Hoy, cuando alguien va a volar desde la terminal 4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, puede embarcar y entrar al avión sin hablar con nadie, al menos para los vuelos a Bruselas y Oviedo. La forma habitual de acceso, para estos viajes, se ha transformado en una puerta que incorpora las últimas tecnologías de reconocimiento facial capaz de identificar al pasajero. Si coinciden estos datos, el pasajero accede directamente al avión. Este sistema pionero de eboarding está siendo probado en el aeropuerto madrileño.
El objetivo de Thales es usar la biometría para identificar esos aspectos que nos hacen únicos. Este sistema toma medidas y datos de varios rasgos conductuales o físicos intrínsecos de una persona para reconocerle de forma inequívoco. Así, se está usando ya para facilitar numerosos trámites que hasta ahora requerían mucho tiempo.
Porque el paso previo ya está instalado; son las egates. Estas puertas te identificarán y te permitirán pasar o no los tornos en una estación de metro, porque sabrá si puedes pasar o si debes reponer los viajes. También sirve para el acceso en los aeropuertos a la zona de seguridad como paso previo al embarque. Las puertas instaladas en los aeropuertos de España -17 en Bilbao y 30 en Valencia-, incorporan captura de verificación facial y verificación de huellas. A estos aeropuertos se sumarán en los próximos meses cuatro más, con un total de 130 egates en España. Estos sistemas también están activos en Francia, con 100 puertas en los aeropuertos parisinos, y en países como Suiza, Ghana, Ucrania, Omán y Colombia.
Los creadores del dispositivo señalan que, si hay un problema de identificación, como ocurre con otros sistemas en la actualidad, siempre habrá alguien de seguridad para confirmar los datos. Lo que está claro es que agiliza el embarque, evita problemas ante robo o pérdida de documentos, elimina el error humano y permite soñar con una identificación totalmente automatizada.
Empresa y laboratorio
Marko Erman, director de tecnología de la compañía, ha hablado con INNOVADORES sobre los nuevos desarrollos y el futuro de tecnologías como la biometría. “Nosotros hacemos desarrollos propios, surgidos del corazón de la empresa, pero también buscamos soluciones a problemas que nos plantean compañías e instituciones que nos piden ayuda. El secreto es crear un producto tecnológico específico para solucionar su problema concreto”, destaca Erman.
Esta empresa, con 80.000 empleados en todo el mundo, tiene al 10% de su personal centrado en innovar en ciencia, tecnología e ingeniería. Thales genera unas ventas de 10 billones de euros y tiene un presupuesto de cerca de 3,5 para temas de investigación.
“Uno de nuestros sectores más relevantes es la biometría, que ya no sólo se basa en la cara, sino en muchos parámetros, lo que da más seguridad, porque tienes más pruebas de que esa persona es, evidentemente, quien dice ser. Todo el cuerpo es la firma de quién eres”, detalla el directivo.
Huella dactilar
En la actualidad ya podemos acceder a numerosos dispositivos, como el móvil, con nuestra huella dactilar, por lo que no debería sorprendernos que las nuevas tarjetas de crédito desarrolladas por esta compañía incluyan este sistema, que ya se están usando en un banco de Reino Unido y en otro de Italia.
Los responsables aseguran que es igual de seguro que las actuales, pero más cómoda, porque sólo con apoyar el dedo en el chip, la tarjeta te reconocerá como propietario y hará el pago. Ya no será necesario memorizar el código de cuatro números. Además, el porcentaje de falso negativo, es decir, cuando la tarjeta no reconoce al propietario, es menor del 5%, inferior al error de lectura de los teléfonos actuales.
El proceso parece sencillo; el banco envía al usuario la tarjeta y un pequeño aparato para que la active él directamente con un código y su huella dactilar. Al mundo de identificación con huellas dactilares se ha incorporado también NOVA, un nuevo sistema que realiza un escáner de la yema o los dedos completos sólo con situarlos encima, sin necesidad de apoyarlos.
Cámaras anti-fraude
Otro de los productos que han mostrado estos días ha sido Liveness detection, un software que se puede incorporar a cualquier tipo de sistemas de identificación biométrica. A través de una cámara, este dispositivo toma distintas medidas del rostro y capta pequeñas señales típicas de un ser vivo. Lo que consigue es averiguar que lo que tiene delante es una persona de carne y hueso viva, y no una fotografía, un robot o cualquier cosa similar.
“Lo que buscamos es aumentar la seguridad de toda la tecnología que usamos. Lo último en lo que estamos trabajando junto a una startup es un reloj inteligente que reconoce la posición y la forma de las venas de su dueño, algo único en cada persona”, destaca el jefe de tecnología de la empresa. Así, el reloj sólo funcionará si lo usa su legítimo propietario, ya no habrá contraseña que hackear.
La compañía está inmersa ahora, además, en la segunda revolución cuántica. Su investigación en este campo pretende mejorar el transporte aéreo, el espacio, la defensa y la seguridad. Erman destaca su importancia: “La física cuántica ayuda a mejorar los resultados exponencialmente; es el Harry Potter de la física”.