La pandemia de la Covid-19 ha revelado la precaria situación en la que se encuentra el sistema sanitario público desde hace años, concretamente desde que sus recursos quedaran diezmados durante la crisis financiera de hace 10 años.
Por ello, durante la última semana, EL ESPAÑOL ha reunido a los principales actores del sector de la salud en el ‘I Simposio Observatorio de la Sanidad: las fronteras de la lucha contra el coronavirus’, una cita de cinco días en la que se han puesto sobre la mesa los problemas del Sistema Nacional de Salud (SNS) y en la que Salvador Illa, ministro de Sanidad, se comprometió a invertir “lo que haga falta” para modernizar el sistema de salud.
De hecho, representantes de las profesiones sanitarias, del sector público y privado y de las industrias farmacéutica y sanitaria, hicieron unos ‘Estados Generales de la Sanidad española’, en donde se acordó un decálogo de medidas en el que ocupa un lugar destacado la salud pública, cuestión olvidada presupuestariamente en los últimos años.
Crear un centro estatal de salud pública supone una de las principales medidas consensuadas, así como aumentar la financiación en sanidad hasta que llegue al 7% del PIB, es decir, entre 10.000 millones y 12.000 millones más. Con este dinero habría que potenciar la Atención Primaria (uno de los primeros puntos de contacto con el virus) y reorganizar el sistema sanitario y la actividad asistencial “poniendo sobre el tapete todos los recursos, tanto públicos como privados”, tal como indicó Juan Abarca, presidente de la Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS).
Estas cuestiones fueron abordadas por el propio Illa. Durante su intervención y en conversación con Pedro J. Ramírez, presidente ejecutivo de EL ESPAÑOL, confirmó su intención de aumentar la inversión en sanidad a lo largo de la legislatura y la creación de la citada agencia estatal de salud pública a lo largo del próximo año.
Además, el ministro anunció una de las noticias de la semana: España contará con 3 millones de vacunas del Covid-19 en diciembre. Eso ocurrirá si los ensayos clínicos que desarrollando AstraZeneca y Oxford (que se han vuelto a retomar) sobre este producto son positivos y llegan a tiempo.
Otra importante intervención fue la de María Neira, directora general de Salud Pública de la Organización Mundial de la Salud, quien hizo un análisis de la situación de la pandemia seis meses después que se declarara, el pasado 11 de marzo.
“Vamos a convivir con el virus durante un tiempo", advirtió, y consideró que era el momento de seguir aprendiendo: comparar 'la vuelta al cole' con mascarilla de España con la de Alemania, donde no es obligatoria, o por qué la situación epidemiológica de Asturias es tan diferente a la del País Vasco pese a las similitudes geográficas. En este sentido, la epidemióloga se mostró optimista: "La capacidad de compartir el conocimiento nunca se había visto en niveles como los de ahora, hasta, me atrevería a decir, como una competición muy positiva".
No le falta razón. La pandemia está generando alianzas inéditas hasta ahora. Y el simposio sirvió para una de ellas, puesto que en él Carme Artigas, secretaria de Estado para la Digitalización y la Inteligencia Artificial, y Eduardo Pastor, presidente de Cofares, cerraron un acuerdo para que las farmacias facilitasen y difundieran el uso de la app Radar Covid.
De esta manera, Cofares fomentará que las boticas promocionen la aplicación y que sean “un punto de contacto con las personas mayores y les ayuden a descargarla”, explicó Artigas, durante su intervención en la cita organizada por EL ESPAÑOL e Invertia.
La idea es conseguir la mayor difusión para una app que tiene como objetivo maximizar sus descargas. "Es capaz de casi duplicar la eficiencia de un rastreador humano”, ya que registra todos los contactos superiores a quince minutos y a menos de dos metros durante la última semana, afirmó.
