La primera red 5G de España se 'encendió' el 15 de junio de 2019. El primer atisbo de la quinta generación de banda ancha en el país daba pie a imaginar un mundo más veloz, tecnológicamente más avanzado, en el que por las calles circulan coches autónomos en lugar de personas, los robots ocupan puestos de trabajo y todo está conectado.
Esa imagen es todavía lejana aunque, a día de hoy, la red 5G ya cubre una parte importante de España. La primera compañía en ofrecer esta tecnología fue Vodafone, a la que siguieron, en 2020, otras grandes empresas de telecomunicaciones como Telefónica, Orange y MásMóvil, a través de Yoigo. Aun así, el Observatorio Nacional 5G señala que a lo largo de este año se habrá finalizado la implementación del 5G en toda España.
Sigue habiendo obstáculos a superar para que la red llegue a todos y a todas partes. Se deben resolver aún algunos problemas técnicos, como la disponibilidad del espectro radioeléctrico y el amplio despliegue de infraestructuras que se necesita para garantizar una buena cobertura, ya que el 5G es más proclive a encontrar obstáculos en edificios o árboles.
El 5G es 100 veces más rápido que el 4G. Por poner un ejemplo, una película de dos horas que tardaría 6 minutos en descargarse en una red 4G, tardaría 3.5 segundos con el 5G
La situación en España es similar al recorrido de implantación de esta tecnología en otras partes del mundo. De hecho, se estima que la mayor parte de países culminen su proceso de adaptación al 5G en 2025. Para entonces se calcula que se habrá necesitado una inversión de alrededor de 45 mil millones de dólares, como estima Accenture.
Mientras la red de quinta generación avanza en su adopción masiva en todo el mundo, y ante las promesas del avance tecnológico que esto supondrá, muchos expertos también se plantean si la llegada del 5G creará un ecosistema de personas más conectado o ahondará en la brecha digital. Y es que esta tecnología, que conlleva innumerables ventajas, también puede suponer incrementar las diferencias actuales entre usuarios y zonas geográficas en lo que a conectividad se refiere. Si, como parece, el 5G profundizará en la interconexión de dispositivos y personas, parece que los entornos urbanos parten con cierta ventaja a la hora de sacar provecho de las posibilidades que ofrece.
El 5G permite utilizar más dispositivos en el mismo área sin comprometer la latencia. El 4G soporta hasta 4.000 dispositivos en 1km cuadrado mientras que el 5G podrá soportar cerca de un millón
"La tecnología 5G ofrece el potencial de acelerar la digitalización de la industria y de la sociedad. En el futuro próximo veremos cómo surgen ecosistemas 5G, que incluirán la gestión de espectro e infraestructuras de comunicaciones, plataformas IoT para entornos industriales y de productos conectados, y aplicaciones que explotarán las ventajas 5G de velocidad, latencia y fiabilidad de conexión. Estos ecosistemas 5G se convertirán en motores de transformación hacia la economía digital del futuro", explica Julio Juan Prieto, Director Aeroespacial y Defensa, Comunicaciones y Medios, Tecnologías en Accenture
Para la vida cotidiana, el 5G permitirá la mejora de servicios que se usan habitualmente en el día a día. Sin embargo, el mayor salto de calidad se verá en la industria, donde se espera una auténtica revolución. Muchas de sus posibilidades aún están por explorar pero, actualmente, ya hay al menos tres aplicaciones que ya sacan partido de este entorno.
En la ciudad y en el campo, coches autónomos
Una de las grandes promesas que el 5G trae bajo el brazo tiene que ver con la industria del transporte y, en concreto, con los vehículos autónomos. Hace años que oímos hablar de ellos y, en realidad, la idea lleva décadas de investigación: el primer coche autónomo fue una furgoneta de Mercedes Benz de 1986.
Aunque ha sido más recientemente cuando se han podido empezar a ver coches autónomos funcionando en lugares como Arizona o California, que incluso cuentan ya con una legislación específica que permite la circulación de estos vehículos. Sin embargo, para que estos ejemplos no sean la excepción, el 5G es condición indispensable.
