No ha sido un año sencillo para Huawei a escala internacional. El gran éxito que venía acumulando tanto en el segmento de consumo (aspirando al liderazgo en ventas de terminales móviles y adelantándose a sus rivales en capacidades tan demandadas como las fotográficas) como profesional (siendo referencia en el desarrollo del 5G y copando gran parte de los despliegues de infraestructuras de red en todo el mundo) se ha visto interrumpido, cuanto menos alterado, por los arrebatos diarios de Donald Trump.
El hombre de cabellos dorados, en su guerra comercial de nunca acabar con China, ha escogido a esta compañía como su particular perro de presa y ha ido escalando en su espiral de odio hasta incluir a Huawei en una lista negra de empresas con las que sus homólogas norteamericanas no pueden trabajar. Un veto arbitrario que ha sido suspendido en varias ocasiones ante el tamaño imposible que es romper lazos con una pieza clave del ecosistema de la noche a la mañana y cuya resolución sigue sin estar nada clara.
De ahí, la historia de nunca acabar, con anuncios prácticamente semanales que emulan el comportamiento de una moneda: cara (al sellar importantes acuerdos de despliegue para el 5G en todo el mundo, especialmente en Europa o al obtener el apoyo indirecto de instituciones como la UE o muchos gobiernos nacionales) y cruz (al recibir vetos de otros entes, como el más reciente del Ministerio de Defensa español).
Entre tanto, Huawei sigue a lo suyo, tratando de abstraerse de una guerra que les ha venido impuesta y en la que su rol es el de mero chivo expiatorio de intereses comerciales mayores. Y, también, el de víctima de su propio éxito en un mercado incipiente, el del 5G, en el que por primera vez no hay ninguna compañía norteamericana como punta de lanza.
Tanto es así que en un encuentro con medios, Tony Jin Yong, consejero delegado de Huawei para Iberia, ha preferido centrarse en las buenas nuevas que llegan de la técnica y limitarse a repetir los mensajes ya conocidos de la firma respecto a su pugna con Trump. A saber, la compañía no supone ninguna amenaza de seguridad y está dispuesta a colaborar con cualquier organismo en lo que se le antoje revisar o dejar de revisar. "Probablemente seamos la única compañía en el mundo que podemos sobrevivir a un ataque como éste", ha dicho el directivo.
Y es en ese plano puramente tecnológico donde Huawei aún tiene motivos más que sobrados para sonreír. Por ejemplo, de las 51 redes 5G que ya se han lanzado comercialmente en todo el mundo de la mano de 56 operadores, dos tercios lo hacen con soluciones de la casa china; tres cuartas partes si nos limitamos a los despliegues en Europa. En nuestro país, sin ir más lejos, Huawei es el proveedor de referencia en la puesta en marcha de la primera -y por ahora única y limitada- red 5G, la anunciada por Vodafone el pasado mes de junio. También trabaja junto a la 'telco' británica en el proyecto piloto de Red.es en Andalucía y con Telefónica en el de Galicia.
En el capítulo nacional, Jin Yong ha subrayado la mayoría de edad que cumple Huawei este curso. 18 años en los que está prestando servicio a 35 millones de usuarios, ha acumulado una extensa red de 200 partners y se ha hecho con un equipo de 1.000 empleados, de los que el 80% son españoles. Todo ello amparado por un incesante crecimiento en facturación, que ya está por encima de los 1.000 millones de euros anuales.