Mariana Pineda fue una destacada figura histórica de España, conocida por su participación en la resistencia contra la monarquía absolutista durante el siglo XIX. Ella fue una heroína y símbolo de la lucha por la libertad y la democracia. Pineda nació en la localidad granadina, Darro, el 1 de septiembre de 1804 y murió ejecutada en 1831.
Desde joven, mostró interés por los ideales liberales y los valores de igualdad y justicia. Se casó con Manuel Peralta Valte, un oficial militar, quien influyó en su compromiso político. Así, tras la restauración de Fernando VII y el restablecimiento del régimen absolutista en España, Mariana se involucró en actividades clandestinas y conspirativas a favor de la causa liberal y la Constitución de 1812.
Asimismo, Mariana Pineda participó en la difusión de literatura y propaganda liberal, que promovía valores como la libertad, la igualdad y la democracia. En un momento en que tales ideas estaban prohibidas por el régimen absolutista, la distribución clandestina de estas obras era un acto arriesgado pero importante para mantener viva la resistencia.
Uno de los aspectos más conocidos de su historia es su negativa a delatar a sus compañeros y su disposición a morir por sus ideales. Fue detenida por las autoridades en 1831 debido a su participación en actividades subversivas. Fue acusada de bordar una bandera con el lema "Libertad, Igualdad, Ley" y de haber planeado una insurrección liberal en Granada. Una vez detenida, el ministro de Justicia autorizó un indulto si la joven delataba a sus compañeros, a lo que ella contestó: "Nunca una palabra indiscreta escapará de mis labios", frase que forma ya parte de la historia de la joven.
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Mariana Pineda enfrentó interrogatorios y presiones para que revelara información sobre sus compañeros y las actividades conspirativas en las que estaban involucrados. Sin embargo, se mantuvo firme en su compromiso con la causa liberal y se negó a traicionar a su gente, incluso bajo la amenaza de la muerte.
A pesar de la falta de pruebas contundentes, en mayo de 1831 fue condenada a muerte y ejecutada en el Campo del Triunfo de Granada por garrote vil, una máquina utilizada que se utilizaba para aplicar la pena capital. Su disposición a morir por sus ideales y su negativa a traicionar a sus compañeros la convirtieron en un símbolo de resistencia y sacrificio.
A lo largo de los años, la figura de Mariana Pineda ha sido celebrada en la literatura, la música y el arte, convirtiéndose en un icono de la lucha por la libertad y la justicia en España. Su historia y su legado continúan siendo recordados como un ejemplo de coraje y dedicación a los valores democráticos. Así, desde el año 1856, los restos mortales de esta mujer, considerada por muchos una heroína de la libertad, descansan en la cripta de la catedral de Granada, bajo una lápida.