Todavía estamos sufriendo los efectos de las crisis sanitaria y económica que ha provocado la pandemia por la Covid-19. De hecho, epidemiólogos y economistas temen que aún no sepamos todos los efectos a los que tendremos que enfrentarnos en este 2021. Es cierto, que las vacunas ya están aquí, pero la ansiada normalidad aún tardará en llegar, por lo que ahora las startups tienen que replantearse la estrategia para este nuevo año.
Para aquellas startups y emprendedores que buscan financiación para continuar sus proyectos, la búsqueda de inversores ya no es igual que hace un año cuando se planificaban el desarrollo para 2020. La inseguridad también ha alcanzado al ecosistema innovador y, por ende, al inversor.
Todo empezó a cambiar durante la primera ola de la pandemia, en el primer semestre de 2020, los fondos de capital riesgo reaccionaron, sobre todo, “protegiendo su cartera”, es decir, las startups en las que ya participaban con su inversión, recuerda a D+I Carlos Blanco, fundador de Encomenda Smart Capital.
“En ese primer semestre, desde Encomenda nos centramos más en hacer reinversiones en compañías que ya teníamos en la cartera”, indica Blanco. Pero, tras estos primeros meses de incertidumbre, este fondo ya ha cerrado desde septiembre cinco operaciones y está a la espera de firmar otras siete operaciones entre enero y febrero de este 2021.
Sin embargo, hay que matizar las diferencias de los fondos de inversión con los llamados business angel y los family office, ya que estas dos últimas figuras invierten su propio dinero y cuando hay complicaciones, por precaución, deciden no cerrar tantas estas operaciones. Por ello, se ha producido un frenazo en la inversión de ambos.
“En cambio, los fondos de inversión ya tenemos el dinero comprometido para invertir, por lo que tenemos que seguir haciendo inversiones”, matiza el fundador de Encomenda Smart Capital, que antaño fuera emprendedor y business angel.
Este tipo de financiación, la de los business angel y los family office, es a la que recurren, principalmente, las startups más emergentes, sobre todo, en la primera ronda y en la segunda. Por ello, apunta Blanco, estas son las que más están sufriendo este frenazo de la financiación. La clave para atraer a los fondos de inversión estará en demostrarles que son “muy eficientes” con el poco capital que tienen.
Mientras que para las startups más rodadas “ahora hay mucho dinero de fondos” e, incluso, las compañías que tengan buenas métricas se van a poder “permitir el lujo de escoger inversores”.
Qué busca un inversor en una startup
En definitiva, gestionar el capital que se dispone y tener una “tecnología disruptiva y única” son los rasgos que más valoran los inversores en una startup. Almudena Trigo, socia fundadora de BeAble Capital, subraya la importancia de la tecnología y la innovación del proyecto porque es precisamente eso “lo que ayudará a la startup a hacerse un hueco en el mercado, es lo que le aportará un valor diferenciador” en un mercado competitivo.
Además, Trigo incide en la importancia de la escalabilidad de la tecnología que se desarrolla, porque el objetivo es lograr una repercusión y un impacto mayor de la disrupción que han conseguido crear estos pequeños equipos de emprendedores.
Otro de los aspectos que analizan los inversores de capital privada es el equipo que lleva a cabo cada iniciativa. “Las empresas están compuestas por personas y hay que tener un equipo completo y bien formado” para poder transferir la tecnología que se desarrolla al mercado, destaca Trigo.
En este sentido, Patricia Pastor, directora general de GoHub, el venture capital de Global Omnium, asegura que ellos valoran la capacidad de combinar en un mismo equipo a perfiles técnicos con los especializados en el sector al que se dirigen.
De hecho, otro fenómeno que se está produciendo en los últimos meses es una nueva oleada de los llamados second-time entrepreneur, es decir, de aquellos emprendedores con experiencia previa que están lanzando nuevos proyectos. Carlos Blanco incide en que es más fácil que los proyectos liderados por este tipo de emprendedores consigan financiación porque los inversores ya los conocen.
