Juan Arias, socio fundador de ABG IP.J

Juan Arias, socio fundador de ABG IP.J Julio Miravalls

Investigación

Entra en vigor, con alguna polémica y sin España, la Patente Unitaria Europea

Ya funciona el nuevo sistema con efecto en la UE, que también pueden aplicar los innovadores españoles para los países integrados

3 junio, 2023 02:32

Desde el pasado jueves, primero de junio, la propiedad intelectual puede jugar a un nuevo juego en Europa: ya está en vigor la Patente Unitaria (PU) y adquiere sus competencias el nuevo Tribunal Unificado de Patentes (TUP), que se ocupará de todos los conflictos relacionados con esta patente en una jurisdicción única.

La Oficina Europea de Patentes (EPO por sus siglas en inglés), que cumple 50 años, celebró el nacimiento de la PU con una ceremonia pública. Mientras, en España, Abg IP, una de las firmas más relevantes en la gestión de patentes, celebraba el mismo día su seminario anual y su vigésimo cumpleaños. La Patente Unitaria se cobró una buena dosis de protagonismo.

"Es un momento histórico al crear un sistema de patentes más accesible, más económico y sencillo, para que Europa cuente con un mercado sin fronteras para la tecnología en apoyo de los negocios innovadores", asegura António Campinos, presidente de EPO.

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"Con este paso, no sólo igualamos el terreno de juego con nuestros competidores de otras regiones, sino que también creamos las condiciones que impulsarán la innovación y nuestras economías", añade Campinos.

"Gracias a esta mejora, prevemos un incremento del 2% anual en los intercambios comerciales y del 15% en inversiones directas de fuera de la UE en los sectores de alta tecnología", concluye.  

La PU es un paso delante de la Unión Europea, encomendado a la EPO, para establecer un Mercado Único de la propiedad intelectual (PI), si bien las azarosas circunstancias de su gestación han producido no pocas singularidades y diferenciaciones.

17 participantes

Para empezar, es una cooperación reforzada en la UE a la que todavía le faltan bastantes piezas. La Patente Unitaria comienza con sólo 17 participantes, de los 27 Estados miembros, lo cual da lugar a que habrá varios periodos transitorios de aplicación mientras se van incorporando más países. De los diez que faltan, hay siete que tienen pendientes trámites de ratificación. En el caso de Hungría, incluso tiene que modificar su Constitución.

Otros tres países, con España a la cabeza (los otros dos son Polonia y Croacia), ahora no están, ni se sabe si se les espera.

En el caso español, dado que el rechazo es una decisión puramente política ("depende del Ministerio de Asuntos Exteriores", comenta a D+I el experto Leopoldo Belda, de la Oficina Española de Patentes y Marcas), es legítima la duda de si un eventual cambio de Gobierno, tras las elecciones del mes próximo, supondría también un cambio de postura. No obstante, la negativa ya lo fue del PP, con el gobierno de Rajoy.

Se trata de un problema con los idiomas oficiales: inglés, alemán y francés. Exclusivamente, esos tres. Lo cual, se alega, provocaría indefensión a las pymes y mayor gasto por la obligatoriedad de traducir los documentos relacionados con las patentes. Todos ellos deben estar en inglés y otra lengua, bien francés o alemán (ambos pueden sustentar la documentación original), o alguna otra oficial de la UE. Parece ser que CEOE tampoco está muy de acuerdo con acogerse a la PU. 

Otra de las peculiaridades del nacimiento de la PU es el Tribunal Unificado de Patentes, que se ocupará en exclusiva de cualquier litigio, oposición o conflicto relacionado con esta patente. Sin olvidar que el mundo de las patentes tiene vasos comunicantes que hacen que cualquier decisión en un tribunal afecte a los demás.

El TUP es una jurisdicción única en la Unión, con tres secciones. Sin embargo, arranca con sólo dos de ellas, radicadas en París, sede central, y Múnich. La tercera estaba preadjudicada a Londres. Pero, "como el Reino Unido se salió del sistema", por el Brexit, "no puede ser", explica Juan Arias, socio fundador de ABG IP.

Una sede en el aire

En Londres estaba pensado que se centralizasen los asuntos de biotecnología. Ahora se plantea como alternativa la candidatura de Milán. Se da la circunstancia de que Italia planteó al principio la misma oposición que España: no estaba conforme con la exclusividad de las lenguas oficiales. Ahora es un adalid de la PU y puede obtener ese beneficio.

Algunas fuentes señalan que España pudo tener oportunidad de aspirar a esa tercera sección, integrándose en la PU y ofreciendo Barcelona como sede. Pero la escandalera y la incertidumbre provocadas por el procés en 2017 desbarataron cualquier posibilidad, del mismo modo que hicieron perder a la Ciudad Condal la opción de albergar la Agencia Europea del Medicamento. Hubiera tenido sentido reunir ambas entidades en una misma ciudad.

