“Todo es resultado del azar”, dice Jesús Alonso Gallo, que escribió en un post-it, que pegó en su nevera, que vendería Restaurantes.com a Michelín y así sucedió. Del azar, “y de Dios”, puntualiza, en el que ahora cree porque, aunque primero fue ateo y luego agnóstico, desde la desaparición del cáncer de su hermano, su salvación en la mesa de quirófano y la aparición de su segunda mujer –“con la que vivo en plena felicidad”– se declara creyente. “Siento la presencia de Dios, siento a Dios, no me he apuntado a ningún templo, ni ninguna vaina, pero tengo la felicidad dentro de mi corazón, estoy preparado para morirme y, cuando lo haga, pienso irme riendo”, detalla iluminado.
La vida profesional y personal de nuestro inversor de hoy, que nunca niega su sonrisa y su palabra a ningún emprendedor, no ha sido un camino de rosas precisamente. No es el inversor runner de moda, no es la esbelta silueta del CEO del mayor VC nacional. No. Él mismo huye de un patrón de comportamiento que le defina. Como sucede también durante las dos horas de “anárquica charla” que mantenemos. Él desde un apartamento en Calpe, que no piensa abandonar en los próximos meses. “Si bajo a Madrid, que será algún día suelto, te llamo, y comemos” me camela.
Jesús Alonso Gallo siempre está ahí, no hay emprendedor al que no haya escuchado con talonario en mano, “aunque ahora mi dinero lo dirijo a vehículos de inversión que se encargan de gestionarlo, como Faraday Venture, Fellow Funders, Capital Cell o Cupido Capital”. Cuando una startup en fase pre-seed busca cash, a Jesús se le encuentra fácil. Para aconsejarle, para dirigirle, para enfocarle, para pivotar, para ayudarle a traccionar y, si se pone a tiro, paga la ronda. “Como soy muy accesible, todo el mundo viene a mí, soy el inversor más buscado y más activo en la actualidad”, asume y presume.
Para abrirle su apetito como inversor, como bien hacen los bocados de su restaurante favorito en Madrid, Viridiana; o del otro preferido, Algarabía, junto al Teatro Real, el protagonista de nuestras 'Conversaciones con un inversor’ de D+I, marca una condición casi indispensable: que el CEO o los co-founders hayan invertido parte de sus ahorros en la compañía. A partir de ahí, ya son 60 startups en las que ha participado desde el año 2012, con una inversión total de 700.000 euros y con un resultado final que espera “estar en torno a un 5x” del total invertido, aunque hasta el momento ha recuperado cerca del 30% con los tres exits que ha realizado.
El consabido, y con letras grabado sobre un post-it en la puerta de su nevera, “voy a crear Restaurantes.com y la venderemos a Michelín”, fue portada de El País Semanal el 1 de febrero de 1987; la venta de Drosoft a Electronic Arts; o la fiebre de éxito y reconocimiento por haber estado en Dinamic Multimedia, creadora de PC Fútbol, “han sido grandes alegrías en mi vida”. Aunque en FX Interactive vivió un triste final de “desencuentro con mis socios”, siendo su experiencia profesional más triste, “nunca podía imaginar que acabaría tan mal con personas que consideraba mis hermanos”.
Pero aquellos tiempos son pasado y pertenecen a la primera vida de Jesús Alonso Gallo. Aquella en la que su primer matrimonio acabó en divorcio y con la marcha de su excónyuge a Perú con otra pareja y con su hijo –“todos mis ahorros iban para Iberia”–. O que casi se detiene en octubre de 2008 en la mesa de un quirófano durante su segunda traqueotomía: “Algo salió mal y casi muero. Cuando desperté tenía tubos por todos los orificios de mi cuerpo”. Estuvo medio mes en el alambre, “en la UVI veía como se moría todo el mundo”, describe con voz entrecortada.
