Este es el verdadero origen de las cartas del tarot: se remonta al siglo XIV en Europa

Seguro que todos nosotros hemos oído hablar alguna vez sobre el funcionamiento de las cartas del tarot. De hecho, es muy probable que a más de uno le hayan echado las cartas para vaticinar cualquier cuestión o preocupación del futuro. Sin embargo, a pesar de ser una práctica muy habitual en Europa, la realidad es que la mayoría desconocemos sus orígenes. 

Las cartas del tarot tienen sus raíces en el siglo XIV en Europa. Se cree que surgieron como un juego de naipes llamado "Tarocchi" en Italia, más precisamente en las ciudades de Florencia, Milán y Bolonia. Estas cartas iniciales eran similares a los juegos de cartas tradicionales y no tenían una conexión directa con la adivinación o la espiritualidad.

El tarot moderno, tal y como lo conocemos hoy en día, se desarrolló en el siglo XVIII con la publicación de la baraja de tarot de Marsella, que fue una de las primeras en incorporar imágenes ilustradas en las cartas de los Arcanos Mayores. Estas ilustraciones icónicas representan figuras y escenas simbólicas, como El Loco, El Mago, La Emperatriz, El Emperador, entre otros.

Cartas del tarot.

A medida que el tarot evolucionaba, adquirió una conexión más profunda con el esoterismo y las prácticas espirituales. En el siglo XIX, el tarot comenzó a ser utilizado con fines adivinatorios y de autoconocimiento. Además, paralelamente aparecieron diferentes escuelas y tradiciones de lectura del tarot, cada una con su propio enfoque y simbolismo.

En el siglo XX, ganó popularidad en el ámbito del ocultismo, siendo utilizado por tarotistas, astrólogos y practicantes de diversas corrientes espirituales. Hoy en día, el tarot sigue siendo una herramienta valiosa para aquellos interesados en explorar aspectos internos, recibir guía, reflexionar sobre su vida y conectarse con su intuición.

¿En qué consisten las cartas del tarot?

Las cartas del tarot son un conjunto de 78 naipes, generalmente ilustrados con imágenes simbólicas que representan arquetipos, situaciones o aspectos de la vida humana. Estas cartas se dividen en dos grupos principales: los Arcanos Mayores y los Arcanos Menores.

El primero de ellos está compuesto por 22 cartas numeradas desde el 0 al 21. Cada una representa una figura arquetípica y tiene un significado simbólico profundo. Algunos ejemplos de Arcanos Mayores incluyen El Mago, La Emperatriz, El Emperador, La Justicia, El Ermitaño, La Muerte, entre otros. Estas cartas se consideran de mayor importancia y abarcan temas fundamentales en la vida del consultante.

Y la de Arcanos Menores está compuesta por 56 cartas, divididas en cuatro palos: Copas, Bastos, Espadas y Oros (también conocidos como Copas, Bastones, Espadas y Pentáculos en algunas barajas). Cada palo tiene cartas numeradas del 1 al 10 y cuatro cartas de la corte: Paje, Caballero, Reina y Rey. Los Arcanos Menores suelen representar aspectos más cotidianos y detalles de la vida del consultante.

Las cartas del tarot son utilizadas en lecturas o tiradas, donde el tarotista selecciona un número específico de cartas y las interpreta según su posición y las conexiones entre ellas. Las interpretaciones se basan en el simbolismo de las cartas y la intuición del lector. El objetivo de una lectura del tarot puede variar según la consulta, pudiendo servir como guía o herramienta de claridad en una situación específica.

Cabe mencionar que el tarot no predice el futuro de manera absoluta, sino que ofrece perspectivas, reflexiones y posibles escenarios que pueden ayudar al consultante a tomar decisiones informadas y afrontar situaciones de manera más consciente. La interpretación del tarot puede ser una herramienta valiosa para la introspección y el crecimiento personal.