Por el simposio pasaron más de 70 ponentes, los más importantes actores del sector sanitario español. Entre ellos no podía faltar la industria farmacéutica. La cita reunió a gran parte de los principales desarrolladores de vacunas y medicamentos contra la Covid-19.
Particularmente, el antígeno se ha convertido en el santo grial de esta pandemia y los fabricantes aseguraron que se están dando los pasos adecuados para contar con vacunas seguras en los próximos meses, tal y como indicaron Ignacio Sáez-Torres (Sanofi), Sergio Rodríguez (Pfizer) y Martín Sellés (Janssen), quien también es presidente de Farmaindustria.
Sin embargo, para ello también será necesario producir miles de millones de dosis. Por ello, también se está innovando en una fabricación en la que participan empresas españolas, como contaron Miguel F. Alcalde (Merck), Juan López Belmonte (Rovi) y Enrique Jo (Reig Jofre).
La cooperación está siendo clave en todo el proceso. “Esta crisis ha puesto de relieve que la colaboración entre todos los agentes ha sido más positiva que la competencia; cuando nos unimos en el mismo interés somos más fuertes", indico María Jesús Lamas, directora general de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).
Los medicamentos también ocupan un lugar en todo esto. El primer fármaco español contra la Covid-19 puede estar a la vuelta de la esquina. José María Fernández Sousa-Faro, presidente de PharmaMar, indicó que espera tener los resultados sobre el uso de su Aplidín en esta enfermedad el próximo mes.
A lo largo de todo el simposio hubo una palabra que los participantes repitieron frecuente e insistentemente: digitalización. Todos los ponentes insistieron en que el uso de estas herramientas es irrenunciable en el marco de la actual pandemia, puesto que facilita la telemedicina y la eficiencia de los recursos.
Se trata de un camino que tiene bastante andado la sanidad privada, en donde han crecido exponencialmente los pacientes tratados a través de medios digitales, algo que no ha ocurrido en el sector público. Por eso, los principales actores de las empresas privadas mostraron su disposición a impulsar la digitalización en la sanidad pública, en una mesa redonda que supuso el último acto público de Iñaki Ereño antes de que se anunciara su nombramiento como CEO de Bupa.
La colaboración público-privada se mostró, de nuevo, como un recurso fundamental para combatir la Covid-19 y para un futuro sanitario en el que se asoman problemas más allá del coronavirus. María Vila, directora general de Medtronic Iberia, explicó que la pandemia ha conducido a que se produjera una parálisis asistencial en muchas patologías, que se suma a los problemas de accesibilidad al sistema sanitario de antes de la pandemia, cuando ya había tres millones de pacientes a la espera de una intervención quirúrgica.
De hecho, María Luz López-Carrasco, presidenta de Fenin, la patronal de la tecnología y del producto sanitario, explicó que las compañías cuyos productos no están relacionados con tratamientos de la Covid han reducido entre un 60% y un 80% su actividad y su facturación. Un mal síntoma que indica la serie de patologías que se han quedado sin tratar durante la pandemia, algo que ha ocurrido por la falta de recursos físicos en los centros o por el temor de los pacientes a acudir a los hospitales por miedo al contagio.
Para abordar esta cuestión, la tecnología sanitaria se mostró y se muestra como una de las potenciales soluciones, dado que puede permitir el acceso remoto a consultas, preparar pacientes antes de las intervenciones y reducir las estancias en el hospital y en las UCI, entre otras cuestiones. Todo ello para descongestionar los hospitales y los centros sanitarios.
“La gran oportunidad que tenemos es innovar e integrar los procesos asistenciales centrándose en los pacientes, lo que permitirá liberar recursos”, dijo Rocco de Bernadis, director general de Johnson & Johnson Medical Devices en España. En este sentido, recordó que las compañías del sector ya trabajan en fórmulas, y ya las están ofertando, para digitalizar también los procesos administrativos y logísticos dentro de los hospitales e incluso los quirúrgicos, a través de la robotización.
