Fue uno de los sectores que mejor resistió en 2022 el envite del 'invierno inversor' y, a tenor de lo acontecido esta semana en Bilbao, el foodtech está manteniendo posiciones este año ante el mayúsculo reto que afronta: construir desde el presente la alimentación del futuro.

Y no a cualquier ritmo. Toca acelerar el paso. La inflación y los efectos del cambio climático urgen imprimir un 'golpe directo' a este desafío que sitúa a la industria agroalimentaria en el centro del relato. La responsabilidad pesa en el ecosistema. 

En los corrillos de pasillo, en las salas de conferencias, en el networking... No ha sido difícil percibir por parte del ecosistema foodtech -nacional e internacional-, reunido bajo el paraguas de F4F-Expo Foodtech, que la situación exige pasar a la acción y ser proactivos.

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El ciudadano postcovid está más preparado ahora para los cambios que ello conllevará. El consumidor de esa alimentación del futuro ha sido testigo en los últimos años de los efectos de la emergencia climática. Y los ha experimentado en primera persona y en su entorno más cercano.

La sequía persistente en España o las recientes lluvias torrenciales en Italia demuestran que el reto es global y que las soluciones también deben serlo. En este contexto, España está llamada a desempeñar un papel destacado, así lo requiere su posición como cuarta potencia foodtech en Europa y décima en el mundo.

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Porque en este desafío todos los integrantes del sector son necesarios: Administración, corporates, startups, fondos de inversión, centros tecnológicos... Es, a todas luces, una de las principales conclusiones del evento F4F2023: quedarse al margen de esta profunda transformación ya no es una opción, y en ella, todos cuentan.

El presidente de F4F-Expo Foodtech y CEO de Campofrío, Javier Dueñas, incidió en la presentación del congreso en el momento crítico que atraviesa la industria agroalimentaria. "Es fundamental revisar los modelos de negocio, reducir la dependencia de los recursos naturales y buscar nuevos ingredientes para lograr una dieta equilibrada".

Pero el ecosistema cuenta ahora con potentes 'armas' para librar la batalla por la alimentación del futuro. La tecnología, la innovación y la investigación científica se han convertido en sus mejores aliados.

"Nos enfrentamos a múltiples desafíos, algunos de ellos impensables hace apenas cuatro años, como los problemas en la cadena de suministro y la escasez de agua. Sin embargo, contamos con el conocimiento, la tecnología y el talento necesarios para superarlos", indicó al respecto el viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno vasco, Bittor Oroz.

IA, robótica y automatización

Más de 500 innovaciones se ha podido conocer en la tercera edición del evento donde la inteligencia artificial -la tendencia tecnológica del momento- ha tenido un papel relevante. Especialmente para luchar contra el desperdicio de alimentos, una realidad que debe atajarse de manera urgente.

Ha sido otro de los conceptos estrella de este año en F4F-Expo Foodtech que han reiterado hasta la saciedad autoridades, investigadores y empresarios. Los datos así lo exigen. La inteligencia artificial consigue reducciones de hasta el 40% en el desperdicio alimentario; o en los propios procesos de fabricación, con beneficios que pueden repercutir en el aumento del nivel del servicio en más del 50%.

También es imprescindible en el smart delivery. Y es que la cadena de suministro no escapa al impacto de la IA.

Elisa Caballero, directora Global de Estrategia y Operaciones en Ingeniería en Glovo, señaló que, durante la producción de alimentos, "nos ayuda a identificar el momento óptimo de recolección, consiguiendo productos de mayor calidad y reduciendo el desperdicio alimentario".

La IA nos ayuda a identificar el momento óptimo de recolección, lo que logra productos de mayor calidad y reduce el desperdicio

Elisa Caballero, directora global de Operaciones en Ingeniería de Glovo

Además, consideró que tendrá un rol significativo en los controles de calidad y en el smart delivery, "ayudando en la planificación de rutas óptimas, predeciendo aspectos como el tráfico, o agrupando pedidos con orígenes y destinos similares geográficamente".

En cuanto a la búsqueda de materiales más sostenibles, F4F-Expo Foodtech ha sido el foro para la presentación de la última gran innovación de Cabreiroá. La compañía ha desarrollado, junto con ITENE, una botella de agua 100% compostable, biodegradable y de origen vegetal, obtenido a partir de la caña de azúcar, que se descompone en menos de 90 días.

La compañía prevé realizar un lanzamiento gradual del producto a partir de 2024.

Han sido numerosas las propuestas de startups encaminadas a crear modelos de economía circular para convertir que aquello que ahora acabaría en la basura o un vertedero, logre generar riqueza y nuevos productos de gran valor nutricional.

MOA Foodtech es uno de los nombres propios en esta revolución, con su subproducto obtenido a partir del desecho de la industria agroalimentaria que genera 'superproteínas'. O Insectorium, startup que utiliza insectos para la alimentación animal y para transformar el desperdicio agroalimentario en fertilizante natural.

Y, ¿puede la tecnología que un alérgico al marisco pueda degustar este manjar sin riesgo para su salud o un celíaco disfrutar de unas deliciosas galletas de harina de trigo? F4F ha demostrado que, con innovación e investigación, es posible.

Isauki ha desarrollado la primera gamba 100% plant-based ibérica que, no sólo aporta una mayor concentración de nutrientes de calidad, sino que es apta para aquellas personas que no toleran el marisco. Y lo más, importante: es visual, olfativa y gustativamente igual a las gambas de origen animal.

La propuesta homóloga para los celíacos la encontramos en Bread Free, disrupcción con sede en Tudela ya patentada que aspira a zanjar los problemas que acarrea la intolerancia al gluten para millones de personas en todo el mundo.

De nuevo, la robótica y la impresión 3D de alimentos -con interesantes propuestas como la startup Essence Food-, se ha erigido como otra de las tecnologías que ha captado gran parte del interés del evento con demostraciones en directo.

Por otra parte, el evento de Bilbao ha confirmado cómo el reto que afronta el sector foodtech pasa necesariamente por la innovación abierta entre todos los agentes del ecosistema y la transferencia de conocimiento de los centros tecnológicos a la sociedad.

Innovación abierta

A ello contribuyó el Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA) con visitas guiadas sobre las tecnologías que está impulsando con startups para luchar contra el desperdicio alimentario y fomentar una alimentación más nutritiva y sostenible.

También Tecnalia fue otro de los puntos de parada obligatoria, con sus soluciones inteligentes para la industria agroalimentaria del futuro, y el ICEX, con sus disruptoras 'batallas' dialécticas entre startups dentro del programa 'Desafía Foodtech'.

Por su parte, el programa AgroBank Tech Digital INNovation, impulsado por AgroBank y la aceleradora Innsomnia, presentó en Bilbao las soluciones tecnológicas de 13 startups punteras para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad agroalimentaria.

En definitiva, una tercera edición de Expo-Foodtech que ha supuesto una exhibición de 'músculo' del sector foodtech y que consolida a Bilbao como punto de encuentro nacional e internacional de un ecosistema que no ha hecho más que comenzar a crecer. La 'batalla' continúa.