El Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, dependiente de la Junta de Castilla-La Mancha, el centro de referencia nacional en esta especialidad y, como tal, parece lógico que sea uno de los puntos donde haya que mirar fijamente para estar al corriente de cualquier disrupción en este campo.
La tecnología, como no podía ser de otra manera, es la principal herramienta que tiene a su disposición este hospital para demostrar que está a la última en tratamientos de rehabilitación y, en casos como el uso de la realidad virtual, la experiencia es incontestable.
Y es que el hospital toledano lleva al menos una década utilizando esta tecnología inmersiva para mejorar todo tipo de tratamientos relacionados con la paraplejia.
El último de los proyectos, presentado hace tan solo unos días, lo ha llevado a cabo la Unidad de Biomecánica del citado hospital en colaboración con el grupo AIR de la Escuela Superior de Informática de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).
La iniciativa, llamada Rehab-Immersive, busca desarrollar una plataforma en la nube basada en realidad virtual destinada a la rehabilitación de los miembros superiores de determinados pacientes con lesión medular cervical.
Financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (Proyectos de I+D+i Retos Investigación), este proyecto implementa esta tecnología como herramienta con un elevado potencial en el contexto de la rehabilitación tras afecciones neurológicas, indican fuentes del hospital.
El proyecto innova aplicando las terapias virtuales inmersivas adaptadas a las necesidades rehabilitadoras de los pacientes con lesión medular cervicales, de manera personalizada y se centra en la recuperación de la movilidad de brazos y manos.
Según ha indicado la investigadora de la Escuela Superior de Informática de la UCLM, Vanesa Herrera Tirado, "en las primeras fases del proyecto se ha diseñado y desarrollado el núcleo funcional de la plataforma, que incluye los mecanismos de interacción entre pacientes y los entornos virtuales, así como la medición y el análisis de cinemáticas".
Añade que "el núcleo del software contempla las limitaciones físicas personalizadas de cada paciente para la creación de entornos virtuales adaptados, con el fin de adecuar los ejercicios de rehabilitación a cada caso particular".
En este sentido, tal y como ha recalcado la responsable del proyecto en el Hospital Nacional de Parapléjicos, la doctora Ana de los Reyes "en nuestro hospital se detectó esta línea como la dirección de avance en la digitalización de las terapias que sirvan de complemento a las terapias actuales".
Por ello, desde el servicio de Terapia Ocupacional del centro y junto con el servicio de Rehabilitación, se puso en marcha el programa Reavito que usa, entre otras tecnologías, las gafas de realidad virtual Oculus Quest 2 con aplicaciones disponibles para su uso.
En definitiva, Rehab-Immersive ha permitido obtener ya avances significativos en la mejora del seguimiento de las manos a través de las gafas y trabajar en la detección y reconocimientos de distintas pinzas y formas de agarre para la manipulación de objetos.
Asimismo, se está trabajando en la propuesta de contenidos virtuales inmersivos adaptados a los objetivos terapéuticos, entre ellos la digitalización de un test clínico llamado Box and Block, actualmente ya disponible.
Toyra, el precedente
Por otro lado, se están realizando avances en el análisis de los patrones de movimiento del miembro superior cuando estos se llevan a cabo en una actividad en un contexto físico real y en los entornos virtuales.
Pero, aunque ha sido en estos últimos días cuando se ha presentado el último de los proyectos relacionados con la realidad virtual llevados a cabo allí, es inevitable preguntarse cuáles son los antecedentes.
Para encontrarlos, hay que echar la vista atrás al menos una década. Porque fue allá por el año 2011 cuando se empezó a hablar de un software llamado Toyra que "deslocalizaba" tratamientos gracias a la incorporación de la realidad virtual.
En esencia, este sistema permitía a los pacientes hacer rehabilitación desde sus casas gracias a la combinación de realidad virtual y captación de movimientos en tiempo real.
Gracias a la utilización de la nube, este modelo desarrollado por el Hospital Nacional de Parapléjicos y la tecnológica Indra pudo abrirse a clínicas especializadas y centros de rehabilitación desde el año 2013.
Toyra se apoyaba en la captura de movimiento, a través de sensores inerciales. Estos dispositivos de captura se conectaban a la estación de terapia interactiva, que enviaba al sistema su localización y posición para recrear en la pantalla, a través de un avatar, los ejercicios que realiza el paciente.
Prácticas en un velero virtual
Con la información recibida y almacenada en un servidor central, Toyra evaluaba, registraba y analizaba los resultados obtenidos por un paciente durante la sesión de terapia. El sistema conseguía también aumentar la motivación gracias al uso de visión especular (imagen de espejo), recreación de movimientos en el mundo virtual y una dinámica lúdica de ejercicios.
Además, el proyecto proporcionaba una plataforma electrónica de gestión de la historia terapéutica y de rehabilitación que permitía el análisis de los resultados de la terapia de forma individualizada, según informó en su día la Junta.
Este no fue el único proyecto de realidad virtual implantado en el Hospital Nacional de Parapléjicos durante la pasada década. En 2018 se presentó otro modelo basado en esta tecnología: un simulador virtual de vela.
Con este sistema, se recrean condiciones de viento y navegación idénticos a los que encontraríamos en un velero y, con ello, según los impulsores de aquel proyecto, se mejoraban las condiciones psicomotrices de los pacientes en rehabilitación.
Además, esta iniciativa, que utilizaba un simulador de vela llamado Vsail-Access, diseñado por el laboratorio Virtual Sailing y el equipo de trabajo de Norman Saunders de la Universidad de Melbourne (Australia), permitía un aprendizaje y tecnificación de los pacientes, de manera que podían especializarse en este deporte.
En resumen, una década en la que se han demostrado las múltiples utilidades que pueden tener los tratamientos en realidad virtual para este tipo de pacientes. A buen seguro, que todavía habrá más en un futuro.