Los 'ojos electrónicos' que velan por la seguridad de los ciudadanos de Las Rozas sin usar reconocimiento facial
La policía de esta localidad madrileña dispone de 61 cámaras de vigilancia con las que acorta el tiempo de sus investigaciones y reduce los delitos.
6 noviembre, 2021 05:30Hace unos meses una niña se perdió en medio del tumulto de las calles de una localidad a las afueras de Madrid. Cuando sus padres se percataron de que había desaparecido de su vista más tiempo del habitual, en su cabeza se agolparon, en un instante, las posibles consecuencias de su extravío.
Quien tiene a alguien a su cargo –ya sea a sus hijos o personas con algún grado de dependencia– conoce bien las sensaciones que produce una situación así, sobre todo la del miedo. También la de culpa por haber desviado, sólo un momento, la mirada hacia otro lugar.
Julia tiene, además, una dificultad añadida a su corta edad: es autista. Por lo que comunicarse con otras personas para pedir ayuda y orientarse no siempre le resulta sencillo.
La reacción inmediata de sus progenitores fue llamar al 092, el número de teléfono para emergencias de la policía local. Tras el aviso, se puso en marcha un dispositivo que comenzó con el análisis de las imágenes que la comisaría del municipio registra de sus calles. Localizar a Julia fue cuestión de pocas horas.
Esta historia, con algunos toques de ficción (incluido el nombre de la protagonista) tuvo lugar en Las Rozas (Madrid).
‘Búsqueda por apariencia’
Desde el año 2019, la policía local del consistorio roceño cuenta con una herramienta más que les ayuda en sus investigaciones: un sistema de cámaras que “permite actuar en el momento en el que ocurren los hechos”, afirma el comisario, Manuel López, durante la visita que realizó D+I a las instalaciones.
En total, 61 ‘ojos electrónicos’ velan por la seguridad de 96.113 habitantes. Sus resoluciones van desde los 8 Mpx a los 24 Mpx y son capaces de ofrecer información de contexto y registrar hasta los más mínimos detalles de lo que ocurre en sus calles, incluida la lectura de matrículas.
Pedro Buiza, oficial de policía encargado de nuevas tecnologías, aclara que las cámaras no utilizan ningún tipo de reconocimiento facial, sino que emplean la “búsqueda por apariencia”. Esto quiere decir que se puede localizar a las personas indicando sus características (género, edad, color de pelo, tipo de ropa…) en el programa que usan para la revisión de imágenes que, al igual que el resto del sistema, emplea tecnologías de comunicación crítica de Motorola Solutions.
Es en su software donde está la clave de este sistema de seguridad. Las cámaras, instaladas en lugares estratégicos, están en continuo funcionamiento y todo lo que captan se visualiza en un gran video wall (muro de pantallas) instalado en el Customer Control Room (centro de control) de la comisaría de Las Rozas, ubicada en un parque empresarial que linda con la carretera nacional A-6.
Los 20 monitores, capaces de realizar 70 transmisiones de video simultáneas, no están ahí para que los operadores no les quiten ojo –algo que físicamente sería imposible–, sino para, una vez recibido un aviso, seleccionar la pantalla que muestra lo que en ese momento se quiere ver. “Por ejemplo, si se detecta un incendio o un derrumbe, es posible monitorizar la emergencia y controlarla al momento”, asegura López.
20% menos de delitos
Las grabaciones, además, se guardan durante los 30 días que permite la Ley de Protección de Datos. Sobre ellas se pueden realizar búsquedas indicando los parámetros adecuados. Fue así cómo lograron localizar a la pequeña Julia. Al introducir sus características, el sistema identificó las coincidencias y se trazó el recorrido que había hecho la niña desde que sus padres la perdieron de vista.
“El sistema sólo funciona para aquellos sucesos que tengan que ver con la actividad policial. Únicamente es posible acceder a ellas bajo denuncia, requerimiento judicial o previa solicitud de otros cuerpos de seguridad, como Guardia Civil o Policía Nacional”, aclara el comisario.
“No las usamos para sancionar ni vigilar, sino para acortar los tiempos de las investigaciones. Casos que antes nos ocupaban entre seis meses y un año, ahora los hemos llegado a esclarecer en 15 días”.
El acceso, de cualquier forma, está encriptado a unas pocas personas de este cuerpo de seguridad y cada una de sus acciones queda registrada. Ni siquiera el propio López tiene los permisos que se requieren.
El sistema, además de ayudar en la monitorización y resolución de sucesos, también ejerce una función preventiva. Sin tener en cuenta los datos de 2020, por su excepcionalidad, de 2019 a 2021 han registrado alrededor de 20% menos de hechos delictivos en Las Rozas.
Hace unos meses, se instalaron otros 234 dispositivos de vigilancia de tráfico para controlar las 75 entradas y salidas del municipio, uniéndose así a los otros 61 situados en las calles del centro del municipio y la zona de Európolis. Todas ellas autorizadas por la Delegación del Gobierno.
“Esta herramienta no tiene límites definidos. Su funcionalidad es el resultado de la unión entre la inteligencia artificial que la soporta y el talento policial. Ambos se retroalimentan y se hacen mejores”, remarca López.