Lo cierto es que la Covid-19 ha servido para acelerar e impulsar la innovación en los hospitales. En ellos, y en la primera ola, se ha destacado el desarrollo de la teleasistencia y los sistemas escalables y modulables como las unidades de UCI, pero también las redes sociales como Whatsapp y Facebook que sirvieron como canal de transmisión de información entre profesionales.
En el horizonte, Leticia del Moral, directora general de Asistencia y Calidad de Quirón, apostó por, más que grandes obras como un hospital de pandemias que "puede crear ineficiencias", aumentar la capacidad de seguir ambulatorizando procesos y digitalizando la atención. "Es importante que ahora no nos volvamos locos. El sistema sanitario español estaba montado sobre una hiperfrecuentación que no deberíamos apresurarnos en recuperar".
Además del Ministerio de Sanidad, responsables de las comunidades autónomas también acudieron al simposio. Enrique Ruíz-Escudero, consejero de Sanidad de Madrid, expuso sus planes para contener la segunda ola de infecciones de coronavirus que sacude su región, entre los que incluye una nueva estrategia de Atención Primaria y mejoras retributivas para los profesionales sanitarios.
Eso sí: afeó al Estado la falta de medidas en sanidad exterior. En este sentido, demandó que se incremente el papel coordinador del Ministerio de Sanidad, algo en lo que coincidieron José María Vergeles y Jesús Aguirre, homólogos de Ruíz-Escudero en Extremadura y Andalucía que intervinieron en el simposio de manera telemática.
En cambio, sí lo hizo presencialmente Ana Pastor, exministria de Sanidad y vicepresidenta del Congreso de los Diputados, que reclamó la unión de todos los actores sociales para abordar la crisis. "Trabajemos todos juntos, si no, no saldremos de la pandemia".
Por su parte, Raquel Yotti, directora del Instituto de Salud Carlos III, defendió la labor de la institución y confirmó que habrá nuevas oleadas del estudio de seroprevalencia español.
Si ha habido un grupo de población afectado por el coronavirus ha sido el de los ancianos, que se mantiene en el centro de las preocupaciones. Cristóbal Valderas, presidente de Clece, alertó del "impacto psicológico" que tienen en los ancianos las medidas para contener el virus, como que se les impida salir a la calle y limitar el contacto con las familias”. Así, se "ha puesto en evidencia un problema, la atención a los mayores. Íbamos sobreviviendo, pero la pandemia nos ha puesto patas arriba".
Pero si el sistema sanitario no estaba preparado para el coronavirus tampoco lo estaba el marco legal español. De hecho, nuestro país se puede enfrentar a una “pandemia jurídica” por la falta de contexto legislativo para las medidas que han tomado y están teniendo que tomar las Administraciones Públicas y las actuaciones que han tenido que afrontar los profesionales sanitarios.
En este sentido, Ofelia de Lorenzo, vicepresidenta de la Asociación Española de Derecho Sanitario (AEDS), reclamó una ley orgánica que habilite tomar medidas de suspensión de derechos en situaciones de emergencia sanitaria, así como actualizar el marco normativo para proteger a los profesionales. "La actuación de los sanitarios, está fuera de toda duda, pero por eso hay que dotarse de un marco jurídico que los proteja", dijo.
Los juristas reunidos en el simposio, entre ellos Federico Montalvo, presidente del Comité de Bioética de España, también reclamaron la urgencia de aprobar el baremo de daños sanitarios y de fomentar las soluciones extrajudiciales para agilizar los conflictos que puedan surgir en el campo sanitario.
Este es, precisamente, uno de los puntos que se han incluido en el decálogo pactado por los 'Estados Generales de la Sanidad', reunidos durante la última semana. ¿Y ahora? Las recomendaciones están sobre la mesa, queda observar si Gobierno y comunidades autónomas deciden seguirlas, y para ello desde EL ESPAÑOL se creará un secretariado para hacer una balance de la evolución de las propuestas y su eventual actualización.