La latencia, es decir, el tiempo que tardan los datos en transmitirse a través de la red, será de entre 1 y 2 milisegundos. Para comparar, la latencia del 4G está entre 20 y 100 milisegundos
Los coches autónomos necesitan una gran velocidad de transmisión de datos (el 5G puede alcanzar hasta 10.000Mbps por segundo, frente a los 200Mbps del 4g) y una latencia muy baja (apenas 1 milisegundo). Esto es algo que en la actualidad solo el 5G podría proporcionar porque, para que este ecosistema de conducción autónoma tenga sentido, los coches de este tipo deben ser capaces de responder a cualquier situación con la que se encuentren procesando la gran cantidad de información que recogen y decidiendo en el mínimo tiempo posible. De no contar con una tecnología que permita esta agilidad de respuesta, este paradigma que será normal cuando el 5G esté plenamente implantado no dejaría de ser algo casi de ciencia-ficción.
Igual que pasa en todo lo relativo al tráfico, el 5G también está ayudando a transformar la agricultura. Existen ya grandes máquinas autónomas cuyo objetivo será sustituir a los tractores tradicionales. Por el momento se trata de prototipos de vehículos autónomos capaces de fumigar o quitar las malas hierbas. La startup australiana thingc Robotics o la firma japonesa Kubota, por ejemplo, ya han puesto en marcha sus primeras máquinas de prueba.
Cirugías asistidas a kilómetros de distancia
La progresiva implantación del 5G también ha abierto las puertas a grandes avances tecnológicos en otros campos como la medicina. La características de la nueva red facilitarán aspectos como las cirugías robóticas y operaciones teleasistidas.
De hecho, la primera operación teleasistida mediante 5G se realizó en España en 2019, durante el Mobile World Congress de Barcelona. Se llevó a cabo una intervención quirúrgica en el Hospital Clinic que fue liderada por el cirujano Antonio de Lacy desde una sala del MWC a través de una tablet. La cirugía que se realizó en el quirófano de última generación Optimus, que utiliza tecnología big data y permite registrar en vídeo de alta calidad toda la actividad del quirófano y, gracias al 5G, enviar esa información en tiempo real y con una latencia mínima. Arca, recientemente adquirida por Accenture participó en este proyecto chequeando la calidad de la señal en el entorno del hospital para asegurar la cobertura.
César Cid, CEO de Arca, explica que el "5G, de facto, no es una evolución del 4G, sino que esperamos que sea una revolución. El salto entre ambos estándares de comunicaciones móviles, no es tanto por la mejora tecnológica en sí, sino por convertirse en un habilitador para generar múltiples y nuevas oportunidades de desarrollo de aplicaciones y por lo tanto de negocio, actualmente difícilmente cuantificables. Esto se debe a las tres principales aportaciones del 5G: multiconexión de objetos, rapidez de respuestas (latencia) y, aunque menos diferencial, mejora muy notable en las velocidad de transmisión de datos".
Además de las posibilidades que ofrece disponer de esta tecnología en los quirófanos, se favorece la colaboración de equipos de todo el mundo. Ejemplo de ello es una intervención teleasistida que se realizó en Málaga a finales de un año en cierta tecnología 5G y que fue supervisada desde un hospital en Japón y a la que asistieron más de 100 profesionales simultáneamente.
Junto a la teleasistencia, el 5G revolucionará también la cirugía robótica. Con la implantación de la nueva red, los robots podrán controlarse prácticamente desde cualquier parte del mundo. Además, este tipo de cirugías realizadas con robots son menos invasivas, presentan menos complicaciones y ofrecen una recuperación más rápida para el paciente.
La edad de oro de los videojuegos
La industria del gaming es otra de las grandes beneficiadas por la llegada del 5G. A nivel técnico, este es el último impulso que necesita una industria que no para de crecer: en 2019 generó alrededor de 140.000 millones de euros en todo el mundo, según la publicación especializada Newzoo.
Se avecina una edad de oro para el mundo de los videojuegos (según las previsiones de la Asociación Española de Empresas Desarrolladoras de Videojuegos la facturación del sector crecerá a un ritmo del 10% hasta 2022). Si a una mayor velocidad de internet le sumamos una bajísima latencia, la jugabilidad de los videojuegos online y en movilidad será mucho más fluida. Es, también, un salto de calidad para las competiciones profesionales de eSports y las retransmisiones en streaming.
El 5G que, sin duda es uno de los elementos disruptores que marcarán el futuro a corto y medio plazo, trae infinidad de oportunidades para crear un mundo más global y conectado. Pero una vez superadas las barreras iniciales de costes e infraestructura, el mayor desafío que tendrá que cumplir esta tecnología es el desarrollo de nuevos códigos que nos permitan adaptarnos a los cambios del futuro.