“Pasé del Eros a lo espiritual, me dije, ahora voy a ser feliz pero elevado al cubo”. Entonces fue cuando de la mano de Antonio Fernández Ruiz creó Restaurantes.com. “Yo tenía comprado el dominio” –puntualiza–. “Quería crear un espacio online donde millones de personas pudieran reservar mesa en miles de restaurantes de decenas de países”. Aunque no quiere dar cifras, ni por activa ni por pasiva, ni off récord ni a los cuatro vientos, en este caso, pesan más los titulares que los ceros de la operación.
El Jesús Alonso Gallo feliz de hoy se frota las manos para llegar a ese 5x de retorno global neto de sus inversiones. Con Faraday Ventures, donde “invertimos cuando era un Power Point y llevamos dos desinversiones con retornos superiores a 50x”. Liderado por Gonzalo Tradacete, y con destacadas inversiones en prometedoras startups como Classlife o Rentchester, es sin duda uno de los lingotes de oro de nuestro protagonista. Jesús destaca de Gonzalo que se trata de “un profesional muy riguroso con el análisis de la oportunidad. Ha tenido muy buen ojo con sus inversiones lo que le ha reportado un montón de exits”.
Su creencia en el azar, que con el tiempo le propiciará generar riquezas en sus cuentas bancarias, podría ser su apuesta personal por la “multidiversificación” de sus inversiones, como le sucede en Fellow Funders, donde Francisco Mariscal y Guillermo Azqueta (colegas personales del que escribe), le convencieron para invertir en sus inicios cuando era su mentor en uno de los exitosos programas de coworking de la EOI (Escuela de Organización Industrial). “Fran tiene una gran capacidad de estrategia para pensar en hacer cosas grandes, no creo que tarden en sacar empresas a cotizar en bolsa”.
Su creencia en el azar, de nuevo, y en estrategias brutales le han llevado a apostar en tres rondas de inversión, de 25k cada una, en tulotero.com, sin duda, “mi inversión más grande”. La primera a valoración premoney de 7 millones de euros, la segunda y la tercera a valoraciones mucho más grandes. ”Es una startup que fabrica millones de clientes felices con una Tasa de Repetición de Compra eterna. El CEO, Eduardo Villanueva, “es una bestia salvaje, un trabajador nato y una persona muy sencilla” le catapulta. Para concluir que “será seguramente una de las inversiones que me dará el mayor retorno”
Entre las sesenta startups en las que ha invertido, Jesús Alonso Gallo quiere destacar tres de las últimas. Lingokids, con un pequeño ticket que “conseguí” en su última multimillonaria ronda. Motoreto, cuyo CEO, Marcó Conde, “ha estado metido en mil batallas, ha visto lo que se ha hecho mal y lo que se ha hecho bien, es un tío que desayuna napalm”. La última es Cafler, liderada “por un menor superdotado”, Ricard Guillem, con un “padre emprendedor en serie” en la que también han acompañado el gran ‘Carlitos’ Blanco y el referente René de Jong.
De todas sus inversiones, hoy sólo cuatro startups han pasado a mejor vida. De una especialmente, ni Jesús ni yo, nos queremos acordar, por el daño personal causado a ambos y por la mancha negra que deja en el ecosistema. Así no se juegan las partidas, todo un mal ejemplo, antítesis clara de cualquier connotación relativa a la palabra emprendedor.
Los pequeños detalles de la vida marcan la felicidad actual de Jesús Alonso Gallo. “La sonrisa de un niño pequeño jugando en la playa, acariciar a un cachorrito de pastor alemán…” son cosas que valoras “cuando ves la muerte tan cerca”. Pero lo que de verdad hoy fija la imborrable mueca sonriente de este personaje es sin lugar a dudas su pareja desde hace dos décadas: “Esther, la niña de 11 años de la que me enamoré para siempre cuando yo tenía 13, la que cuando el azar quiso reencontrarnos me mostró los poemas de amor que le escribí de niño, que seguía conservando, “Esther es la persona que me tiene enamorado”. Su felicidad, “mi plena felicidad”.