En todo caso, el Tribunal Unificado tendrá divisiones regionales en algunos países miembros (el anterior presidente de EPO, Benoît Battistelli, ofreció expresamente una de ellas a España, en la que "se hablaría todo en español"), una corte de apelaciones en Luxemburgo y centros de mediación y arbitraje en Ljubljana (Eslovenia) y Lisboa

Las dos grandes diferencias entre la Patente Unitaria y la ya veterana Patente Europea, que desde ahora responderán ante el mismo sistema judicial ("sin ninguna otra instancia superior", subraya Belda) son sus ámbitos de protección y, consecuentemente, los precios.

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La PU tendrá efecto simultáneo, con una sola gestión, en todos los Estados, acogidos a ella. Únicamente miembros de la UE, claro. La tarifa y las tasas de mantenimiento serán únicas, pagadas a EPO. Según cálculos de los expertos, resultan más económicos en cuanto se desee obtener la protección de la patente en más de ocho países.

La Patente Europea, por el contrario, se gestiona como una protección única, pero es necesario tramitar su efecto y validación (con traducciones y pago de las tasas correspondientes) en cada uno de los países que se desea tener su efecto. En este caso no está limitada a los miembros de la UE.

EPO calcula una diferencia de costes de 30.000 euros, con el sistema existente hasta ahora, a 5.000, con la PU, para mantener una patente durante 10 años "en los 25 Estados (incluyendo Polonia) que han participado en la cooperación para crear el nuevo sistema". O sea, cuando estén todos ellos.

Jueces que saben de tecnología

Lo que levanta cierta polémica, en torno al TUP es otra característica que EPO subraya como una ventaja, mientras que otros agentes en el sistema de patentes lo ven como un posible tropiezo: la figura del juez técnico.

Hasta la fecha, los asuntos de patentes se ven en tribunales ordinarios (así seguirá ocurriendo en muchos casos mientras el litigante no acuda expresamente al TUP), en los que el juez carece de conocimientos específicos para entender en asuntos de carácter científicos y técnicos.

El TUP contará con jueces de formación estrictamente jurídica y también con jueces con conocimientos tecnológicos y experiencia en el mundo de la propiedad intelectual, en la que los abogados siempre juegan un papel relevante.

El problema, respecto a esos "jueces técnicos" es que a la convocatoria de EPO respondieron muchos expertos que ya estaban trabajando en el entorno, en la industria o en empresas y entidades dedicadas a la PI. Era el perfil lógico.

Esto plantea una clara cuestión de incompatibilidad ética si uno de ellos, trabajando para una determinada empresa tecnológica, tiene que entender asuntos que atañen a otra compañía competidora.

No estará permitido seguir en ambos lados, y "eso se concretó después de la selección de candidatos. Así que ha habido bastantes renuncias", advierten a D+I.

Durante un periodo transitorio de tres meses desde que se confirmó la fecha de entrada en vigor de la PU (periodo que concluyó el pasado 31 de mayo) los poseedores de patentes europeas ya publicadas tuvieron la oportunidad de solicitar un 'opt-out' y excluirse preventivamente de la competencia del Tribunal Unificado, para mantenerse en las jurisdicciones ordinarias.

Juan Arias, socio fundador de ABG IP.

Juan Arias, socio fundador de ABG IP. Julio Miravalls

Ahora se abre otro periodo transitorio de siete años (tal vez prorrogable otros siete) en el que todavía se puede solicitar el opt-out, para patentes europeas, siempre que no se haya iniciado alguna acción en el TUP (propia o de un tercero). Y también el efecto contrario, un 'opt-in' para acogerse a la competencia Unificada, renunciando a la exclusión. Después ejercer esta segunda opción no habrá marcha atrás.

En cuanto a la disponibilidad de la Patente Unitaria para las empresas e innovadores españoles, Arias asegura a este periódico que no tendrán problema alguno. Lo que ocurre es que, para protegerse en España tendrán que recurrir también a la patente nacional.

Los trámites para solicitar una patente unitaria se pueden hacer "enviando los documentos por correo a Múnich" (donde tiene su sede la EPO), o incluso vía online. Abg IP, que tiene oficinas en Madrid, Barcelona y Bilbao, ni siquiera se plantea abrir otra en alguna ciudad europea para encauzar este tipo de solicitudes, señala Arias. De momento, tiene para cursar cinco solicitudes de patentes unificadas de sus clientes.

A título de anécdota, Arias comenta que el lunes 29 de mayo, dos días antes de cerrarse el plazo, "se habían presentado 420.000 solicitudes de opt-out. Nosotros, Abg IP, hemos presentado 300". Pero ese día "se cayó el sistema (de EPO) o lo cerraron".