Shyft, la startup que simplifica las tortuosas mudanzas y lucha contra la fragmentación de este sector en todo el mundo

Recrear procesos gracias a la tecnología. El mantra de la transformación digital y causa de las disrupciones. ¿Qué más queda por cambiar? Un proceso por el que casi todo el mundo pasa, tarde o temprano, y casi siempre se relaciona con dolor y molestia: una mudanza.

Shyft se ha propuesto hacerlo lo más fácil posible. Alex Alpert es su fundador y CEO. La compañía, que ha decidido moverse a Miami, ya opera en 68 países, cuenta con 400 compañías en su plataforma y suman más de 200.000 usuarios que han probado a mudarse confiando en su plataforma.

Alpert lo define de una manera poco convencional: “Somos un mercado (marketplace) impulsado por una fintech”. 

Una explicación que encierra mucha información: Shyft es algo así como el eBay de las mudanzas. No es una empresa de mudanzas en sí, sino un agregador de servicios que compara, permite escoger y pagar el que mejor encaje con la preferencia del consumidor, y, además, permite hacer seguimiento del trabajo.

Es decir, gestiona todo el proceso de principio a fin: desde la elección de la empresa, el horario y términos de recogida, seguimiento del camión, entrega y posible comunicación entre cliente y consumidor.

¿Fintech en una mudanza?

La parte de ser fintech no solo tiene que ver con los pagos, sino también con la adopción de una tendencia cada vez más creciente dentro del consumo. Al igual que Affirm en Estados Unidos, o el caso de Aplázame en España, o Atrato en México, la ola de “buy now, pay later” (compra ahora y paga después) se extiende a más servicios.

En ese sentido, Alpert sabe que mudarse es uno de los gastos más dolorosos para cualquier que cambie de ciudad, o incluso de barrio. No se trata tanto de tener un crédito y pagar a plazos, como de la comodidad de directamente comenzar el proceso sin que afecte al crédito con el banco y con decisión en el mismo momento de la transacción.

De media, son 30 días, un mes, los que pasan desde que se empieza a buscar una empresa que haga la mudanza hasta que se vive en un nuevo hogar, explica el directivo.

“Hasta la fecha no había algo similar, una plataforma en la que las compañías de mudanzas puedan captar clientes y hacer una oferta mejor. Era un proceso ciego, sin referencias de ninguna de las dos partes”, relata.

Fragmentación en la industria

Alpert se crio en una ferretería. Bueno, en una tienda de hardware, que es un término un poco más amplio en Estados Unidos y abarca herramientas para el jardín, el hogar, incluso obras. Ese era el negocio familiar en su Virginia natal. Dio sus primeros pasos en el mundo laboral en real estate, aunque, como tantos norteamericanos, también paseó perros para costear sus estudios en NYU, la Universidad de Nueva York.

Según Alpert, el mercado potencial está lejos de su techo. Lo evidencia con algunas cifras: los grandes del sector no superan el 9% de la cuota de mercado. “No ha habido procesos de concentración. Es como si la globalización no hubiese llegado a este sector", afirma el emprendedor.

Esto evidencia la fragmentación de una industria de calado mundial. Su visión de futuro es tener una fórmula “llave en mano”, donde el cliente no tenga que hacer nada más que ir de una casa a otra y encuentre todo tal y como desea. Todavía falta para ello, pero como visión, enamora.

Por el momento cuentan con más de 75 empleados a tiempo completo, una cifra que pronto van a ampliar, asegura.

La gran mudanza

Shyft ha decido hacer de Miami su sede. “La mentalidad de inmigrante que se respira en el ambiente hace que todo sea más abierto. Tienes la sensación de que todo es posible aquí. Crecí en una industria que estaba cambiando, así que estoy orgulloso de sentir que lo que tengo me lo he ganado. Eso encaja mucho aquí. Además, hay gran diversidad”, proclama con cierta ilusión tras su propia mudanza.

Cuentan con el apoyo de David Blumberg, de Blumberg Capital como inversor. El CEO comenta medio en broma medio en serio: “Somos la empresa de mudanzas no oficial de la migración a Miami”.

A continuación, detalla que sí, que el movimiento muestra cómo desde 2017 no había tanta gente dejando San Francisco, y que en su mayoría van a Austin (Texas), Nueva York y Miami. “No solo los trabajadores. También se mudan los inversores y fundadores de compañías”, matiza.