El juez de la Audiencia Nacional Manuel Garcia-Castellón, instructor del caso Tándem-Villarejo, ha citado a declarar como investigado al antiguo controller de Ibedrola José Antonio del Olmo, que el pasado enero se convirtió en testigo de cargo contra la empresa asegurando que la eléctrica habría contratado de forma irregular al comisario Villarejo.
La imputación de Olmo ha sido solicitada por la Fiscalía Anticorrupción, que considera que el exdirectivo pudo incurrir en un delito de cohecho porque fue él el que dio el visto bueno al pago de las facturas cuya irregularidad afirma.
Olmo, ya jubilado, fue responsable de la Dirección de Control de Funciones Corporativas de Iberdrola. En su declaración como testigo en el caso Tándem aseguró haber elaborado en diciembre de 2004 un documento interno para "informar" a la Dirección de Administración, Control y Regulación -en aquel momento a cargo de José Luis San Pedro- de que siete meses antes el jefe de seguridad, Antonio Asenjo, le habría puesto al corriente de "ciertas actividades anómalas".
Se trataría de "trabajos de vigilancia especiales" que según él habría ordenado el entonces consejero delegado, Ignacio Sánchez Galán, y que serían el primer proyecto que Asenjo encargó a Villarejo, el llamado Proyecto Arrow, para "pillar a políticos" y así contrarrestar la oposición surgida en el Ayuntamiento de Arcos de la Frontera a una central termoeléctrica de Iberdrola.
Según Olmo, los pagos a Villarejo se habrían encubierto con facturas de otra empresa, Casesa, ya que Asenjo le habría dicho que "son pagos a un tercero a quien Iberdrola no puede pagar directamente", algo contradictorio con el hecho -acreditado en el procedimiento judicial- de que la empresa de Villarejo fue dada de alta como proveedora de Ibedrola en octubre de 2004, cuando se contabilizaron sus primeras facturas, visadas además por el propio Olmo.
Documento 'ad hoc'
Este último hecho se ha revelado determinante para la imputación del exdirectivo. En una resolución dictada el pasado lunes, el juez instructor señala que, aunque "no se han diluido" los indicios de ilicitud de la contratación de Villarejo por la eléctrica entre 2004 y 2016, es preciso "clarificar" si el informe emitido por Olmo -con su sola firma- y que depositó en una notaría el día 20 de diciembre de 2004 "puede tratarse de un documento elaborado ad hoc para su protocolización".
Esta posibilidad fue sugerida por San Pedro el pasado 10 de noviembre, cuando declaró como investigado. El exresponsable de Administración negó haber recibido ese informe de Olmo (que, en caso de haber sido entregado, hubiera debido tener la firma de San Pedro porque era su jefe directo) y planteó la tesis explicativa de que el controller confeccionara expresamente el documento y procediera luego a protocolizarlo con la finalidad de cubrir su responsabilidad como validador de las facturas pese a lo que le habría explicado Asenjo sobre su supuesta irregularidad.
García-Castellón recuerda en su resolución que Iberdrola ha atribuido a José Antonio del Olmo, en sendas denuncias presentadas ante la Fiscalía Provincial de Bilbao y ante la Fiscalía Anticorrupción la autoría de ese informe "que reputa falso y que fue publicado por el diario digital El confidencial, ya que no se habría localizado en ninguno de los archivos oficiales de Iberdrola ni tampoco ha sido reconocido por los anteriores y actuales responsables del departamento de Administración, Control y Regulación de la compañía".
"Odia a Galán"
El modo en que trascendió el documento firmado por Olmo también es motivo de sospecha. El informe ha trascendido 15 años después de su elaboración y no porque el controller lo llevara al Juzgado sino porque fue publicado por El confidencial. Olmo manifestó ante el juez García-Castellón y los fiscales anticorrupción que sospechaba que fue Marcos Peña el que filtró el documento a la prensa porque "odia mucho a Galán" y estaba muy enfrentado a Asenjo.
Fue Galán el que fichó a Asenjo para Iberdrola y, a la postre, Asenjo acabó desplazando en la dirección del área de seguridad a Marcos Peña, que tuvo que abandonar la compañía.
"Marcos estaba continuamente buscando información por esos años para ver si lo involucraba a Galán en alguna cosa sucia", admitió Olmo en una de sus declaraciones en la Audiencia Nacional. Precisamente Peña acompañó a Olmo a protocolizar el informe de diciembre de 2004 ante un notario que era amigo suyo, Luis Ramallo.
El propio Olmo acabó admitiendo que a él tampoco le gusta el presidente de Iberdrola. "No es una persona a la que tenga simpatía", afirmó.