La necesidad de buscar soluciones para paliar los efectos del cambio climático ha generado una conciencia global sobre la conveniencia de recurrir a alternativas más sostenibles en prácticamente todos los ámbitos de la actividad humana. La mirada hacia un futuro más respetuoso con el medio ambiente y con el planeta es un compromiso global que ha adquirido la sociedad en su conjunto, pero que alcanza especialmente a las empresas que tienen el potencial para contribuir de una forma más eficaz a lograr esta meta.
En este contexto, tanto las organizaciones internacionales, agentes políticos y sociales y las empresas privadas han establecido objetivos cuantificables para reducir las emisiones. Es una aspiración que también aparece reflejada, por ejemplo, en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, mediante los cuales se abordan estrategias en varios ámbitos para impulsar el crecimiento con prácticas limpias y respetuosas.
Por sus características, el ecosistema de la movilidad es uno de los que genera más emisiones y que, por tanto, tiene un mayor margen de mejora. En el transporte terrestre es obvio que buena parte de la contaminación subyacente proviene del parque de vehículos, envejecido en muchos casos. Es la parte más evidente de la ecuación y en la que, con la popularización de alternativas más limpias que van más allá de los combustibles fósiles, parece más sencillo llegar a fórmulas más sostenibles. El éxito de algunas de estas opciones, como el coche eléctrico, parecen esbozar un horizonte de optimismo.
Sin embargo, para que estos vehículos -y los de otras alternativas, como el GNL o el hidrógeno- puedan dar este paso adelante, es vital que haya infraestructuras adecuadas para asumir el continuo crecimiento del tráfico y este viraje hacia la electrificación. Se trata de permitir una movilidad ágil y eficiente, y en la que todas las necesidades de suministro, seguridad y tecnología queden cubiertas.
El papel de los referentes del sector
Aportar soluciones a estos retos a través de una movilidad más inteligente e innovadora es lo que proponen actores del sector como Abertis. Esta compañía tiene una dilatada experiencia en la gestión de infraestructuras en todo el mundo, lo que incluye miles de kilómetros de autopistas de gran capacidad. De ahí que este cambio de paradigma motive un compromiso aún mayor que nunca para impulsar la sostenibilidad en todas sus líneas de negocio, algo que ha recogido en la actualización de su plan estratégico. El documento marca una hoja de ruta en cuanto a sostenibilidad para el periodo 2022-2030 en el que los grandes hitos son la reducción de las emisiones de CO2 respecto a 2019 en un 25% en 2024 y en un 50% en 2030.
Este plan director conforma una visión innovadora acerca de la movilidad presente y futura que, si bien gira en torno a la experiencia del Grupo Abertis, también se alinea con algunos de los ODS que se ajustan más a su actividad. Es el caso de los objetivos 3, 9, 11 y 13, sobre ‘Salud y bienestar’, ‘Industria, innovación e infraestructura’, ‘Ciudades y comunidades sostenibles’ y ‘Acción por el clima’, respectivamente. Son los puntos a los que remite la nueva movilidad que se está construyendo y que también resultan especialmente relevantes en la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
Así pues, con la descarbonización, seguridad vial y la cultura corporativa como grandes ejes, la propuesta de Abertis en cuanto a estrategia de sostenibilidad es un modelo para el futuro del sector, dado que incluye iniciativas en todos esos ámbitos, cuantificables y medibles en planes trienales. ¿Pero cómo una compañía puede alcanzar estas metas y abogar por las cero emisiones a partir de su negocio de gestión de autopistas? La innovación es la respuesta. La medida más inmediata es la de migrar su flota a vehículos menos contaminantes (un cambio ya en proceso en España, Chile o Estados Unidos) y, en paralelo, favorecer infraestructuras que primen este tipo de movilidad limpia.
Energía verde contra la huella ambiental
En este sentido se establece un mecanismo de doble dirección: por una parte, la adquisición y generación de energía verde; por otro, la instalación de estaciones de recarga eléctrica para los usuarios de sus autopistas. Precisamente una de las prioridades ha sido la de potenciar la movilidad electrificada mediante la implantación de estos puntos en las diferentes concesiones que Abertis gestiona en España a través de su filial Autopistas (Avasa, Aucat, Castellana, Alesa y Túnels). Para Daniel Vilanova, director general de Autopistas, "es una prioridad impulsar proyectos orientados a los nuevos desafíos de la movilidad, como la preparación de las vías de alta capacidad para los vehículos eléctricos".
