Este viernes quedará marcado en rojo para siempre en el calendario vital de Nuria Oliver. Las casualidades existen pero hace falta mucho más que azar y el beneplácito de la diosa Fortuna para atesorar una carrera profesional como la de la investigadora y emprendedora que dirige el área científica de la Fundación ELLIS Alicante.
Y es que, caprichos -o no- del calendario, Nuria Oliver se convertirá hoy en la cuarta mujer -y la primera ingeniera- que recoge el Premio Jaume I de Nuevas Tecnologías, en un acto en Valencia presidido por el Rey Felipe VI celebrado, precisamente, en el Día de la Mujer Emprendedora, que se conmemora cada 19 de noviembre.
La científica es un referente en inteligencia artificial de primer nivel y una de las mujeres que más está contribuyendo a visibilizar el talento femenino en la era de la transformación digital y tecnológica.
D+I habla con la ingeniera en Telecomunicaciones en la antesala del evento en Valencia y, desde un primer momento, se percibe que Nuria es consciente de la trascendencia del galardón que va más allá del mero reconocimiento personal y profesional.
El galardón se erigen en un símbolo de la lucha que se está librando en el seno del sector tecnológico español -y, también mundial- por lograr la ansiada igualdad entre sexos y en un ejemplo vital para que las ingenieras y científicas del mañana dispongan de referentes para sentirse identificadas.
La renuncia de la mujer
"Tenemos una cultura excesivamente misógina y sexista en muchos ámbitos del sector tecnológico; se llama la cultura programmer. Existe un porcentaje muy elevado de mujeres que abandona el sector después de haber superado todas las barreras; estudiar la carrera, empezar a trabajar..., y lo hace por esta cultura".
El problema no es exclusivo de nuestro país, sino que es extrapolable al resto de los nodos de referencia en tecnología e innovación del mundo con un peso predominante en Estados Unidos.
"En el contexto tecnológico, la presencia femenina es todavía muy limitada. Sobre todo en EEUU, donde están los grandes fondos de capital riesgos; aquí encontramos ejemplos de discriminación de género a fundadoras y startups impulsadas por fundadoras por una mera cuestión de género", relata Oliver.
Las cifras avalan el camino que todavía queda por recorrer. Según los datos aportados por la investigadora durante nuestra conversación, un 70% de las startups tecnológicas no tienen a ninguna mujer en puestos de liderazgo y sólo un 3% de las startups que tienen inversiones de capital riesgo son fundadas por mujeres".
Y todo, "a pesar de que hay varios estudios que han demostrado empíricamente que las startups fundadas por mujeres son más rentables económicamente, tienen mejores resultados que las fundadas por hombres".
La experta en inteligencia artificial pone el acento en el cambio multidisciplinar que la sociedad debe abordar cuanto antes para captar el talento femenino que se está dejando perder y cuyo impacto va mucho más allá de valores monetarios.
"La Comisión Europea estima que la falta de mujeres en el sector tecnológico genera al año varios miles de millones de euros en pérdidas a Europa. Es un imperativo por justicia social pero también por una cuestión de supervivencia como especie", relata.
"Necesitamos desarrollar tecnología para afrontar los grandes retos del siglo XXI; la emergencia climática y energética, el envejecimiento de la población; es inaplazable atraer a todo tipo de talento para que nos ayude a abordar estos retos y encuentre soluciones innovadoras que sean inclusivas y diversas", añade Oliver.
El retroceso femenino en informática
La sociedad no puede permitirse "no incluir a la mitad de la sociedad en esta causa" -matiza- y esa labor comienza desde las etapas más tempranas de la educación, sobre todo en aquellos momentos en que las niñas, las futuras investigadoras y emprendedoras, han de ir perfilando su futuro profesional.
La evolución en los últimos años es "preocupante" en carreras relacionadas con la informática y las áreas conocidas como STEM (titulaciones que pertenecen a estas cuatro áreas de conocimiento: ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Nuria Oliver pone el acento en la paulatina desaparición de las estudiantes en informática y las ingenierías más cercanas a esta área del conocimiento.
"Son las únicas carreras en las que el porcentaje de chicas ha ido disminuyendo desde los años 80. En el resto, el porcentaje femenino ha ido aumentando hasta el punto que, en el área de la salud y educación, hay ya deficiencias de diversidad de género por falta de estudiantes masculinos".
En el contexto tecnológico, la media de presencia femenina en el Grado de Informática se sitúa alrededor del 12%. "Tenemos efectivamente una dificultad para atraer al talento joven femenino a este tipo de carreras, sabiendo que son las que más futuro y demanda tienen porque son versátiles y transversales", asevera.
Pero ¿qué lleva a este joven talento femenino a desechar de antemano estas titulaciones?
Estereotipos y sesgos de género
Nuria Oliver es categórica: "Por una parte, tiene que ver con la estereotipación de género. Si te pido que cierres los ojos e imagines a alguien que programa ordenadores, seguramente no visualices a alguien como yo. Recurrirás a lo que se transmite desde series de televisión y otros canales; a un chico con pocas habilidades sociales, en un sótano y comiendo comida basura".
En segundo lugar, entran en acción los sesgos de género que provocan que hombres y mujeres "infravaloremos sistemáticamente a las mujeres".
"Las ingenierías suelen tener fama de ser carreras difíciles y, si aplicamos este sesgo, nos encontramos con que muchas adolescentes, a pesar de tener expedientes brillantes, no eligen estas carreras porque piensan que no van a ser lo suficientemente buenas para cursarlas", manifiesta.
Por último, entra en juego la ausencia de referentes. "Sufrimos una gran falta de visibilidad y reconocimiento, y de referentes femeninos que dificultan inspirar a las niñas y adolescentes", puntualiza Nuria Oliver.
La investigadora y emprendedora insiste en que el reto como sociedad que toca a la puerta no podrá afrontarse sin el talento femenino porque "la diversidad de género enriquece, metafórica y realmente".
"Las disciplinas y equipos más diversos en género generan más riqueza y tienen más capacidad de innovación; sus soluciones son más inclusivas porque tienen una visión más amplia de la realidad", recalca.
El momento de "pasar a la acción"
Y lanza un mensaje a esas futuras ingenieras que hoy puedan verla en el acto de entrega de los Premios Jaume I y que estén dudando sobre su futuro profesional en el campo de la tecnología.
"Primero las felicitaría por planteárselo y también las animaría. Ahora mismo no hay mejor carrera que ser ingeniera y ser experta en tecnología. El mundo necesita más inventoras, más investigadoras y más ingenieras para ayudarnos a afrontar los grandes retos a los que nos enfrentamos".
"Por eso es tan importante captar el talento femenino porque si no hacemos nada las cosas no van a cambiar y es fundamental pasar a la acción", apostilla. Nuria Oliver moverá ficha -una vez más- este viernes con su Premio Jaume I de Nuevas Tecnologías. Un pequeño gran paso al frente en este reto global por la igualdad.
Noticias relacionadas
- Las 'scaleups' españolas aceleran en 2021: duplican facturación y nuevos empleos en el año del 'despegue'
- Empleo femenino TIC: España supera en un punto a Europa pese a que sólo el 20% del sector 'tech' lo ocupan mujeres
- Female Startups Leaders: El emprendimiento de la era digital será (también) femenino o no será