La primera incubadora europea de alta tecnología en impresión 3D se inauguró en marzo de 2019, en los locales del Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), y tenía como previsión alojar 100 proyectos en sus primeros cinco años. La pandemia no solo no ha frenado las expectativas de 3DFactory Incubator, sino que las ha impulsado hasta conseguir llegar a los 55 proyectos incubados en tan solo dos años. "Tenemos el objetivo de generar un ecosistema de empresas alrededor de la fabricación aditiva, y vamos muy bien", asegura a D+I Aintzane Arbide, directora del proyecto.
En este periodo inicial, la incubadora ha recibido más de 300 solicitudes de startup y emprendedores de toda Europa. En estos días ya está abriendo la segunda convocatoria para alojar nuevos proyectos de los tres formatos de incubación que propone: posibilidad de disponer de despacho, situarse en una zona de coworking o la incubación virtual, "en la que les ayudamos en remoto, una opción propuesta antes de la pandemia y que ha sido muy útil este último año", añade Arbide.
Las empresas que entran a formar parte de la incubadora disponen de seis meses a un año para desarrollar el proyecto, periodo que ellas mismas eligen cuando aplican.
Impulsada por el CZFB y el centro tecnológico Leitat, con el apoyo de Fondos FEDER a través de la Fundación Incyde de las Cámaras de Comercio de España, sus instalaciones están ubicadas en el edificio corporativo del Consorcio, que ya se han ampliado de 600 a 1.000 metros cuadrados.
Hasta ahora han acogido 19 empresas de bienes de consumo, 12 de consultoría tecnológica, siete de tecnología sanitaria, siete de movilidad, siete de TIC, una de robótica, otra de logística y una última de química. Entre ellas se encuentran multinacionales como Fluidra o Dow, pero también startups como Firechip, Gau3di, Wecobots, Urban Native o Coologistic. Un buen abanico de sectores y empresas de todos los tamaños.
Ventajas de la fabricación aditiva
La impresión 3D se caracteriza por la libertad que ofrece en el diseño y personalización de las piezas, así como por su capacidad de imprimir elementos complejos de una sola vez, hecho que permite agilizar procesos y ahorrar en costes. Es especialmente valiosa para realizar prototipos a un precio aceptable y menor tiempo, pero también para eliminar stocks físicos.
"En la fabricación aditiva, al contrario de la extractiva, las piezas crecen como la naturaleza, con formas no homogéneas. Esto permite la optimización del material; la elaboración de piezas más ligeras, algo realmente importante en sectores como el aeroespacial; y además es posible personalizar el producto, ya que tiene el mismo coste fabricar una unidad que hacerlo en red, y este punto es especialmente interesante para el sector e-health", explica Arbide.
El centro está dotado de equipos de escaneo, impresión y postprocesado de piezas. Dispone, por ejemplo, de impresoras HP Multi Jet Fusion, que permiten imprimir en plásticos, y otros equipos que trabajan con resinas, siliconas y materiales transversales a cualquier sector. También ofrece equipamientos tecnológicos y apoyo en formación, innovación, comercialización e internacionalización.
"Los trabajos en metal, de momento, se realizan en las instalaciones de Leitat, en Terrassa", puntualiza Arbide. En los locales de 3DFactory Incubator, por ejemplo, se creó el Leitat 1, el primer respirador de campaña 3D, validado médicamente e industrializable, gracias a la unión de esfuerzos del CZFB, Leitat, HP, Catsalut, el Consorcio Sanitario de Terrassa y el Hospital Parc Taulí durante las primeras semanas de la pandemia.
La incubadora también colaboró en la producción del bifurcador Multivent, que permitió multiplicar el acceso a los equipos de ventilación asistida en el momento de mayor escasez de equipamientos en UCIs.
Otro de los objetivos cumplidos es el desarrollo de sinergias para ser una gran puerta abierta a la industria 4.0 que pretende impulsar el futuro DFactory BCN, del que 3DFactory Incubator es embrión. El que será el hub tecnológico de referencia en el sur de Europa estará también ubicado en la Zona Franca de Barcelona y recibirá una inversión de casi 200 millones de euros.
El nuevo ecosistema constará de dos edificios con una superficie global cercana a los 90.000 m2 dedicados a la atracción de talento, la tecnología y las inversiones dirigidas a la impresión 3D, la robótica, la inteligencia artificial, la ciberseguridad y la manufactura avanzada. La que ya se ha calificado como la nave industrial del siglo XXI avanza a buen ritmo y a principios del próximo verano abrirá sus puertas el primero de sus dos edificios.