La incertidumbre de los mercados en 2022 provocó que los inversores fueran más precavidos con el desembolso de capital en startups. Es un hecho que se ve reflejado, especialmente, en el mercado latinoamericano.
Tras años de grandes avances en el territorio, en 2022 se experimentó una desaceleración en la inversión de negocios dentro de Latinoamérica. No obstante, no todas las señales son negativas, ya que se cerraron más acuerdos de inversión que nunca.
Según un informe elaborado por LAVCA (Latin America Venture Capital Association por sus siglas en inglés), los inversores gastaron más de 28.2 mil millones de dólares en la región y cerraron un total de 1.352 tratos.
El descenso es leve, ya que en 2021 la inversión total llegó a rozar los 30.000 millones de dólares. Son cifras positivas si se comparan, sobre todo, con las de 2015, momento en el que solo se invirtieron 6.000 millonesde dólares en el mercado.
Esto demuestra que los inversores apuestan cada vez más por el territorio latinoamericano, donde hay una fuerte presencia de unicornios como Kavak, Nubank, Rappi o Jeeves, distribuidas por países como México, Brasil y Colombia.
Cabe destacar, asimismo, que en 2021 se cerró un total de 1.174 tratos de inversión. El año pasado, sin embargo, se llegó a un nuevo récord dentro de la región con 1.352 tratos cerrados en total, a pesar de la desaceleración del mercado.
Algunos de los sectores más favorecidos por el desembolso de capital en LATAM son el del transporte, la energía (con un énfasis en las energías renovables) y las telecomunicaciones.
El sector de la infraestructura sumó el 47% de las inversiones. Las telecomunicaciones y las energías renovables son las que experimentaron un mayor crecimiento, sectores en los que la inversión se llegó a multiplicar por cinco. Las pistas son claras: las startups que desarrollan soluciones en estas áreas, son las más beneficiadas por los datos citados.
Las firmas de capital riesgo no se libran
Las firmas de capital riesgo son las que menos arriesgaron ante la incertidumbre del mercado el año pasado. En este apartado, el descenso en inversiones es llamativo. En 2022 se invirtieron 7.8 mil millones de dólares, mientras que un año antes se había llegado a los 16.000 millones de dólares.
Es una caída importante y también alarmante, pero una vez más destacan las cifras de los tratos cerrados: 1.114 en 2022 frente a los 915 que se cerraron la anualidad anterior. El año comenzó con fuerza, pero a medida que fue avanzando, los inversores fueron cerrando el grifo.
En estos momentos los inversores desembolsan menos, a la espera de ver cómo evolucionan los mercados internacionales. Se realizan menos inversiones, pero éstas son más significativas. Se imponen más filtros, lo cual asegura unas decisiones más razonadas, con mayor probabilidad de que las startups en las que se invierten sigan existiendo en los próximos años.
Las startups en fase semilla resistieron a esta desaceleración. Por primera vez en la historia, la inversión en startups de ciclo temprano superó los 1.000 millones de dólares, frente a los 650 millones de dólares destinados en 2021 y los 300 millones de 2020.
El retroceso en inversión fue especialmente pronunciado para la financiación en startups de etapas más avanzadas, ya que los inversores globales mostraron preocupación por la desaceleración económica y los efectos de ésta en las valoraciones de las respectivas compañías.
Los inversores emplearon 2.000 millones de dólares en rondas de última etapa en 2022, una contracción del 79% en comparación con las cifras de años anteriores. Algunas de las nuevas empresas en etapa avanzada recurrieron a fuentes alternativas de financiación a través de líneas de crédito proporcionadas por bancos de inversión.
Se prevé que las cifras de 2023 sigan patrones similares hasta que los mercados internacionales muestren tendencias más claras.