La instalación se llevará a cabo en 29 áreas de servicio en todo el país donde se activarán 76 puntos de recarga a lo largo de los más de 600 kilómetros de autopistas que gestiona. Además, se ha hecho especial hincapié en la eficiencia de estos dispositivos para proporcionar al usuario tiempos de carga competitivos. Así, el 95% de estas nuevas ‘electrolineras’ ofrecen un servicio ultrarrápido, capaz de proporcionar una carga completa en menos de 30 minutos. Es una manera de "favorecer el crecimiento del mercado de vehículos eléctricos, lo que reduce de forma considerable la contaminación en las vías y las emisiones de gases de efecto invernadero, y favorece la transición energética hacia un modelo de movilidad más limpia y sostenible", explica José Aljaro, consejero delegado del Grupo Abertis. Para ponerlos en marcha, Abertis ha seleccionado cuatro operadores de recarga referentes en el sector: Repsol, Cepsa, BP e Ionity.
Pero estas acciones se quedarían en nada si, a las soluciones que proponen los actores del sector, no le acompañaran otro tipo de iniciativas que conformen un todo frente a la amenaza del cambio climático. Esto implica, igualmente, ‘atacar’ otros frentes. Y por eso, la nueva estrategia de Abertis para reducir la huella ambiental también incluye otros dos factores que definen su concepto integral de sostenibilidad.
Uno de ellos es la gestión de residuos, un campo en el que el grupo pretende implantar el concepto de economía circular para conferir un valor añadido a los residuos para que puedan reutilizarse en otras actividades. Supone dar un paso más que lo que propone el reciclaje tradicional dado que, además de reducir al mínimo los desperdicios, aporta una revalorización de los materiales. Y, en lo que afecta al medio ambiente, también permite reducir la cantidad de recursos naturales que demandan otras actividades.
El otro pilar de este planteamiento es el compromiso con la seguridad vial. Es algo que se mantiene vigente en su política de empresa pero que, de acuerdo a su adhesión a la Segunda Década de Acción de Seguridad Vial de Naciones Unidas, se ha intensificado para implantar mejoras en las autopistas que gestiona para minimizar los accidentes. Los datos del período 2010-2020 hablan de la efectividad de este esfuerzo, ya que en esos años se consiguió reducir un 50% el número de víctimas mortales en sus vías.
Infraestructuras sostenibles y seguras
Pero todo está encaminado para seguir mejorando. Por eso, otro de los argumentos que inciden en este objetivo es el de poner todos los medios a su alcance para implantar infraestructuras más seguras en las proximidades de los centros escolares. Para contribuir a evitar el problema, Abertis trabaja con UNICEF desde 2017 para estimular una movilidad más segura para la infancia en las ciudades. En paralelo, también se efectúa una labor pedagógica para dar a conocer los aspectos legislativos más relacionados con la seguridad vial y su cumplimiento, especialmente en países considerados de alto riesgo en esta faceta.
Intensificar la actividad en pro de los aspectos más sostenibles implica aplicar esos conceptos desde uno mismo. De ahí que otro de los aspectos fundamentales en las empresas y actores de la movilidad sea el impulsar la cultura de la sostenibilidad entre sus propios empleados. En Abertis, por ejemplo, esto se une a otros principios éticos como el buen gobierno, el rechazo de cualquier forma de corrupción o el impulso de sinergias positivas con entidades locales.
Situar la sostenibilidad a la misma altura que estos principios pasa, por tanto, por incidir en proporcionar una formación interna especializada, para lo que el Grupo Abertis ha definido planes específicos. Se trata de una labor continua que ya, en el pasado reciente, también ha cubierto otras áreas temáticas de plena actualidad, como las políticas de igualdad, por ejemplo, que redundan a la hora de cumplir otro de los objetivos previstos: el de que, para 2024, el 100% del Grupo esté cubierto por una política de Derechos Humanos.
"Una prioridad" para Abertis
Para observar el cumplimiento de este plan se ha creado ex profeso el Comité de Auditoría, Control y Sostenibilidad, formado por el Consejo de Administración del Grupo. Su labor de vigilancia es una garantía para responder a las metas que se establecen en los ejercicios que corresponden a esta primera parte del plan. En palabras de Georgina Flamme, directora de Relaciones Institucionales, Comunicación y Sostenibilidad de Abertis, ese papel de referencia en el sector de la compañía implica una responsabilidad añadida: "Trabajar para asegurar esa nueva movilidad en todos los países en los que operamos es una prioridad".
"Nuestra actividad y nuestra localización nos brindan un papel esencial en el desarrollo de los territorios en los que operamos pudiendo mejorar la sociedad a través del impacto de nuestro negocio. Por ello, este nuevo Plan de Sostenibilidad marca los principios sobre los que opera la compañía con la ambición de convertirnos en referente mundial en este sector", concluye.