Bien. Que las máquinas industriales estén conectadas es revolucionario. Pueden hablar entre sí, con el usuario y con… ¿los virus? La Industria 4.0 trae tantas ventajas como retos, aunque la protección frente a los ciberataques probablemente sea uno de los desafíos más urgentes. Keynetic, creada por antiguos investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), ha ideado una solución que convierte la gestión de la ciberseguridad de la fábrica en un juego de niños gracias a una tecnología llamada redes definidas por software.
Jokin Garay y Jon Matías coincidieron estudiando Ingeniería de Telecomunicaciones. Después, sus carreras se separaron. El primero se dedicó a la consultoría en el sector industrial, mientras que el segundo centró sus esfuerzos en la investigación. Años después, sus caminos volvieron a cruzarse y esa combinación de conocimiento, fábrica y tecnología, fue la fórmula perfecta para lanzarse a emprender. Así nació Keynetic a finales de 2016.
Básicamente, la ciberseguridad de una fábrica se puede abordar desde dos frentes: protegiendo las máquinas o protegiendo las redes. La empresa vasca pone el foco en las últimas. "Cuando conectas una máquina a una red, en ese momento, está unida al resto de elementos", dice Matías. En la planta física, cada persona tiene que pasar por una garita y recibir una tarjeta de acceso. "En el mundo real hay puertas de seguridad", añade. Pues ese concepto es el que Keynetic ha trasladado a las redes.
Su solución se sitúa en la boca de la red para identificar cada nuevo elemento que se conecta. "Primero pregunta quién es y qué quiere y después controla que esa máquina sólo acceda a los servicios autorizados", explica Matías. Actualmente no existe una única red para todos los dispositivos de la planta, sino que se divide en particiones. "En el mejor de los casos, lo que hay es un cortafuegos". Sin embargo, esta opción sólo controla un único punto de paso. Pero no el resto. El producto de Keynetic vigila todo lo que sucede dentro de la zona e identifica cada máquina que está conectada a la red.
Pero ahí no acaba la protección. "Tampoco permite que nadie pueda acceder a esa máquina", destaca Garay. La compañía vasca aprovecha la tecnología de redes definidas por software para que cualquier persona de la fábrica, aunque no sea un especialista, pueda configurar los equipos que se conectan, con qué propósito y quién puede acceder a cada máquina.
Keynetic ya está probando su tecnología en dos compañías industriales, dentro del programa de aceleración vasco Bind 4.0. Por un lado, la empresa de automoción vasca Batz está instalando el sistema en sus instalaciones con el objetivo de dotar de seguridad a su red, aprovechando que se encuentra en pleno proceso de reestructuración. "Buscaban una solución que cubriese toda la red, desde las máquinas industriales a las oficinas". Una vez validado, la idea es que se extienda al resto de delegaciones del grupo vasco.
Una integración distinta es la que están llevando a cabo con Danobat. Este fabricante vasco de máquina-herramienta cree firmemente en la industria conectada como vía para aportar valor al usuario. Pero para convencer al cliente, necesita demostrar que un despliegue de dispositivos inteligentes puede ser seguro y no poner en peligro a toda una fábrica. Keynetic está desarrollando junto a Danobat un demostrador para visibilizar que la protección de la red significa la protección de la máquina.