El pasado domingo 28 de mayo, los vecinos de Logroño (La Rioja) decidieron poner fin a una nueva etapa del PSOE como poseedor de la vara de mando de la ciudad. Han sido cuatro años de gobierno socialista con Pablo Hermoso de Mendoza como alcalde, que será relevado en unas semanas por Conrado Escobar, candidato del PP, que ha obtenido la mayoría absoluta.
Más allá de análisis políticos, conviene preguntarse cómo será la transición entre el color rojo socialista y el azul popular si hablamos de innovación y tecnología. Hace unos días, D+I hizo este mismo análisis en el ámbito regional -donde también se ha producido el cambio-, pero Logroño tiene unas características concretas que hacen que esta transición en el equipo de gobierno merezca una lectura aparte.
Y es que Logroño, durante la etapa de gobierno socialista, ha entrado en la élite de las capitales de provincia que han dado un impulso a sus políticas innovadoras. En ese club, además de la capital de La Rioja, se han colado Santander, A Coruña, Girona, Alicante… y un numeroso etcétera que confirma el creciente cariño con el que los políticos comienzan a tratar a la disrupción.
En el caso logroñés, hay dos hitos que han preparado a la ciudad para el futuro: su posicionamiento estatal en el sector de las smart cities y la transformación del casco histórico para que el turismo clásico sea compatible con hubs tecnológicos que atraigan talento joven a la ciudad.
En el primer caso, el principal refuerzo llegó de la mano del propio alcalde, en primera persona, que durante la mayor parte de su mandato ha ostentado la presidencia de la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI).
Su cargo le ha permitido durante este tiempo ya no sólo defender los principios y los proyectos derivados de esta red sino posicionar a su ciudad en ese mapa que cada vez cuenta con más ciudades inteligentes.
De hecho, pocas capitales de provincia viven ahora mismo ajenas a ese fenómeno y los proyectos de sensorización, de gestión inteligente de la electricidad o de tratamiento de datos específicos en la relación con los ciudadanos -por poner sólo unos ejemplos- comienzan a abundar.
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El segundo hito de Pablo Hermoso de Mendoza ha sido su decisión de dar un giro a la política municipal en el casco histórico, normalmente caracterizado por ser eminentemente turístico.
El proyecto para desarrollar un hub de alto rendimiento tecnológico a cargo de la empresa local Bosonit. El gobierno autonómico de La Rioja declaró el proyecto como de Interés Estratégico Regional (PIER), por lo que, si no hay un cambio radical del nuevo gobierno autonómico y municipal -cambio que no figura en el programa electoral del PP-, la iniciativa está asegurada.
La primera consecuencia de esta calificación es que este "proyecto tendrá un impulso preferente y urgente en cuanto a plazos ordinarios de tramitación ante cualquier órgano del sector público de la comunidad autónoma y podrá beneficiarse de primas", explicaron en su día desde el ejecutivo regional.
El todavía alcalde (en funciones) de Logroño destaca que "el proyecto de Bosonit tendrá como objetivo principal la creación de tecnología para exportar a todo el mundo. Principalmente, será un espacio dedicado al desarrollo de nuevas tecnologías. Un espacio capaz de aunar actividades de promoción de la innovación como centro de desarrollo, residencia, formación, aceleradora y laboratorio de innovación".
Por lo que parece, en cualquier caso, ni el impulso de la ciudad como smart city ni la reconversión del casco histórico en favor del talento tecnológico van a ser temas que el PP vaya a discutir. De hecho, el próximo alcalde, Conrado Escobar, está decidido a seguir manteniendo la innovación y la tecnología como referentes en su estrategia de ciudad.
"Innovar debe ser una cultura. Desde el Partido Popular queremos apoyar la innovación en todos los ámbitos. Toda la actividad que se desarrolla en nuestra ciudad es susceptible de mejora, creemos que la tecnología es la fuente principal de innovación. Por su parte, el talento y el carácter emprendedor de nuestros vecinos impulsa la innovación", resume Escobar.
La idea del PP
En su opinión, el Ayuntamiento debe ser la institución que se responsabilice de la "consolidación" de los centros de conocimiento de toda la región, y ello también incluiría los que están por venir, como el de Bosonit en el casco histórico. Por cierto, el compromiso con las empresas tecnológicas es claro: "Trabajaremos por fortalecer el sector", reza el programa electoral del PP.
El próximo alcalde, destaca que "queremos que la innovación y la tecnología estén presentes en el devenir diario de la ciudad. Son muchos los procesos en los que el recurso tecnológico nos va a permitir avanzar hacia servicios públicos más eficientes, más inteligentes, más transparentes y menos contaminantes".
Y ahí entra la vocación de Logroño como ciudad inteligente. "El proyecto Smart City suministrará la información necesaria para realizar mejoras en la ciudad en zonas conflictivas, transporte público o movilidad entre otras cuestiones. La información se pondrá a disposición del ciudadano y los empresarios para facilitar nuevas iniciativas", indica.
En resumen, "vamos a trabajar en explorar la capacidad transformadora del contexto digital y con ello impulsar procesos de transformación social, discapacidad, juventud, envejecimiento, diversidad, sostenibilidad y medio ambiente, iniciativas culturales, o políticas de cooperación y solidaridad, son algunos de los ámbitos de esa realidad social sobre los que aspiramos a actuar".
O lo que es lo mismo, al menos en lo que se refiere a la transformación digital, tecnológica e innovación, la transición parece que va a ser tranquila en los despachos del Ayuntamiento de Logroño.