El futuro puesto de trabajo: 'cobots', biónica e inteligencia artificial

Un trabajador, un ‘cobot’ —robot colaborativo—, biónica e inteligencia artificial. Este es el escenario en el que Festo ve el futuro del puesto de trabajo. Un cóctel que ha bautizado como Bionic Workplace y que permite que el robot ligero pueda asistir de forma más eficiente a su 'colega' humano.

Será un lugar de trabajo “inteligente”, capaz de aprender y “construir conocimiento y nuevas habilidades”. Este espacio deberá diseñarse ergonómicamente para adaptarse a las personas, por ello en el centro del campo de visión del trabajador se levanta una gran pantalla en la que se proyecta la información más relevante. En torno a la pantalla se instalará un sistema de cámaras y sensores para registrar las posiciones del trabajador y de sus herramientas.

El sistema reconoce al trabajador y sus movimientos por los wearables especiales que lleva en su ropa de trabajo: la parte superior de la manga está equipada con sensores de inercia y el guante de trabajo lleva integrados marcadores infrarrojos.

Con la ayuda de los datos registrados por estos sensores, el robot, llamado BionicCobot, puede entregar objetos a su ‘colega’ humano con una precisión milimétrica y moverse fuera de su camino si es necesario.

Los algoritmos de machine learning se encargan de garantizar que el espacio esté constantemente analizándose y optimizándose, gracias al procesamiento simultáneo de todas las imágenes de la cámara y los datos de los sensores y los wearables. La cooperación con el robot se gestiona a través de la voz, el texto y los gestos.

Otra de las opciones es trabajar en remoto, a través de una cámara estereoscópica 3D con un ángulo visual de 180° que registra todo el espacio de trabajo. Así, un trabajador, desde otro espacio físico, lleva las prendas tecnológicas y, además, unas gafas de realidad virtual. Con ellas, puede consultar y ver las imágenes de la cámara en tiempo real para controlar el robot desde una distancia segura, si fuera necesario.

BionicCobot se ha desarrollado basándose en el brazo humano y puede resolver muchas de las tareas con movimientos flexibles y, al mismo tiempo, sensibles. Esto es lo que le permite interactuar de forma segura y directa con las personas. Su reto es apoyar a los trabajadores que hacen tareas monótonas, haciéndose cargo de las más peligrosas para ellos.

Estos espacios de trabajo, en el futuro, podrían adaptarse a las diferentes tareas individuales y a los requisitos de cada sector y empresa.