La presidenta balear, Francina Armengol, durante su visita al DFactory de Barcelona.

La presidenta balear, Francina Armengol, durante su visita al DFactory de Barcelona.

Baleares

Robótica o impresión 3D, una fuerza magnética peninsular que inspira el crecimiento de Baleares más allá del turismo

La región insular, que seguirá potenciando el turismo desde la sostenibilidad, no esconde su atracción por polos innovadores y tecnológicos, de los que toma nota para dinamizar su economía.

22 febrero, 2022 02:32

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Mallorca, Ibiza, Menorca, Formentera… O islas que, en sentido metafórico aplicado a la tecnología y a la innovación, saben que no deben serlo. Dicho de otro modo, territorios insulares que han comprendido que no deben vivir aislados, de espaldas a lo que sucede al otro lado del mar.

Es cierto que las Islas Baleares disponen un tesoro llamado turismo que les diferencia de forma positiva con respecto a otros territorios y sobre el que también han empezado a aplicar políticas de innovación, sobre todo en materia de digitalización o medioambiental.

Pero no lo es menos que los agentes públicos y privados han acabado por darse cuenta de que la economía debe diversificarse gracias a los nuevos avances disruptivos que ya se están aplicando en otras comunidades autónomas.

Durante el último año, el gobierno balear ha dado muestras de su estado de alerta en relación con los avances que se producen en otros territorios. Síntoma inequívoco de que quiere empaparse de disrupción ajena para complementar su ambicioso proyecto de crecimiento económico basado en la ciencia, la innovación y la investigación.

El ejecutivo presidido por Francina Armengol trabaja, como ha publicado D+I, en una gran estrategia llamada Plan de Ciencia, Innovación y Tecnología con la vista puesta en 2026. Este plan es el que debe recoger todas las ideas que deben hacer crecer todos los sectores productivos en las islas.

Ya se han dado pistas sobre cuáles podrían ser los sectores prioritarios, la eHealth y la energía, que ya han arrancado importantes compromisos presupuestarios, pero comienza a intuirse el interés que tiene el gobierno insular por explorar otros campos.

Y ese interés, como decíamos, se manifiesta en los diferentes encuentros bilaterales que la propia Armengol está manteniendo últimamente con otras regiones.

Visita a Cataluña

El último de ellos le llevó a Cataluña. Allí visitó las instalaciones del Consorcio de la Zona franca de Barcelona para conocer los diversos proyectos en materia de innovación empresarial que se llevan a cabo en la entidad, como la incubadora 3D.

Durante la visita, en la que estuvo acompañada por Pere Navarro, vicepresidente y delegado especial del Estado del Consorcio, Armengol pudo compartir ideas relacionadas con la innovación como las que se están impulsando en las Baleares, especialmente a través de los fondos europeos, pero también conoció las experiencias del Consorcio, como el DFactory, un espacio para fomentar el desarrollo de la industria 4.0 que tiene que funcionar como hub de innovación para que las empresas puedan recibir asesoramiento, lanzar proyectos relacionados con la impresión 3D, la robótica, la ciberseguridad, la inteligencia artificial o los sistemas de sensores.

La presidenta también visitó la incubadora 3D, una iniciativa que forma parte del proyecto DFactory, en marcha desde el 2019 para ofrecer a las empresas servicios de innovación y de apoyo, sobre todo en tecnología 3D.

El Consorcio Zona franca de Barcelona es una entidad con más de 100 años de historia que gestiona el polígono industrial de la Zona franca y la zona aduanera. Engloba 176 empresas y su objetivo es potenciar proyectos de innovación en la ciudad y en el área metropolitana.

Baleares no es ajena a proyectos de robótica, impresión 3D o inteligencia artificial. Proyectos de investigación marina o laboratorios de fabricación aditiva como el de Ibiza son buena prueba de ello.

Pero el hecho de que el gobierno balear estreche relaciones con otros territorios en torno a estas tecnologías no hace sino confirmar que quiere más.

La vista en la Comunidad Valenciana

En esa misma visita a Cataluña, la propia presidenta fue muy clara al hablar de ese espíritu de colaboración entre territorios. "La política la podemos mejorar a través del diálogo y la búsqueda de consensos y equilibrios, que son fundamentales para tomar las mejores decisiones", avanzó, antes de añadir que "apostamos por el debate multilateral y la cooperación entre territorios".

Y eso implica, lógicamente, a la innovación. En este punto, de hecho, recordó que "tenemos iniciativas conjuntas tanto con Cataluña como con la Comunidad Valenciana que hacen hincapié en cuestiones clave de futuro como la biomedicina o la lucha contra el cambio climático".

Como dice Armengol, la Comunidad Valenciana es otro de los territorios por los que Baleares ha sentido cierta atracción en los últimos tiempos. No conviene olvidar que, tras un encuentro bilateral entre la presidenta y su homólogo, Ximo Puig, ambos territorios se comprometieron a conformar una potente alianza para crear un clúster o fomentar la innovación y la tecnología aplicada al mar. La astrofísica y la inteligencia artificial son otras de las fuerzas magnéticas que acercan las islas a la Península mediante un puente con la región valenciana.

La tecnología aplicada al mar, por cierto, es el ejemplo perfecto de cómo las Baleares están generando un ecosistema de referencia a nivel mundial que, gracias a esos contactos y a la disrupción autóctona, está sumando cada vez más y más tecnología para dinamizar este sector.

Submarinos autónomos e inteligentes, especies piscícolas monitorizadas para controlar la fauna y flora del Mediterráneo son sólo dos ejemplos. En algunos de estos casos, los contactos con otros territorios no sólo se han limitado al plano nacional, sino que han saltado fronteras internacionales.

En definitiva, Baleares tiene claro que su futuro va más allá de una potenciación de su turismo, sector al que, lógicamente, no va a renunciar. Lo explica el consejero de Fondos Europeos, Cultura y Educación, Miquel Company, que reconoce que hay aún "una excesiva dependencia" del turismo que nos ha llevado "a plantearnos soluciones para equilibrar la balanza con sectores emergentes y tener un alto componente de diferenciación, colaborativos y complementarios con el sector turístico".