Hay una gran oportunidad en cada crisis”. Esta es una de las frases más célebres de Albert Einstein. De hecho, si repasamos la historia de las grandes crisis de la humanidad, de cada una de ellas, han surgido nuevos modelos de sociedad que han supuesto un avance para el hombre.
Esta crisis sobrevenida por la pandemia de la Covid-19 ha demostrado que la tecnología es esencial para el crecimiento económico, la competitividad y la productividad de nuestras empresas. Estos últimos meses han hecho más por la adopción y el avance en la digitalización, que los últimos años.
Estamos inmersos en la conocida como cuarta revolución industrial, con la llegada de nuevas tecnologías disruptivas en cuanto a conectividad, explotación de los datos y uso de nuevas herramientas, que se convertirán en fundamentales para continuar con la necesaria digitalización; estoy hablando de la inteligencia artificial, el cloud, el 5G o el blockchain, entre otras.
Todos los sectores se han visto afectados por la Covid en mayor o menor medida. Muchas empresas están reconsiderando el uso de cadenas de suministro global y, además, los patrones de demanda del consumidor han cambiado sustancialmente. El cliente es ahora multicanal, capaz de autogestionarse y que busca seguridad y experiencia de usuario.
Estamos ante un futuro que, a corto o medio plazo, será mayoritariamente digital y, por tanto, cualquier empresa o país que quiera ser líder en su sector, ha de invertir en tecnología y ser data-driven.
La crisis supondrá una oportunidad que debe servir no solo para reconstruir el tejido económico destruido, sino para desarrollar, a la vez, uno más competitivo, digital y sostenible.
No dejemos pasar esta oportunidad para evolucionar el modelo productivo de las empresas, pero en especial de los sectores claves para la economía del país.
Supondrá un gran reto y exigirá un esfuerzo coordinado sin precedentes entre los sectores público y privado, pero estaremos a la altura.
Tengamos confianza. Porque la digitalización y las nuevas tecnologías no solo no destruirán empleo, sino que proporcionarán herramientas que favorezcan la vida de las personas, potenciando la empleabilidad. Se espera que la incorporación de las nuevas tecnologías genere más de 1.250.000 puestos de trabajo en los próximos cinco años, más de 400.000 relacionados con carreras STEM.
Como en toda transformación, algunas posiciones en la empresa tendrán que evolucionar, y ello exige responsabilidad por parte de las compañías y de todos los agentes sociales implicados en el mercado laboral, para no dejar atrás a las personas.
En definitiva, es el momento de gestionar el cambio, de una manera ordenada e inteligente, pero proactiva. Apostemos por la educación, investigación e innovación.
Los fondos europeos han de ir dirigidos a inversiones productivas para desarrollar los sectores considerados estratégicos para la economía, apoyar el cambio, la modernización tecnológica y la innovación empresarial y social.
Todo ello para que esta crisis sirva para construir un futuro mejor, con una sociedad más inclusiva y socialmente responsable. La tecnología al servicio de las personas.
Rita Estévez Luaña es CEO y Presidenta de Experian España & Portugal