No hay que olvidar que “el capital privado es un elemento muy potente para movilizar el ecosistema” innovador y emprendedor. Y ese capital el que “ayuda a crear y construir un tejido de industria avanzada”, asegura Trigo, de BeAble Capital.
Sin embargo, junto a este capital privado, también es fundamental que haya “empresas industriales tractoras, grandes referentes, que puedan estar más cerca para colaborar con startups disruptivas y ayudarles a llevar estos proyectos al mercado”, explica Trigo. Estos grandes referentes son clave “para dinamizar el ecosistema”, aunque no se dedique directamente a invertir en las startups.
Los sectores más atractivos para el inversor
Los inversores, ya sean fondos de capital de riesgos, ventures corporativas o business angels, enfocan este nuevo año con una nueva estrategia sobre las startups en las que invertir, porque la pandemia “ha beneficiado a algunos sectores y ha perjudicado a otros”, asegura Carlos Blanco.
El turismo, los viajes, los eventos y el ocio más tradicional “han dejado de ser sexys para los inversores”, reconoce este experto. “Ahora los inversores y los fondos estamos más activos y priorizamos más todos aquellos proyectos relacionados con tecnología sanitaria, con la educación y la formación online y tecnológica”.
A estos sectores, hay que añadir que se ha reforzado el interés por todo lo que tiene que con el llamado enterprise software, es decir, con aquellas empresas de software en la nube que desarrollan soluciones verticales para diferentes sectores.
Asimismo, está despuntando el atractivo por las marcas nativas digitales, el e-commerce y el sector logístico. Unos sectores en los que coincide también Pastor, de GoHub, porque en los últimos meses han tenido que “digitalizarse a marchas forzadas” como consecuencia de la pandemia.
Los e-commerce y los call centers tiene que evolucionar y transformarse, sobre todo, porque en la actualidad “está poco avanzada la relación con el usuario”. Por ello, inversores de las grandes corporaciones, como GoHub, están apostando por startups especializadas en inteligencia artificial emocional, para mejorar las analíticas de datos y las respuestas de los chatbots.
Otro sector que necesita de desarrollos tecnológicos para asentar su digitalización es la Administración para que “toda la burocracia sea digital, como la facturación digital, el voto electrónico, la firma digital”, entre otras. Antes de la pandemia, subraya Pastor, “la implementación de esta tecnología era un commodity, pero ahora es una necesidad para poder hacer más trámites administrativos en remoto”.
Pastor añade que este 2021, además, se va a apostar por aquellas “tecnologías que permiten controlar los procesos industriales en remoto”, es decir, todo lo relacionado con la industria digital, la conectividad y la sensorización.
Asimismo, este aumento de la conectividad implica un incremento de riesgos por amenazas, por lo que los proyectos de ciberseguridad para proteger los datos de las empresas, también está atrayendo a los inversores.
Este fondo corporativo también apuesta este 2021 por las telecomunicaciones y la implementación del 5G, porque es la tecnología que “va a permitir un nuevo tipo de comunicación, de movilidad, de retransmisión de eventos… e, incluso, de telemedicina”.
Datos sintéticos
“Tras la aceleración forzosa de la transformación digital, las empresas van a poder crear productos tecnológicos personalizados sin la necesidad de un desarrollador profesional de forma más eficiente y económica”, explica la responsable de GoHub. Y esto será posible gracias al valor añadido que aportan los llamados “datos sintéticos”.
A partir de este tipo de datos, matiza Pastor, se ayuda a las empresas a “proteger la confidencialidad y preservar la seguridad”, a través de la anonimización de los datos. Esto permitirá trabajar con la información de valor de los datos para replicar entornos del mundo real (gemelos digitales) o simular patrones de comportamientos, pero protegiendo la privacidad de los datos personales.