La Comunidad Valenciana lleva un par de años llevando la delantera en relación con el análisis de las aguas residuales para medir el impacto de la Covid-19. Cuando la pandemia llegó a nuestras vidas, no tardaron mucho algunas empresas especializadas como Global Omnium o Facsa en diseñar herramientas tecnológicas de alerta temprana ante el virus.
La evolución natural de este tipo de investigaciones era que las administraciones públicas, que en su día financiaron de alguna u otra manera esos proyectos, apostaran por transformar sus infraestructuras hídricas para incluir ya esas nuevas herramientas y generar otras nuevas.
Hace unos días, el Ayuntamiento de Valencia presentó una de esas iniciativas innovadoras en cuanto a gestión del agua (en este caso la potable) y demostró que el futuro de la gestión del agua también puede ser innovador.
La concejala del Ciclo Integral del Agua, Elisa Valía, ha comprobado la instalación ya concluida de las estaciones multiparamétricas distribuidas de forma estratégica por la red. Se trata de un total de 13 estaciones para la medición en continuo de parámetros físico-químicos y microbiológicos del agua potable de Valencia mediante equipos de sensorización, comunicación e interpretación para la vigilancia en remoto de la calidad del agua suministrada.
Tal y como ha explicado la concejala, el proyecto "mejorará el control sobre la red, permitirá trabajar con los datos que se obtendrán y mejorará la resiliencia de los sistemas". En este sentido, ha insistido en "la necesidad de implementar todos los factores que aportan sostenibilidad a la red".
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"Desde el Ayuntamiento de Valencia buscamos constantemente la excelencia y en estos momentos debemos aprovechar la coyuntura del sector del agua, con los nuevos retos planteados, que pasan por el perfeccionamiento del servicio desde la digitalización", ha explicado la concejala, quien ha querido puntualizar que "la digitalización no es el destino, pero sí la vía hacia la eficiencia y resiliencia del sistema y, por eso, ya recorremos este camino".
Además, de las trece estaciones multiparamétricas, cuatro están alimentadas con energías renovables mediante paneles fotovoltaicos de energía solar. El proyecto también incorpora dos Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUD) para el máximo aprovechamiento del agua.
Respeto al medio ambiente
"El respeto al medio ambiente no se limita al uso del recurso, sino que además trabajamos para reducir la huella de carbono de nuestra actividad y contribuir a la recarga sostenible de los acuíferos que son nuestro salvavidas del futuro", ha explicado Valía.
La instalación de las estaciones multiparamétricas se ha realizado en un plazo de trece meses y el presupuesto de los trabajos ha ascendido a poco más de un millón de euros. "Estas inversiones se traducen en robustez de la red sin perder nunca la mirada medioambiental y, además, favorecen la incorporación del conocimiento líder en innovación en el sector público, desde donde impulsamos el tejido productivo y, por supuesto, la investigación".
"La emergencia climática marca la hoja de ruta, que no es otra que el aprovechamiento de un recurso tan valioso como es el agua", ha explicado la concejala.
Según ha aseverado, "Valencia es el espejo en el que se miran otras muchas ciudades porque trabajamos con el agua de manera eficiente y sostenible. De hecho, nuestra ciudad lideró la implantación de la telelectura en los contadores, y ahora damos pasos mucho más avanzados como la medición de la calidad de agua en continuo".
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Así, la concejala ha afirmado que "Valencia es referencia nacional e internacional en el sector", y ha añadido que "podemos decirlo con la cabeza bien alta y sin miedo a equivocarnos".
El Ayuntamiento de Valencia, al margen de este proyecto, tiene abiertas muchas líneas relacionadas con proyectos de smart city. En realidad, como le gusta decir al alcalde, Joan Ribó, "tenemos la necesidad de superar la visión de la smart city como algo centrado exclusivamente en la tecnología, y avanzar hacia la idea de la ciudad sabia".
En este sentido, remarca que "las ciudades inteligentes son aquellas que son capaces de utilizar la tecnología para resolver los problemas, pero las ciudades sabias son aquellas capaces de emplear el conocimiento para anticiparse y evitar los problemas".
El Ayuntamiento de Valencia, cabe recordar, trabaja en varios proyectos de futuro. Uno de ellos es el desarrollo de Digital Twins (gemelos digitales) para simular digitalmente el comportamiento de la ciudad de una manera integral y poder perfilar políticas públicas de mayor impacto y calidad.
El segundo es el uso del blockchain para certificar emisiones de CO2 en el sector del turismo urbano y avanzar hacia un modelo de neutralidad climática que suponga un elemento diferencial que además de proteger el planeta atraiga turismo de calidad.