Recientemente, ya conocíamos cómo por primera vez, el organismo espacial europeo designaba otro territorio, en este caso Castilla y León, para ubicar una de estas incubadoras.

Ahora, la designación por tercera vez de Barcelona, un emplazamiento ya con experiencia, confirma el buen momento que vive la carrera espacial española y, de paso, ofrece pistas a la incubadora castellano y leonesa, debutante, sobre cómo será su funcionamiento.

"Se tiene que acabar de definir, porque hemos recibido la designación hace escasos días, pero abriremos la convocatoria este mismo verano, en junio o, a mucho tardar, en septiembre", anuncia Climent Molins, vicerrector de Transferencia, Innovación y Emprendimiento de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC).

La incubadora está dirigida a emprendedores o empresas de menos de cinco años de actividad "ya con cierta madurez, que creen productos y servicios que desarrollen tecnologías o utilicen datos aplicables al sector espacial, o bien que desarrollen soluciones para este ámbito", comenta Molins, que concreta que serán muy útiles las investigaciones en "comunicaciones, seguimiento, rastreo y análisis de fenómenos meteorológicos, nuevos combustibles o materiales, que puedan aplicarse tanto a un uso púbico como privado".

El programa de incubación que acoge la UPC ofrecerá a los nuevos emprendedores un proceso de aceleración de 6 a 8 meses, con actividades de mentoría, formación, asesoramiento técnico y comercial, y también incentivos económicos para avanzar en la comercialización de sus productos en el mercado.

El programa cuenta con un presupuesto total de 1,8 millones de euros, de los que el Departamento de Políticas Digitales y Territorio aportará una tercera parte de esta cifra, hasta 600.000 euros, en el marco de la estrategia del programa New Space de Catalunya.

Durante tres años, la ESA-BIC Barcelona dará apoyo a 21 empresas del sector del espacio, de las que 18 estarán financiadas al 50% entre la ESA y la Generalitat, y 3 más lo serán al 100% por el gobierno catalán. El objetivo, según Molins, "es generar, atraer y retener talento investigador, dar apoyo al ecosistema catalán de investigación y reforzar la innovación".

Las nuevas empresas incubadas dispondrán de un amplio abanico de tecnologías espaciales a partir de las que podrán desarrollar nuevas aplicaciones, tendrán acceso al conocimiento técnico y científico del equipo de la ESA y de la universidad, y podrán ocupar una superficie de hasta 1.000 metros cuadrados del edificio RDIT del Parque UPC, ubicado en la población de Castelldefels, muy cercana a Barcelona, distribuidos en zonas comunes, espacios de coworking y otro tipo de módulos necesarios para sus investigaciones.

Un balance prometedor

La ESA inició sus centros de incubación de empresas en el año 2003 para fomentar la creación de startups y spin-off que aprovecharan el conocimiento y la tecnología desarrolladas en la Agencia, a través de su incubación en parques científicos y tecnológicos de diferentes territorios de la Unión Europea. Fue en el año 2014 cuando la ESA designó a la UPC como primera sede de incubación de estas empresas en España, que renovó la designación hasta el año 2018.

En Catalunya, el programa de incubación de la Agencia Espacial Europea cuenta con el apoyo de la Generalitat de Cataluña, el Parque Mediterráneo de la Tecnología (PMT), el Consejo Comarcal del Baix Llobregat, la Diputación de Barcelona, el Área Metropolitana de Barcelona y el Ayuntamiento de la capital catalana.

En sus cuatro primeros años de actividad, el centro ESA-BIC Barcelona seleccionó e incubó 27 empresas. La mayoría de estas ya han desarrollado e implementado con éxito diversos productos, servicios y aplicaciones con finalidades industriales, operando tanto en el mercado local como internacional y creando cifras destacadas de ocupación de alto valor añadido.

Algunas de ellas son: Aistech Space, Dapcom Data Services, Dares Technology, e-Stratos Geosystems, Hemav, Rokubun y Tinkerers. Sus actividades giran alrededor de los drones, las tecnologías de comunicaciones por satélite, procesos de compresión de datos y energías renovable.

"Aprovechando que cesamos en la incubación, en el año 2018, hicimos un pequeño balance de los cuatro años y los resultados que hallamos fueron sorprendentes: las empresas incubadas generaron alrededor de 300 nuevos puestos de trabajo y se  facturaron una media de 5 millones de euros por empresa. Realmente fue una historia de éxito", afirma Molins

Como ya avanzó D+I, la elección de Barcelona se suma a Madrid y Castilla y León, y convierte España en país europeo de referencia en la investigación y desarrollo de empresas emergentes del sector espacial.

Molins insiste en que el sector espacial "posee un gran valor añadido. Estamos frente a un mercado global con mucha competencia. Si queremos ser un país de primera división en el ámbito espacial, tenemos que estar ahí y pisar fuerte".