La empresa noruega Konsgberg va a probar su nueva tecnología autónoma en dos embarcaciones de corta distancia. Así lo ha anunciado tras recibir 20 millones de euros de subvención de la Unión Europea. La financiación se realizará a través del proyecto Autoship, un plan de cuatro años que forma parte del programa Horizonte 2020.
Autoship es fruto de la colaboración entre Kongsberg y la organización de investigación de Noruega, SINTEF y busca demostrar la efectividad del uso de dos buques autónomos, especialmente en el transporte marítimo de corta distancia y en las vías navegables interiores de Europa.
El primer buque en cuestión en estas pruebas es Eidsvaag Pionner, propiedad de la compañía naviera Eidsvaag y opera a lo largo de la costa noruega y las regiones de los fiordos. El segundo es una barcaza belga de transporte de palets propiedad de Blue Line Logistics NV, que opera en canales en Europa, transportando mercancías desde y hacia grandes puertos de contenedores.
El objetivo es probar y desarrollar aún más la tecnología clave vinculada a sistemas de navegación totalmente autónomos, sistemas de maquinaria inteligente, autodiagnósticos, pronósticos y programación de operaciones. Para hacer esto, Kongsberg desarrollará sistemas de comunicaciones basados en la nube y simulaciones avanzadas para probar y garantizar que las embarcaciones autónomas operen de manera segura y óptima.
Con la puerta en marcha de estas embarcaciones autónomas se espera reducir no sólo la congestión del tráfico de contenedores por carretera, sino también las emisiones de CO2 derivadas de su circulación. Una barcaza autónoma puede sustituir el trabajo de 7.500 camiones al año.