Los creadores del personaje de Gollum en El Señor de los Anillos consiguieron articular sus movimientos a partir de los gestos reales de un humano que llevaba un traje con sensores. Años después, un sistema similar y de sello español, Chordata, ha ganado la 7.ª edición de la jornada de emprendimiento SpinUOC. Pero Chordata es especial porque quiere hacer llegar al gran público esta tecnología de captación de movimientos, conocida como motion capture o mocap. Por ello, se ha concebido como un sistema de código abierto (open source), de manera que cualquier persona con conocimientos de programación puede utilizarlo o mejorarlo sin coste alguno. Además, comprar el traje con los sensores será un 50 % más económico que adquirir los trajes actualmente disponibles en el mercado.
Se trata, pues, de democratizar esta tecnología, que tiene aplicaciones prometedoras en ámbitos como la robótica, las artes visuales, los videojuegos o las ciencias de la salud y el deporte. Por ejemplo, Joan Antoni Ventura, consejero delegado de la empresa J. Ventura, dedicada a diseñar sillas a medida del caballo y del jinete, quiere aplicar la tecnología Chordata para desarrollar una silla adaptada a jinetes con discapacidades (físicas, mentales o sensoriales) y al animal, asegura la Uoc en un comunicado. Se trata de utilizar la tecnología del motion capture para analizar los movimientos del caballo y, así, diseñar sillas a medida totalmente personalizadas a las necesidades del jinete.
Chordata también se puede usar para representar en 3D los movimientos de un paciente con problemas de motricidad tras un ictus y, así, saber cómo evoluciona su recuperación, sea en tiempo real o en diferido, bien a la consulta o bien desde su casa. Además, con esta tecnología se pueden analizar y obtener datos sobre los movimientos de un atleta olímpico o de un corredor mientras entrena con el objetivo de crear estrategias muy precisas para mejorar su rendimiento deportivo. En cuanto a los videojuegos, los jugadores de videojuegos de realidad virtual pueden convertirse en sus avatares.
"Nos dirigimos a usuarios que tengan un presupuesto reducido y que, si así lo desean, puedan modificar el software, adaptarlo a sus necesidades y compartir ese conocimiento. Es un modelo colaborativo", explica Flavia Laurencich, profesional que ha trabajado en la UOC y una de las impulsoras del proyecto.
La iniciativa ha recibido solicitudes de compra del prototipo de varios países de todo el mundo, como India, China, Islas Mauricio, Brasil, Estados Unidos, Francia, Alemania, Finlandia o Canadá, entre otros. Muchos de los interesados son miembros de departamentos universitarios, productoras de cine independiente, autónomos que se dedican a crear videojuegos o pequeñas empresas orientadas a la rehabilitación.
Quince sensores, velcros y un microordenador
El traje de Chordata está diseñado para adaptarse a las necesidades de cada usuario y, de hecho, podría utilizarse tanto con personas como con cualquier objeto o animal en movimiento.
Para reproducir los movimientos de un cuerpo humano entero se necesitan quince sensores magnético-inerciales, "los mismos que permiten a tu teléfono móvil entender cuándo lo inclinas o lo balanceas", detalla Flavia.
Estos sensores, colocados en puntos estratégicos del cuerpo mediante un sencillo sistema de velcros, están conectados por cables. La información que reciben se transmite a un microordenador, que la representa en un modelo tridimensional prediseñado.