"Va a pasar de estar sentado en un autobús de línea a pilotar un Fórmula 1 que tiene que remontar varias posiciones en pocas vueltas para ganar una carrera en la que lo tiene todo en contra". De esta manera, definían el pasado viernes desde el sector de la automoción el cambio de vida que va a sufrir Francisco Blanco en su paso del Senado a la secretaría general de Industria y Pyme del Ministerio de Industria.
Este político asturiano de dilatada trayectoria ha sido el elegido para sustituir en el puesto a Raül Blanco, uno de los miembros más destacados del equipo de la ministra de Industria, Reyes Maroto. Durante los últimos años, Blanco fue el encargado de lidiar con muchas de las problemáticas surgidas en torno al PERTE del vehículo eléctrico y conectado.
Un proyecto bandera dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia cuya primera resolución quedó lejos de cubrir las expectativas despertadas. El pasado mes de octubre se anunció la distribución de 877 millones. La cifra representó sólo el 30% de los 2.975 millones con los que se había dotado al instrumento.
Ahora, Francisco Blanco tendrá semanas para encontrar una nueva fórmula que permita distribuir los miles de millones pendientes. Una ingente tarea en la que será fundamental que los emisarios del Gobierno en Bruselas consigan que la Comisión Europea flexibilice parte de los requisitos fijados para los fondos Next Generation.
Un cese con mucha mar de fondo
El cese de Raül Blanco llegó en un momento poco esperado. Pese a la anunciada marcha de Reyes Maroto del Ministerio de Industria para capitanear la candidatura socialista a la alcaldía de Madrid, las fechas del anuncio elegido para el cambio en la jefatura de la secretaría general de Industria y Pyme no coinciden con ninguno de los calendarios previstos.
Desde Moncloa se ha comunicado en diferentes ocasiones que Maroto mantendrá su posición de ministra prácticamente hasta el arranque de las elecciones, previsto para el mes de abril. Fuera de los cauces oficiales se señalaba a las primeras semanas de enero como el momento en el que se pondrían en marcha los cambios que afectarían a responsables de proyectos claves para el curso 2023 como el PERTE del vehículo eléctrico y conectado.
En este sentido, en las últimas horas han ganado fuerza las visiones que señalan que detrás de la marcha de Raül Blanco no está el decepcionante desenlace de la primera convocatoria del PERTE del Vehículo eléctrico y conectado. El consenso generalizado dentro de los responsables del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia es que fueron los condicionantes fijados por Bruselas los que dejaron fuera de las ayudas a gran parte de los proyectos presentados al PERTE, no una mala gestión de los responsables del Ministerio de Industria.
El malestar con el hasta ahora secretario general de Industria y Pyme venía de lejos. Conocedores de las conversaciones que han derivado en su salida señalan que desde el verano de 2021 parte del ministerio consideraba que Raül Blanco actuaba con excesiva independencia y habría deslizado detalles de la situación del PERTE al margen de las directrices fijadas.
Unos episodios que se habrían intensificado a medida que se acercó la fecha definitiva de resolución de la primera convocatoria. Además, durante los últimos días, ciertos movimientos referentes al nuevo diseño del PERTE y al rol que desempeñaría tras la salida de Maroto habrían sido el detonante definitivo que precipitó su cese.
Un PERTE más ágil y versátil
Sea como fuere, ahora llega el turno para que Francisco Blanco consiga encontrar las soluciones que permitan a los PERTE, con el del vehículo eléctrico y conectado a la cabeza, confirmarse como soluciones válidas para dotar a los principales actores de la industria española de las capacidades necesarias para afrontar los desafíos que tienen en el horizonte.
Los primeros indicios sobre las nuevas características que tendrá la nueva convocatoria señalan a que ganarán protagonismo los proyectos de las empresas auxiliares. Así como la primera edición buscaba la movilización de proyectos tractores, ahora que la electrificación de las plantas está encarrilada, las empresas auxiliares van a poder presentar sus propios proyectos sin necesidad de asociarlos a los de grandes fabricantes.
En este sentido, se espera una gran atomización del proyecto. Un elemento que va a añadir una nueva capa de complejidad a la gestión de la nueva línea. Por ello, en el Ministerio de Industria trabajan para simplificar los requerimientos para poder presentarse al PERTE. Además, se espera que, de aquí a que se anuncien los detalles de la próxima convocatoria la Comisión Europea flexibilice su visión sobre las ayudas de Estado.
Todo esto en un tiempo récord. Industria se ha fijado el objetivo de lanzar la nueva convocatoria en el primer trimestre de 2023. Unas fechas que, de cumplirse, aún tendrían al frente del ministerio a Reyes Maroto. Irremediablemente, el trabajo de los primeros meses en este sentido afectará a su paso a la arena de la política madrileña.
Conocimiento de la industria
En este sentido, Francisco Blanco no es ajeno a la materia con la que le va a tocar lidiar. Licenciado en Administración y Dirección de Empresa y doctor en Economía por la Universidad de Oviedo, en 2007 fue nombrado director general Económico Financiero del Ayuntamiento de Gijón. Entre 2011 y 2015 compatibilizó su puesto de profesor con el cargo de concejal en el Ayuntamiento de Gijón.
Ya en 2015 ocupó la consejería de Empleo, Industria y Turismo del Gobierno del Principado de Asturias, rol que desempeñó hasta 2019. Ese año fue elegido senador su ocupación actual. En el Senado ha sido portavoz del grupo Socialista, precisamente, en la Comisión de Industria, Comercio y Turismo.
En estos años, Blanco ha sido miembro de los consejos de administración de Pymar y del Puerto de Gijón. Una posición que será importante en el desarrollo del PERTE Naval que, tras el del vehículo eléctrico, será uno de los proyectos con más repercusión de los que se dirimirán durante 2023.
Así las cosas, pese a que el apellido del ocupante de la secretaría de Industria y Pyme del Ministerio de Industria no variará, el contenido de su cometido deberá hacerlo de forma radical. Del éxito del político asturiano dependerá la credibilidad de los PERTE como instrumento válido para distribuir fondos y, de su mano, una parte importante del futuro de la industria española.