La distrofia miotónica es un grave trastorno muscular hereditario que padecen cerca de 100.000 personas en Europa y para el que todavía no existe cura. Los investigadores de Arthex Biotech, spin off de la Universitat de València, están investigando en el desarrollo de una tecnología de terapia innovadora contra la distrofia muscular de tipo 1 basada en inhibidores de microARNs.
Las investigaciones que se llevan a cabo en Arthex son de muy alta especialización y, además, "se trata de un concepto terapéutico desarrollado por un grupo de investigación propio sin colaboraciones con grupos extranjeros y con una terapia de RNA", señalan sus fundadores. El resultado es "un tipo de fármaco muy innovador", aseguran.
Los fundadores de esta compañía, de apenas un año de vida, son los doctores Beatriz Llamusí y Rubén Artero, quienes iniciaron juntos la investigación en laboratorio hace ocho años. ¿Por qué dar el salto del laboratorio y crear su propia empresa? Artero responde a D+I que fue para "ofrecer esperanza a los pacientes".
"Con excesiva frecuencia la investigación se queda en la fase de descubrimiento, pero no se materializa en productos o servicios concretos que avancen en la mejora de la salud. En cierto sentido, es como si un arquitecto hiciera planos de casas, pero nunca se decidiera a construir ninguna", insiste este investigador y ahora también emprendedor.
Y este es el fin último de Arthex: "Desarrollar un fármaco desde su concepción hasta el ensayo en humanos". Un proceso que para este catedrático de genética es, "sin lugar a dudas, el momento más gratificante a nivel personal en mi carrera científica".
Así, el equipo de investigación de Arhtex ha descubierto "una nueva diana terapéutica", es decir, la molécula sobre la que se busca actuar para mejorar un aspecto de una enfermedad. Artero explica que, en el caso de la distrofia miotónica, "se sabe que muchos de los síntomas se originan por la falta de actividad de unas proteínas conocidas como MBNL.
"Lo que hemos hecho ha sido identificar microRNAs concretos que, de manera natural, están reprimiendo la expresión de estas proteínas y hemos desarrollado unas moléculas que las bloquean y que se denominan antimiRs".
De esta manera, explica el catedrático, "al bloquear un inhibidor, conseguimos un efecto de activación sobre la expresión endógena de las proteínas MBNL. Para que lo entendamos, Artero utiliza como símil "aquella regla algebraica de 'menos por menos es igual más'".
Así, este proyecto ya "está en fase de desarrollo del fármaco candidato". "Una vez se encuentra una molécula que realiza la función molecular deseada, hay que modificarla para hacerla más activa y menos tóxica y adaptarla a las exigencias de seguridad y eficacia necesarias para su administración en humanos".
Para desarrollar un fármaco, señala Artero, es necesario "encontrar una molécula que sea muy específica contra su diana, a la vez que muy estable en los fluidos biológicos, que pueda distribuirse con facilidad en ellos y que no sea tóxica. Ese es el reto en el que estamos inmersos ahora mismo". La previsión de Arthex es empezar los ensayos clínicos en pacientes en el 2022.
Terapía génica
La doctora Llamusí explica que desde Arthex buscan "regular la expresión de los genes sin llegar a modificar el genoma", lo que supone "una importante ventaja con respecto a las estrategias de terapia génica más convencionales".
Rubén Artero apunta que para promover la traslación de los resultados de la investigación al sector productivo sería muy interesante contar con un sector biotecnológico cada vez de mayor tamaño. "Hacen falta iniciativas empresariales que den continuidad a los resultados de investigación porque estos acaban revirtiendo en la sociedad".
Beatriz Llamusí añade que lo que hace falta promover es "el emprendedurismo entre los científicos y que las instituciones lo favorezcan flexibilizando su participación en empresas", porque es "la única forma de que el conocimiento que se genera en las universidades revierta en la sociedad".
Artero recuerda que su carrera científica "ha estado plagada de altibajos" y admite que "la falta de casos de éxito que sirvieran como ejemplo a seguir, así como la falta de estímulos claros, hace que crear este tipo de empresas sea un proceso casi heroico".
Rondas financiación
Esta spin off recibió el año pasado casi tres millones de capital semilla, procedente del fondo de inversión Invivo Ventures, Advent France y también del programa CDTI-INNVIERTE. Además, recientemente ha cerrado otra ronda de financiación de cuatro millones de euros entre Invivo Ventures y Advent France.
El doctor Artero incide en la importancia del apoyo recibido desde la Administración y las universidades en las etapas más tempranas del proyecto, en las que hace falta mucho apoyo público y “las administraciones y universidades han estado ahí”. La última muestra ha sido el reconocimiento del 5U CV START UP, concurso enmarcado en el Plan Estratégico Valenciano del Emprendimiento 2021-2023 que busca el fomento de la cultura emprendedora entre las universidades.