial que ofrecen los datos de buena calidad.
Cada vez se da más relevancia al valor de los datos y las oportunidades que pueden suponer para todas las partes implicadas. A medida que avanzamos en la digitalización se espera que las entidades financieras proporcionen una evaluación más precisa y continua de la capacidad de pago, con una gran inversión en la digitalización de la experiencia del cliente. El acceso a mejores datos debería ser una parte esencial en sus estrategias planteadas para el futuro.
*** Rita Estévez Luaña es CEO y Market President Experian España y Portugal.