La lucha contra el cambio climático no puede depender solo del coche eléctrico

La lucha contra el cambio climático no puede depender solo del coche eléctrico

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La lucha contra el cambio climático no puede depender solo del coche eléctrico

Investigadores de la Universidad de Toronto advierten de que hay condicionantes ligados a la fabricación de coches eléctricos y la extensión de la red de carga que juegan en contra del clima. Por eso proponen que se apliquen otras medidas adicionales, como el fomento del transporte públicorn

2 noviembre, 2020 16:00

Investigadores de la Universidad de Toronto estiman que para que EEUU cumpla los objetivos climáticos en 2050, el 90% de sus coches deberían ser eléctricos (ahora son el 0,3%), lo que exigiría que fueran los únicos a la venta a partir de 2035. Sin embargo, advierten de que hay condicionantes ligados a la fabricación de coches eléctricos y la extensión de la red de carga que juegan en contra del clima. Por eso proponen que se apliquen otras medidas adicionales, como el fomento del transporte público.

Alexandre Milovanoff, uno de los coautores del estudio Electrification of light-duty vehicle fleet alone will not meet mitigation targets publicado en Natureinsiste que tras los resultados de sus investigaciones la respuesta no puede estar únicamente en el uso del coche eléctrico, sino en responder a la pregunta de si deberíamos utilizar vehículos privados en nuestros desplazamientos.

"Suponiendo que no haya cambios en los comportamientos de viaje y una descarbonización del 80% de la electricidad", cumplir con un objetivo de un calentamiento global de menos de 2°C podría requerir todos los vehículos nuevos comprados fueran eléctricos a partir de 2035, apunta Milovanoff. 

Aunque es cierto que los coches eléctricos tienen menos emisiones de CO2, Milovanoff y su equipo de investigación han detectado que, en la actualidad, no solo los procesos de producción y fabricación de este tipo de vehículos tienen más emisiones que los coches convencionales, sino que la carga de los eléctricos se realiza con electricidad que proviene de combustibles fósibles y no de fuentes renovables.

Su estudio se centra en las políticas estadounidenses, ya que, hoy en día, son insuficientes para prevenir un calentamiento global de más de 2° C. "Cerrar la brecha de mitigación únicamente con vehículos eléctricos requeriría más de 350 millones de coches eléctricos en carretera (el 90% de la flota), la mitad de la demanda nacional de electricidad y cantidades excesivas de materiales críticos para que se desplieguen en 2050", señalan en la publicación de su trabajo.

Las proyecciones más optimistas de la Agencia Internacional de Energía sugieren que la flota de EEUU solo estará electrificada en un 50 % para 2050, muy lejos del 90% que sería necesario para cumplir con los objetivos del calentamiento global, por lo que hay que aplicar más medidas en esta estrategia. 

Además, si se acelera demasiado el ritmo de electrificación de la fota para alcanzar ese 90% se incrementará la necesidad de los llamados "materiales críticos" para las baterias, es decir, el litio, el manganeso y el cobalto, así como se requeriría una gran capacidad de fuentes de energía renovables y una amplia infraestructura de carga. "No digo que sea imposible, pero creo que es poco probable", lamenta Milovanoff en un artículo publicado en TechXplore.

Así, puntualiza en su conclusiones, que "existe la necesidad de una amplia gama de políticas que incluyan medidas para reducir la propiedad y el uso de vehículos", más allá de que estos sean o no eléctricos. Hay tres formas de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el transporte: "Evitar la necesidad de viajar, cambiar los modos de transporte o mejorar las tecnologías". Los coches eléctricos solo afectan a la variable tecnológica de esta ecuación. 

Por ello, puntualiza en TechXplore que los gobiernos deben "invertir masivamente en infraestructura de transporte público", en la peatonalización, carriles bicis para estos medios alternativos "más grandes, más seguros y más fiables" y así poder reevaluar las necesidades y prioridades de transporte.