Una de las capturas realizadas por una nanosatélite.

Una de las capturas realizadas por una nanosatélite.

Startups

Monitorizar desde el espacio 40.000 hectáreas de suelo para la agricultura de precisión

E-Stratos ayuda en la toma de decisiones del agricultor con un software que controla y procesa datos de cultivos gracias a nanosatélites ubicados a 500 kilómetros de altitud.

24 mayo, 2021 02:34

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El sector agrotech sigue en constante evolución. Una de ellas: constelaciones de nanosatélites del tamaño de dos cajas de zapatos, situados entre 300 y 570 kilómetros de altitud, tomando imágenes automatizadas que permiten a un software monitorizar toda clase de cultivos, en cualquier lugar del mundo.

Ese software es el que ha ideado la startup E-Stratos. Ya está trabajando en campos de Cataluña, Aragón, Valencia, Murcia, Andalucía, las dos Castillas y La Rioja; y también en terrenos agrícolas de Europa, África y, sobre todo, Latinoamérica, en países como República Dominicana, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Brasil y México.

Detrás de esta iniciativa hay un equipo de ingenieros agrónomos que en el año 2017 decidieron sumar esfuerzos de tres empresas del sector agrotech.

Eran las barcelonesas AgroMapping, compañía que genera, analiza e interpreta mapas de cultivos; y MDRONE, topógrafos expertos en el campo de la fotogrametría y la adquisición de imágenes; y la consultora especializada en transferencia tecnológica a empresas agrarias y alimentarias AKIS International, de Lérida.

Las tres, dentro de E-Stratos, ejecutan proyectos muy complementarios y cuentan entre sus principales clientes a empresas de fertilizantes, grandes cooperativas o fincas dedicadas a la viticultura, árboles frutales o cereales.

E-Stratos, con sede en Barcelona, nació con la vocación de desarrollar soluciones aplicadas al sector agrícola y a la gestión territorial. Realiza un seguimiento exhaustivo de los cultivos para tener bajo control su evolución y cualquier problema que pueda surgir en el terreno, independientemente de su extensión.

A través de las imágenes captadas por nanosatélites, el sistema de E-Stratos genera mapas de una resolución de 3 metros/píxel, una precisión que hasta ahora no ofrecía ninguna tecnología española.

Revisión diaria, no semanal

Los nanosatélites pasan por encima de las parcelas casi cada día, en lugar de hacerlo cada cinco o seis días, como suele ser habitual, hecho que permite obtener imágenes mucho más precisas.

Los datos que consiguen se filtran a través de algoritmos de control de calidad y se almacenan semanalmente en el perfil del usuario, que los recibirá en forma de gráficos y mapas interactivos fácilmente interpretables que le permitan tomar las decisiones adecuadas.

Además, el software de E-Stratos es capaz de integrar capturas obtenidas a través de otros dispositivos, como drones o  otros satélites.

"La plataforma que desarrollamos durante dos años ha democratizado la teledetección rompiendo tres barreras: hemos reducido considerablemente los costes; ofrecemos información muy útil para los agricultores; y la interpretación de los datos es realmente sencilla”.

Así lo explica Víctor Falguera, director del departamento de R+D+i de AKIS Internacional y miembro de la Comisión de Agricultura 4.0 del Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Cataluña y vocal de dicha organización en Lérida.

La compañía debe su precoz internacionalización a sus propios clientes, que extendieron el uso de la plataforma más allá de las fronteras españolas desde el inicio.

Las funciones del software

"Por una parte, AKIS International lleva años trabajando en Latinoamérica y, por otro, al ser un negocio B2B, los propios clientes de E-Stratos abren las puertas de la compañía allí donde operan", afirma Falguera.

El software de E-Stratos detecta aspectos como la floración de almendros, las cepas de las viñas, el desarrollo de árboles frutales como manzanos, perales y melocotoneros, plantaciones de cereales y parcelas hortícolas.

En zonas más tropicales, la firma catalana se encarga de monitorizar campos de caña de azúcar, aguacates, melones, plantaciones de palmas de aceite y bananeros, entre otros.

Tal y como explica Josep Renard, CTO de E-Stratos, la empresa "realiza controles de terrenos agrícolas en diversas partes del mundo pero también monitoriza masas forestales para la gestión medioambiental, como por ejemplo para brindar información de precisión destinada a la construcción de líneas eléctricas o para la optimización de terrenos de campos de golf y de fútbol".

En España, La Liga creó un consorcio destinado al control de la calidad del césped y E-Stratos fue la empresa contratada para esta finalidad. Actualmente, dependen de ella siete estadios de Primera División y cuatro de Segunda, "pero entre ellos no están ni el Real Madrid ni el FC Barcelona", puntualiza Renard.

El equipo de E-Stratos lo forman tan solo tres personas, pero tienen el apoyo de ocho más pertenecientes a las empresas que crearon la compañía. Aunque se trata de una startup, "no funciona como tal porque no tenemos prisa por crecer ni buscamos financiación externa. Lo que pretendemos es construir productos útiles para la agricultura y para el sector agroalimentario. De hecho, somos una startup muy académica e inmersa en la investigación, en la que la mayoría de sus socios siguen como profesores en la universidad", cuenta Renard.

La compañía está implicada en diversos proyectos innovadores. En este sentido, junto a una universidad holandesa y otra griega, estudian la introducción de la robótica aplicada a la agricultura, para monitorizar más a fondo los cultivos.

Por otra parte, junto con tres cooperativas de Lérida, utilizan la teledetección para medir el color que deben tener las manzanas de la variedad Pink Lady, que los productores las desean de una misma tonalidad y tamaño.

En este sentido, Renard explica que con la teledetección "podemos buscar patrones que puedan aplicarse durante la temporada de crecimiento de la manzana para conseguir los resultados más excelentes en esta variedad".

Por último, E-Stratos también está realizando una búsqueda de herramientas de campo que sean susceptibles de digitalizarse.

"De momento realizamos acopio de datos y después analizaremos cuáles serán sus aplicaciones idóneas. Sin los datos no podemos construir algoritmos que ofrezcan automatización", recalca Renard.