El castillo de Valencia que fue baluarte templario, palacio de un papa rebelde y plató de cine
El sobrio castillo de Peñíscola encierra numerosas leyendas entre sus muros, donde también se rodó la batalla final de la película 'El Cid' (1966).
27 septiembre, 2023 01:52Frente a la costa castellonense emerge el castillo de Peñíscola, una imponente fortaleza que fue el lugar del destierro de Benedicto XIII, más conocido como el papa Luna. La leyenda afirma que en su biblioteca guardó numerosos documentos apócrifos. Mandó construir una misteriosa escalera que llega hasta el mar y donde se dice que, consumido por la amargura y la soledad, perdió su anillo pontificio en las aguas mediterráneas.
Templarios
La historia de esta fortificación arranca hacia 1294, cuando la Orden del Temple puso la primera piedra de la misma sobre una antigua alcazaba árabe. Este castillo templario ofrece un estilo románico absolutamente sobrio, casi espartano, sin capiteles ni columnas, dotado de unos gruesos muros pensados para resistir un duro asalto. Su promotor, el maestre de Aragón y Cataluña, Frey Berenguer de Cardona, no lo vería finalizado al fallecer en 1307 en uno de sus viajes a Chipre, isla mediterránea en la que se reunieron los templarios buscando recuperar Jerusalén tras su derrota en Tierra Santa.
Visiblemente debilitada, Felipe IV, el rey de Francia, vio su oportunidad de acabar con la Orden a la que debía enormes sumas de dinero. Acusados en falso de sodomía, herejía y adorar al demonio, en octubre de 1307 se llevó a cabo una de las mayores redadas contra los templarios en toda Francia, apresando a su Gran Maestre, Jacques de Molay, y a ciento cuarenta caballeros procesados en un enorme juicio mediático.
La Orden del Temple fue disuelta en 1312 y Jaques de Molay ejecutado en una hoguera de París en 1314 tras maldecir al propio rey, al papa Clemente V y al canciller francés Guillermo de Nogaret. Con el fin de los templarios, el castillo de Peñíscola, uno de sus últimos bastiones, sería transferido en 1319 a la Orden Montesa, quienes ampliaron sus defensas.
Sede pontificia
Entre 1378 y 1417 la Iglesia católica vivió uno de sus episodios más traumáticos, cuando durante el Gran Cisma de Occidente coexistieron dos cortes pontificias, una en Aviñón y otra en Roma. En el cónclave de Aviñón de 1394, Pedro Martínez Luna fue elegido papa, tomando el nombre de Benedicto XIII. La monarquía francesa no vio con buenos ojos la elección y presionó al pontífice hasta el extremo de utilizar medidas militares buscando su renuncia. En 1403 logró esquivar el cerco francés y tres años después mantuvo negociaciones con Gregorio XII para resolver el Cisma con escaso éxito.
En 1411, reconocido por los reinos de Castilla, Sicilia, Escocia y Aragón, se refugió en los territorios de este último, fijando su residencia en el castillo de Peñíscola bajo su amparo. Una leyenda afirma que en su viaje hacia la costa levantina, una tormenta amenazó con hundir su embarcación. Cuando el tiempo mejoró, Benedicto XIII exclamaría: "¡Yo soy el verdadero papa!".
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Se negó a abdicar bajo cualquier circunstancia, acuñando la expresión "mantenerse en sus trece", y en 1416 fue excomulgado. También fue declarado hereje y antipapa por el Concilio de Constanza, que pondría fin al Cisma. Desde entonces se aisló en su reducida corte papal de Peñíscola, abandonado por las monarquías europeas.
Rodeado de enemigos en todo el continente, protegido por sus inexpugnables muros y el mar, su comida fue envenenada en 1418 con arsénico y azufre en una conspiración orquestada desde el Vaticano por el papa Martín V. Gracias a la rápida reacción de su médico personal, el anciano pontífice sobrevivió al atentado a sus 90 años. Su muerte tuvo lugar en 1423, defendiendo hasta el final su legitimidad como sucesor de San Pedro.
El cuerpo del "antipapa" se trasladó a su localidad natal, Illueca, Zaragoza, y el cónclave de Peñíscola designaría un breve sucesor que terminó renunciando y reconociendo la autoridad de Martín V de Roma.
Revueltas y asedios
Ya entrada la Edad Moderna, el castillo de Peñíscola sirvió de refugio al virrey de Valencia durante la revuelta de las Germanías entre 1519 y 1522. Desde esta privilegiada situación, los leales al emperador Carlos V organizaron a las fuerzas realistas que aplastaron la revuelta en el reino de Valencia.
La paz aún tardaría en llegar al reino. Durante los siglos XVI y XVII los piratas berberiscos atemorizaban a las poblaciones costeras. Por este motivo Felipe II ordenó al ingeniero militar Juan Bautista Antonelli mejorar gran parte de las fortificaciones mediterráneas de sus reinos peninsulares, incluyendo la antigua morada del papa Luna.
La guarnición de Peñíscola haría frente entre 1705 y 1707 a un feroz asedio de las fuerzas austracistas durante la guerra de Sucesión española. Su defensor, el brigadier Sancho de Echevarría, fue nombrado gobernador de la ciudad a pesar de su impopularidad en la misma. Además de sufrir un motín, fue acusado de la violación de varias vecinas de la localidad.
En la Guerra de la Independencia (1808-1814) en un principio fue dada por inexpugnable por el Ejército napoleónico hasta que en 1812 el mariscal Suchet tomó el castillo en un despiadado asalto bajo una feroz lluvia de artillería. En 1814, la localidad volvería a manos españolas tras un nuevo asedio. Uno de los explosivos empleados en los combates tuvo que ser desactivado por la Guardia Civil en marzo de 2023 al encontrarse cargado de pólvora más de doscientos años después.
El castillo fue perdiendo su importancia estratégica con el paso del tiempo. A pesar de ser declarado monumento histórico artístico en 1931, resultó dañado en el contundente bombardeo de Peñíscola de 1937 realizado por la aviación italiana durante la Guerra Civil.
Terminada la contienda y hasta la actualidad, la localidad y el castillo de Peñíscola demostraron ser un entorno ideal para el turismo y el cine. En sus alrededores, el influyente Berlanga rodó una de sus comedias, Calabuch (1956), y Anthony Mann usaría sus playas para la batalla final de El Cid (1961). Más recientemente, en 2015, Peñíscola y su castillo harían las veces de la ciudad esclavista de Meereen para la popular serie de fantasía Juego de tronos.